Es la película española designada por la Academia de Cine para representarnos en la lucha por la nominación al Oscar y es una adaptación de la novela del chileno Antonio Skarmeta, el autor de "El cartero y Pablo Neruda", ganadora del Premio Planeta en 2003, ambientada en el Chile que ha recuperado la democracia tras los años de la dictadura militar que siguió al golpe de estado de Pinochet. Se da la circunstancia de que su director, Fernando Trueba, ya logró la célebre estatuilla con la deliciosa comedia "Belle epoque", por lo que trata de emular a un Pedro Almodóvar que, junto al decorador Gil Parrondo, es el único profesional de nuestro cine que ha logrado dos veces el cotizado galardón de Hollywood.

Trueba se sintió tan fascinado por el texto de Skarmeta que ante de terminarlo ya estaba rodándolo en su cabeza. Se enamoró de los tres personajes protagonistas y le interesó también mucho la mezcla de géneros, algo que él ha practicado a menudo en su cine. Aquí coexisten la tragedia, el humor, el romanticismo, el thriller y hasta el western de forma poética y armónica. Aunque el escenario podría haber sido cualquier país que saliese de una dictadura, creyó que debía rodarla en Chile para conservar la geografía del libro original. "Veía mi película -declaró- como una historia de sentimientos desbocados, profundamente romántica, pero en un escenario real. Quería que los personajes se movieran por la realidad para, poco a poco, ir despegando y echar a volar".

La historia arranca, en efecto, con la llegada de la democracia. El nuevo presidente de Chile decreta una amnistía general para todos los presos sin delitos de sangre. Entre ellos se encuentran el joven Ángel Santiago y el veterano Vergara Grey, un famoso ladrón de cajas fuertes. Sus planes no pueden ser más opuestos. Mientras Vergara sólo quiere recuperar a su familia y cambiar de vida, Ángel sueña con vengarse del alcaide de la prisión y dar un gran golpe. Pero en su camino se cruza una muchacha, Victoria. De esta forma las vidas de los tres sufren un cambio total que les llevará a enfrentarse con un nuevo destino.

Ricardo Darín incorpora a Vergara, en tanto que Abel Ayala hace lo propio con Angel Santiago. Entre ambos, Miranda Bodenhofer es Victoria Ponce. La española Ariadna Gil, finalmente, asume el cometido de Teresa Capriatti. Como anécdota cabe decir que el propio Antonio Skarmeta hace un pequeño papel, el del crítico Coppeta, y su labor ha sorprendido muy gratamente a Trueba.

El director elaboró las primeras versiones del guión con su hijo Jonás, iniciando una colaboración que ha sido a la postre, y según sus palabras, perfecta. "El tenía la edad -señaló al respecto- del protagonista joven y yo la del personaje maduro. Por eso trabajamos en una gran armonía, con gran entendimiento y nunca discutimos de nada. Lo pasamos muy bien. Después fui a Santiago e hice una nueva versión con Skarmeta, con especial atención a los diálogos, con el fin de devolverle el lado chileno a todo lo que mi hijo y yo podíamos haber "castellanizado". Aun así, Jonás y yo todavía hicimos dos versiones más hasta llegar a la definitiva".

Por su parte, Skarmeta señala que su colaboración con Trueba confirmó algo que el ya sabía, porque ha visto algunas de sus películas, que ha respetado la visión y la conmoción de su obra. Por eso fue consciente de que cuando trabajó en la versión del guión que le envió ya no trabajaba sobre su novela, sino sobre el texto de Fernando y de su hijo Jonás.