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Los girasoles ciegos es un libro de relatos de Alberto Méndez, compuesto por los títulos siguientes: "Si el corazón pensara, dejaría de latir", "Manuscrito encontrado en la cueva", "El idioma de los muertos" y "Los girasoles ciegos". Fue publicado en 2004 por Editorial Anagrama y está ambientado en la Guerra Civil Española. Ha inspirado la película homónima dirigida por José Luis Cuerda en el año 2008,  basada en el cuarto relato de la novela . GUÍA DE LECTURA DE LOS GIRASOLES CIEGOS RESUMEN     El libro contiene cuatro relatos centrados en la Guerra civil española y en los años  inmediatamente posteriores. Desarrollado en cuatro capítulos datados en 1939, 1940, 1941 y 1942, capítulos que son cuatro historias autónomas que confluyen entre sí de  manera alterna: el primer relato con el tercero y el segundo con el cuarto, confluencia que no es decisiva, en todo caso.  Así la de Carlos Alegría enlaza con la de Juan Serna ya  que ambos  comparten la misma galería nº 2 de la cárcel de Porlier; la de Juan Serna  con la de Los girasoles ciegos ya que Juan es hermano de Luis a quien conoce el niño  Lorenzo; con ésta también enlaza la del niño poeta, pues su esposa Elena es hija de  Ricardo y Elena. “Primera derrota: 1939 o Si el corazón pensara dejaría de latir”: la historia de un militar  durante la Guerra civil española, del bando franquista en la batalla de Madrid, que se  rinde a los republicanos en cuanto supo que éstos iban a rendir sus armas a su bando. “Segunda derrota: 1940 o Manuscrito encontrado en el olvido”: el diario de un  muchacho poeta  que huye de las tropas franquistas. Que, en su viaje hacia Francia, se ve  atrapado en una cabaña en las montañas entre Asturias y León, alejada de tod o, donde  ve morir a su mujer en el parto, quedándose al cuidado de su bebé, sin ayuda ni medios.  Un muchacho poeta que vive una vertiginosa historia de madurez y muerte en el breve  plazo de unos meses. “Tercera derrota: 1941 o El idioma de los muertos": relato sobre una cárcel franquista, de  la vida en ella, de la derrota y de los hilos alargados de la guerra, de la muerte, de los  fusilamientos, del final, de la nada...Un preso de la cárcel de Porlier que se niega a  vivir en la impostura para que el verdugo pueda ser calificado como tal. “Cuarta derrota: 1942 o Los girasoles ciegos”: historia de “un topo”  - un republicano  oculto en un escondite de su casa - , y de su familia, en la ciudad de Madrid en los años  posteriores al fin de la guerra civil; contada a través de los ojos de su hijo y de un  diácono que circula por los alrededores de la vida de su familia, un diácono rijoso que  enmascara su lascivia tras el fascismo apostólico que reclama venganza contra el  vencido. TEMAS     El tema principal de la obra es la derrota; pero no sólo la derrota del bando republicano por las tropas nacionales, sino de distintas derrotas, de derrotas en la derrota, habla de personas concretas, de desastres individuales debajo del gran caos de la pérdida de la guerra.     Lo decisivo es la narración de cuatro formas distintas de derrota, de hundimiento, de encono, de odio, de ojeriza. Otros temas: La Guerra Civil y sus consecuencias políticas y sociales: la obra es el regreso a las historias reales de la posguerra narradas en "voz baja" acercándose a la dura realidad de amigos, familiares desaparecidos o ausencias irreparables provocadas por la guerra. Es una evocación de la Guerra Civil, pero no de sus lances bélicos, no de las batallas, sino de sus efectos humanos, de cómo los derrotados lo fueron con saña y con aplastamiento. Reflexión sobre los hombres, sobre los perdedores de aquella guerra, sobre el ser humano como individuo, como protagonista de su propia historia y de la historia con mayúsculas. La derrota social y política ante una victoria moral ideológica FINALIDAD     En Los girasoles ciegos se narran cuatro historias de horror y desolación,  en las que se  ahonda en las razones de la derrota, no en vano los  subtítulos de los cuentos aluden a ella.  Son relatos para activar la  memoria, contra el olvido, y en defensa de la idea de que en una  guerra entre hermanos, al fin y a la postre, todos son perdedores. Quizá por ello los personajes a los que se les proporciona voz, siempre seres  anónimos, aparezcan desorientados, perdidos, como los "girasoles ciegos" del título.     