Algunos países cazan ballenas subrepticiamente; otros, principalmente Japón, no niegan que realizan la cacería de los grandes cetáceos bajo argumentos científicos. De cualquier forma, la realidad para estas emblemáticas criaturas de los océanos es desastrosa, como también lo es para los ecosistemas marinos.

La historia de la depredación de estas magníficas especies data de siglos atrás. Antiguamente una ballena era cazada en la costa para garantizar la subsistencia de una comunidad, pero a fines del siglo XVII inició la cacería masiva hasta llevar al peligro de extinción a varias especies a fines del siglo XIX y principios del XX.

La industrialización llegó a altamar con naves modernas de propulsión y el uso de la tecnología. El aumento de la demanda superó el límite sostenible de las ballenas y sus poblaciones quedaron en peligro.

Antes de la Segunda Guerra Mundial, el notable descenso de los especímenes alertó a los faeneros o cazadores que dieron la voz de alerta de la merma brutal del número de ballenas a medida que ellos las eliminaban, lo que ponía en riesgo su negocio.

En 1946, la Comisión Ballenera Internacional (CBI) señalaba que “la historia de la caza de ballenas es testigo del agotamiento de una zona tras otra y de una especie tras otra, hasta tal punto que resulta esencial la protección de todas las especies de ballenas para evitar su extinción”.

Desde entonces la comunidad internacional ha insistido en defender de la caza indiscriminada y tortuosa a estos hermosos animales, y proclamó en 1986, en voz de la CBI, el Día Mundial Contra la Caza de Ballenas, hoy Día Mundial de las Ballenas y los Delfines, que se conmemora cada 23 de julio.

A esta defensa se han sumado diversas instituciones y organizaciones ecologistas como Greenpeace, que inició una histórica campaña en 1975 al observar que las poblaciones de ballenas se encontraban en una situación muy crítica después de casi tres siglos de cacería comercial, y más de medio siglo de caza industrial descontrolada.

A la persecución de los mayores mamíferos del planeta se suma hoy otro desastre: los océanos dejaron de ser saludables. Están contaminados con materiales tóxicos como vertidos de petróleo, productos químicos, residuos de plástico e industriales, elementos que constituyen una amenaza para las especies marinas.

Te invitamos a conocer más de este tema en los siguientes links:

https://www.gob.mx/semarnat/articulos/dia-mundial-de-las-ballenas-y-los-delfines

https://www.gob.mx/semarnat/articulos/la-ballena-gris-ya-esta-de-regreso-en-aguas-mexicanas-322043

https://www.gob.mx/semarnat/acciones-y-programas/comision-ballenera-internacional-cbi

https://www.gob.mx/semarnat/articulos/regresa-a-mexico-la-ballena-azul-la-especie-viviente-mas-grande-del-planeta