La ley de Herodes (1989), de Luis Estrada

Sátira sobre la corrupción política a cuento de la larga presencia del PRI, Partido Revolucionario Institucional, en las altas esferas del poder en México, se sugiera esa perpetuación en el poder por el principio y el final, como si estuviéramos en una especie de "día de la marmota", si se me permite citar la película Atrapado en el tiempo, de corte muy distinto.

La trama se sitúa en una pequeña población, en que el alcalde corrupto que huía con el dinero de las arcas municipales, es pillado in fraganti y decapitado a machetazo limpio por los indignados lugareños. Le sustituirá Juan Vargas, antiguo militante del PRI al que se le supone ingenuidad y algo de principios, pero cuando toca poder, empieza su declive moral.

La película de Luis Estrada se convirtió en un auténtico fenómeno popular en México, y se le atribuye cierto papel en el desalojo del poder del PRI, que parecía estar ahí apoltronado para siempre. Aunque los trazos son caricaturescos, y la transformación de Vargas resulta algo brusca, sirve para ilustrar cómo se puede usar la palabrería revolucionaria para ocultar inconfensables intereses egocéntricos, es muy fácil caer en la corrupción y en la comisión de todo tipo de crímenes deleznables.

Cuenta con el protagonismo de Damián Alcázar y Pedro Armendáriz Jr.