El propio Hermano Salvador proporciona la clave de lectura ya que  empieza su carta confesando que se siente “desorientado como los girasoles  ciegos ” (p. 105) y la acaba concluyendo: “ Seré uno más en el rebaño, porque  en el futuro viviré como uno más entre los gira soles ciegos ” (p. 155). Entre la  comparación inicial y la metáfora final, el protagonista propone una  generalización de su condición, de su desorientación, a la colectividad humana;  de modo que todos los personajes pueden considerarse como seres  desorientados, condenados a vivir en la oscuridad como murciélagos o girasoles ciegos. ESTRUCTURA     Los girasoles ciegos es un libro de cuentos; pero de entre las diversas maneras en que  puede organizarse un volumen de cuentos, el autor optó por la que quizá fuera la más compleja, la que se denomina "ciclo de cuentos", porque las diversas piezas que lo forman, aunque mantengan su independencia, aparecen a la vez trabadas, generando una unidad de sentido distinta. CARACTERIZACIÓN DE LOS PERSONAJES PRINCIPALES     El Capitán Alegría(1ª derrota ) Voz narradora en primera persona del plural. En este relato se consigue retratar a un personaje complejo, explicar perfectamente las motivaciones que le llevan a realizar una acción aparentemente absurda, y a la vez reflejar con imágenes muy bellas el final de la resistencia de una ciudad sitiada y vencida. Nos habla del absurdo de resistir. Del absurdo de morir y del absurdo de matar. De lo absurdo de cualquier guerra. “Soy un rendido”, repite el capitán Alegría a todo aquél que quiera escucharle. Pero nadie le cree ni confía en él. Las razones por las que se rinde las expresa muy claramente en más de una ocasión: “No queríamos ganar la guerra, queríamos matarlos”. Quizá éste es el relato más conseguido de los cuatro, por sus poderosas escenas, porque su protagonista es el personaje más trabajado en su caracterización y más rico en matices, y porque es capaz de transmitir determinados conceptos de una forma sutil, haciendo que sean consecuencia de lo narrado y sin dar la sensación de mensaje panfletario que puede dar en algún momento el resto de los cuentos.     La segunda derrota, o Manuscrito encontrado en el olvido, ( A través del manuscrito encontrado ( narrador transcriptor ) se relata la historia en 1ª persona ) “Infame turba de nocturnas aves”, escribió el desgraciado padre-poeta casi niño cuando estaba a punto de morir. La descripción del paisaje nevado, del silencio y la soledad de las brañas donde logra sobrevivir el protagonista con su hijo durante unos meses es lo más logrado del relato. El lenguaje en el que se expresa el protagonista, pura prosa poética, sólo puede entenderse teniendo en cuenta que Eulalio Ceballos, el “rapsoda entre las balas”. La última frase de la voz narrativa, el editor del manuscrito “Si fue él el autor de este cuaderno, lo escribió cuando tenía dieciocho años, y creo que ésa no es edad para tanto sufrimiento” cierra brillantemente.     En la tercera derrota o El idioma de los muertos,(narrador en 3ª persona ,omnisciente )Presenta un relato algo más descriptivo que en los demás relatos, reservando el lenguaje más lírico para la carta de Juan Senra a su hermano. Retomando el tópico de Sherezade, el protagonista intenta salvar la vida . Pero tanta mentira le ahoga y en un acto de valor a la verdad confiesa todo su engaño. Destacan con fuerza propia los personajes de Eugenio Paz, muy bien trazado aunque algo tópico, y sobre todo la esposa del juez Eymar y madre de Miguel Eymar ( amor infinito de una madre ).     Cuarta derrota: Los girasoles ciegos.Combina acertadamente tres voces narrativas: la del hermano Salvador, que se dirige por carta a su superior eclesiástico en un intento de explicarse a sí mismo lo que le ha ocurrido y de perdonarse por ello, pero sin llegar a reconocer en ningún momento su culpa; personaje algo caricaturesco, muestra la crítica hacia una Iglesia corrupta , hipócrita y generadora del poder más absolutista . La de Lorenzo adulto intentando recordar los sentimientos y sensaciones que experimentó durante aquel periodo de su niñez que lógicamente le marcó para toda su vida, y una voz en tercera persona que va ligando las otras dos. SIMBOLISMO    El libro es sencillo y profundo a la vez; realista, pero cargado de simbolismo. Así en la primera historia  un capitán del bando nacional, que ve que las cosas no  son así, no debían serlo , y descubre que su bando debe ser el otro, pero no por  razones políticas, su punto de vista moral le dice que aquel debe ser su lado,  puesto que ve que  su bando no quiere ganar la guerra sino matar al enemigo. Pero en su caso la derrota es doble derrota, ya que no es de ningún bando; es  traidor para unos y enemigo para los otros.  Es él en realidad el reflejo real de un pueblo que lucha contra sí mismo.  