Cada año, entre el 15 de mayo y el 30 de noviembre transcurre en México la temporada de huracanes o ciclones tropicales, fenómenos hidrometeorológicos que acarrean vientos destructivos, lluvias torrenciales, inundaciones, e incluso tornados, los cuales sin embargo son importantes para la distribución de lluvia y beneficio de zonas áridas y semiáridas, además de recargar mantos acuíferos y presas.

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Según su grado de fuerza, un huracán puede producir estragos devastadores, no solo para las poblaciones costeras que reciben el impacto mayor, sino para zonas interiores y sitios naturales a lo largo y ancho de grandes extensiones sobre territorios costeros, marinos e insulares.

Los ciclones tropicales o huracanes son sistemas atmosféricos de nubes, tormentas y vientos giratorios sobre aguas marinas tropicales, y son impulsados por aire cálido y húmedo que rebasa los 26 oC en el área de tormenta.

Los meteorólogos explican que los sistemas de presión los forma el aire que fluye siempre desde las áreas de altas presiones hacia las de bajas presiones tratando de encontrar un equilibrio. Pero la rotación de la Tierra los desvía y evita que fluyan en línea recta, por lo que se crea una espiral ascendente hacia dentro en los sistemas de bajas presiones, y descendente y hacia fuera en los sistemas de altas presiones, lo que genera el ciclón tropical.

Las causas de los huracanes y su procedencia son muy variadas, y a medida que sus vientos son más rápidos, crece su peligrosidad.

Entre dos océanos y el calentamiento global

México es altamente vulnerable a los huracanes por ubicarse entre los océanos Pacífico y Atlántico, factor al que se suma el calentamiento global que en más de cinco décadas se ha disparado a consecuencia de las actividades humanas impulsadas por combustibles fósiles que emiten gases de efecto invernadero (GEI).

El cambio climático ha ocasionado un desequilibrio en el planeta al incrementarse la temperatura de los océanos, entre .5 y un grado centígrado por arriba de su promedio histórico.

Ese acelerado ascenso de la temperatura global se atribuye a la emisión de bióxido de carbono (CO2), que en la era preindustrial era 35 por ciento menor a la actual, lo que origina a su vez cambios en el clima y los ecosistemas, pues el exceso de lluvias provoca incluso extinción de especies vegetales y animales, así como la adaptación de otras y/o sus desplazamientos para sobrevivir.      

De acuerdo con el estudio ¿Y el medio ambiente? Problemas en México y el mundo, la temperatura de la superficie del mar en el Caribe, Golfo de México y Pacífico mexicano aumentaría entre 1 y 2 oC hacia el año 2020, y surgirían huracanes con categorías superiores a las de la escala Saffir-Simpson, debido principalmente a que las aguas calientes de los mares aumentan la fuerza de los huracanes y en consecuencia la magnitud de sus daños.

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Un estudio de Kerry Emanuel, investigador del Instituto Tecnológico de Massachussets, citado por Efeverde advirtió recientemente que ya llegaron las “tormentas monstruosas”, anticipadas hace 30 años, por lo cual la escala Saffir-Simpson “no captura adecuadamente el daño que esas tormentas pueden causar”.

Ning Lin, científico de la Universidad de Princeton, coincide con Emanuel al advertir desde 2015 en Nature Climate Change, que hoy día es 14 veces más probable que los huracanes de categoría 6 sean comunes, con vientos cercanos a los 375 km/h y oleaje de hasta 12 metros. Mike Mann, profesor de Ciencias Atmosféricas de la Universidad Estatal de Pennsylvania, plantea con ellos agregar a la escala Saffir-Simpson la categoría 6; es decir, huracanes con vientos de más de 320 km/ph.

Por el impacto causado por fenómenos de esa magnitud, “cualitativamente diferentes, se ubica en el grado 6 a los huracanes Allen (1980), Gilbert (1988), Patricia (2015) e Irma (2017).