La decisión del capitán Alegría, primera vista tan irracional, propia de un loco, es en realidad la acción de un hombre honesto que no quiere participar en la barbarie que suponía la guerra civil y cuyo comportamiento demuestra una gran valentía. Por otra parte, los vencedores representan al que se ensaña, al dominante que cree disponer sobre la vida y la muerte, al dueño de la represión, a la madre de la venganza, al sacerdote de la iglesia de la muerte. Los vencidos deben serlo dos veces, no sólo en la batalla, sino también después de ella a través de las persecuciones y de la represión. CONCLUSIÓN     Todas las historias contadas en Los girasoles ciegos son caminos individuales que se convierten en historias ejemplares, y así Alberto Méndez se hace creador de una memoria colectiva, desvelando una parte del “agujero negro de la historia de su país”. Del primer relato al cuarto, pasamos de un saber construido por un discurso que ostenta sus mecanismos de elaboración de la memoria colectiva a un discurso que necesita la colaboración de un lector activo que acepte recomponer el puzzle de la memoria. Gracias a la ficción, la memoria colectiva se encuentra en la encrucijada entre un cúmulo de testimonios diversos -seleccionados- de documentos oficiales o íntimos,  (huellas de lo sucedido) y la interpretación o la imaginación del narrador:  “Los documentos que fueron generando los guardianes del laberinto y las pocas cartas que escribió son los únicos hechos ciertos, lo demás es la verdad.” Los girasoles ciegos está compuesto por cuatro historias -cuatro derrotas las llama el autor- que transcurren en el período quizá más duro de la posguerra (entre 1936 y 1942) y que, siendo totalmente independientes, están entrelazadas entre sí. Como señala Catherine Orsini-Saillet, (...) los distintos relatos están conectados gracias a los vínculos entre los personajes, lo que significa que la derrota de unos se prolonga en la derrota de otros y que todos son unos vencidos de la misma historia. Así, por una parte, el capitán Alegría, del bando nacional ("Si el corazón pensara dejaría de latir"), que se rinde al enemigo el día en que las tropas rebeldes entran en Madrid se halla en la misma cárcel que Juan Senra ("El idioma de los muertos"); y, por otra parte, la joven Elena que muere en el parto (segundo capítulo) es la hija de Elena y Ricardo Mazo, los protagonistas de la última historia. Este ejemplo es bastante significativo ya que los padres, en los años cuarenta, no supieron cuál fue el destino de la joven pareja mientras que el lector tiene una visión global de las historias y puede medir la amplitud de las derrotas gracias a la variedad de los puntos de vista que le brindan los distintos narradores. (p. 4) El primer relato, 1939 o Si el corazón pensara dejaría de latir, tiene como protagonista al capitán Carlos Alegría, oficial del ejército nacional, quien se rinde a los republicanos cuando las tropas golpistas están entrando en Madrid. La postura, lógicamente, no es entendida por ninguno de los dos bandos, pero el oficial la toma porque aun -y cito- abominando de nuestro enemigo, no quiere sentirse responsable de su derrota; porque es su forma de expiar (los elementos cristológicos en la figura del capitán Alegría son evidentes) el innecesario desangramiento al que se sometió a la capital de España entre 1937 y 1939 (Preguntado acerca de si son las gloriosas gestas del Ejército Nacional la razón para traicionar a la Patria, responde: que no, que la verdadera razón es que no quisimos entonces ganar la guerra al Frente Popular.) El segundo, 1940 o Manuscrito encontrado en el olvido, nos cuenta el periplo de un joven poeta (un mal poeta que ha cantado la vida en las trincheras donde anidaba la muerte, un rapsoda entre las balas, según sus propias palabras) que huye de los vencedores hacia las montañas asturianas en compañía de su mujer embarazada. La muchacha da a luz un niño y muere tras el parto. A través de un diario íntimo, se nos narra la inútil lucha que emprende el padre para salvar la vida de su hijo. El tercer relato, 1941 o El idioma de los muertos, gira alrededor del soldado republicano Juan Senra quien, habiendo conocido al hijo del presidente del tribunal que debe juzgarle, intenta conseguir unos días más de vida inventándose una historia en la que el joven traidor es convertido en el héroe que quieren sus padres. Finalmente, la impostura le asquea y cuenta la verdad, que le llevará a la muerte. En La cuarta, 1942 o Los girasoles ciegos, el protagonista es Ricardo, un topo al que toda la familia protege entre miedos y silencios. La historia nos es contada desde tres puntos de vista: un narrador omnisciente; Lorenzo, el hijo de Ricardo, que recuerda desde su madurez los acontecimientos y el Padre Salvador, diácono y profesor de Lorenzo, quien desencadena la tragedia al enamorarse de la madre de éste.