Es importante decir que otros fenómenos climáticos inciden en la generación de lluvias en las zonas central y oriental del Pacífico Tropical: El Niño Oscilación del Sur y La Niña (ENOS). Pero la Organización Meteorológica Mundial (OMM) precisa que la fuerza de los ciclones no corresponde exactamente a los efectos de ENOS.

Para el tercer trimestre del ciclo 2017-2018, la OMM calcula un periodo neutro de ENOS, producido por un calentamiento progresivo del Pacífico tropical, tras el episodio de La Niña 2017-2018 que concluyó en abril pasado.

En atención al ciclo de huracanes, anualmente se instala en México el Consejo Nacional de Protección Civil, como sucedió el pasado 25 de mayo, durante el encuentro de trabajo que encabezó el presidente Enrique Peña Nieto, en Acapulco, Guerrero. Asimismo, se instalan también los consejos estatales.

Tormentas y huracanes 2018

Poco antes de iniciar la temporada, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) anuncia cada año cuántos huracanes se presentarán en nuestro territorio. Para 2018 pronostica 32 huracanes: 18 en la cuenca del Océano Pacífico Nororiental (Aletta, Bud, Carlotta, Daniel, Emilia, Fabio, Gilma, Héctor, Ileana, John, Kristy, Lane, Miriam, Norman, Olivia, Paul, Rosa y Sergio) y 14 en el Atlántico (Alberto, Beryl, Chris, Debby, Ernesto, Florence, Gordon, Helene, Isaac, Joyce, Kirk, Leslie, Michael y Nadine).

De estos fenómenos, en el Pacífico se desarrollarán 8 tormentas tropicales, 4 huracanes de magnitudes 1 y 2, y 6 huracanes grados 3, 4 y 5. Para el Atlántico se espera que 7 evolucionen como tormentas tropicales, 4 como huracanes categoría 1 y 2, y 3 como huracanes de magnitudes 3, 4 y 5. Y de cuatro a seis ciclones tropicales impactarían territorio nacional.

Con informes de expertos estadounidenses, Meteored prevé para México lluvias en mayo y junio por arriba de lo normal, sobre todo en la mitad centro-sur por huracanes que generarían una mayor cantidad de precipitaciones. Entre julio y septiembre habría más lluvias sobre el noroeste del país, y el centro y sur se verían con bajas precipitaciones y aumento en las temperaturas. Para octubre y parte de noviembre las lluvias recuperarían normalidad o serían mayores en buena parte de México.

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Auxilio a la población antes, durante y después

Con el propósito de reducir la vulnerabilidad y mitigar los efectos de los ciclones tropicales, el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) opera el Sistema de Alerta Temprana para responder de forma inmediata a las necesidades urgentes de la población para la protección de la vida y la salud, alimentación, suministro de agua y albergue temporal ante posibles daños.

Utiliza 2 tablas de alertamiento, uno para la fase de acercamiento, cuando el ciclón se aproxima a territorio nacional: 1. Alerta Azul–Aviso. 2. Alerta Verde–Prevención. 3. Alerta Amarilla–Preparación. 4. Alerta Naranja–Alarma, y 5. Alerta Roja–Afectación. La segunda se aplica cuando el ciclón se aleja de un área afectable --Fase de alejamiento: 1. Alerta Roja–Afectación. 2. Alerta Naranja–Alarma. 3. Alerta Amarilla–Seguimiento. 4. Alerta Verde–Vigilancia, y 5. Alerta Azul Aviso.

Autoridades de los distintos niveles, organismos, instituciones sociales y privadas, así como la población y el propio Sinaproc asumen las acciones que les corresponden para prevenir, reparar, mitigar y recuperar.

México trabaja así para generar una cultura de la prevención, y ha avanzado para ofrecer auxilio y recuperación ante los desastres a todos los mexicanos, su patrimonio y el medio ambiente.

Para mayor información consulta:

http://smn.conagua.gob.mx Twitter @conagua_mx  y @conagua_clima y de Facebook www.facebook.com/conaguamx

http://proteccioncivil.gob.mx/work/models/ProteccionCivil/Resource/62/1/images/siatctnueva.pdf

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