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Oro y Barro. Cuentos de Fútbol Amateur

Cuentos centrados en el fútbol que está más lejos de las luces y los millones. Humor. Tragedia. Ciencia Ficción. ¡Todo atravesado por la pelota!

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<strong>Oro</strong> y<br />

<strong>Barro</strong><br />

<strong>Cuentos</strong> <strong>de</strong> Futbol <strong>Amateur</strong><br />

1


Lineares Félix, Daniel Alejandro<br />

<strong>Oro</strong> y barro : cuentos <strong>de</strong> fútbol amateur . - 1a ed. - Neuquén: el autor, 2015.<br />

80 p.; 15x21 cm.<br />

ISBN 978-987-33-6863-9<br />

1. Narrativa Argentina. 2. <strong>Cuentos</strong>. I. Título<br />

CDD A863<br />

Fecha <strong>de</strong> catalogación: 18/02/2015<br />

Este libro fue impreso en:<br />

Imprenta Universitaria "Malvinas Argentinas"<br />

Universidad Nacional <strong>de</strong>l Comahue<br />

Buenos Aires 1.400 - CP 8.300<br />

En el mes <strong>de</strong> <strong>de</strong>l año 2016<br />

2


Para Feli y Naty, porque son la luz.<br />

Para vos Ema, porque tu amor y tu ausencia llenan cada<br />

espacio <strong>de</strong> la vida.<br />

Daniel<br />

A quienes me dieron la vida y a quienes daría mi vida.<br />

Ariel<br />

Para el siempre pelotillehuense, porque siempre estarás en<br />

nuestros corazones, te extraño…<br />

Marcelo<br />

3


4


Prólogo<br />

Por “el Gabo”<br />

Escribir el prólogo <strong>de</strong> un libro es, sin lugar a dudas, una<br />

tarea con la que un ser humano promedio no se cruza todos<br />

los días. Escribir, a<strong>de</strong>más, el prólogo <strong>de</strong> un libro que toque<br />

una temática con la que uno se i<strong>de</strong>ntifica mucho es una<br />

suerte aún mayor. Escribir el prólogo <strong>de</strong> un libro que,<br />

aparte, le ha gustado a uno es, sin temor a equivocarme<br />

nunca, una tarea muy <strong>de</strong>seable. Pues bien.<br />

Estoy muy tentado a <strong>de</strong>cir que <strong>Oro</strong> y <strong>Barro</strong> es a la literatura,<br />

lo que “el Trinche” Karlovich fue al futbol y ya con ese<br />

comentario acabar el prólogo; puesto que lo que resta sería<br />

una interminable enumeración <strong>de</strong> analogías entre la<br />

literatura que tiene aires <strong>de</strong> Borgeana pero no le da ni para<br />

ser Kodama y los futbolistas que supieron ser mejores que<br />

Diego Armando Maradona pero no llegaron ni a Lalo.<br />

A partir <strong>de</strong> acá quiero advertirles a los lectores que el<br />

prólogo pasara a ser un suerte <strong>de</strong> invitación encubierta a<br />

visitar un mágico mundo que solo los que lo habitaron<br />

pue<strong>de</strong>n compren<strong>de</strong>r y quieren volver a habitar cada fin <strong>de</strong><br />

semana. Claro que cualquier ser humano provecto pue<strong>de</strong><br />

asimilar las historias que se escriben en <strong>Oro</strong> y <strong>Barro</strong>, pero<br />

inintencionadamente, casi <strong>de</strong> cachilete, está dirigido a los<br />

5


miles, millones <strong>de</strong> jugadores <strong>de</strong> futbol amateur que no<br />

rehúsan jamás al convite <strong>de</strong> un partido, y no solo eso, sino<br />

que a<strong>de</strong>más lo juegan con cuerpo y alma exponiendo todas<br />

sus virtu<strong>de</strong>s y, sobre todo, sus <strong>de</strong>fectos en cada pelota.<br />

Todas y cada una <strong>de</strong> las historias que en este libro se<br />

muestran nos enseñan que la trivialidad <strong>de</strong>l mundo no es tal<br />

para aquel que tiene una pasión y un grupo <strong>de</strong> amigos con<br />

quien compartirla. En cada uno <strong>de</strong> los relatos nos<br />

enfrentamos a la inmensidad <strong>de</strong> un mundo enfermo ro<strong>de</strong>ado<br />

<strong>de</strong> amor que quiere expresar su odio en dos tiempos <strong>de</strong><br />

treinta minutos. Pero no solo eso, sino que cada relato es<br />

una interpelación a la condición <strong>de</strong>l ser social y a nuestro<br />

modo <strong>de</strong> interactuar con análogos.<br />

Si alguna vez estuviste en una cancha <strong>de</strong> futbol jugando un<br />

partido por el cajón <strong>de</strong> pollo y los diez litros <strong>de</strong> vino, si<br />

alguna vez participaste <strong>de</strong> un torneo organizado por la<br />

Universidad, si alguna vez competiste en el interbarrio con<br />

los <strong>de</strong>l otro lado <strong>de</strong>l canal, si alguna vez te peleaste con un<br />

amigo en la cancha y te amigaste en el asado post-partido, si<br />

alguna vez te pusiste una rodillera azul y una muslera<br />

blanca para ir a jugar con tus amigos… no po<strong>de</strong>s <strong>de</strong>jar <strong>de</strong><br />

per<strong>de</strong>rte este libro.<br />

Pero si yo fuera vos lo leería.<br />

6


AFILIESE GRATAROLA…<br />

Y SUFRA COMO SI HUBIERA<br />

PAGADO.<br />

Breve reseña, a modo <strong>de</strong> presentación...<br />

Durante más <strong>de</strong> Diez años un grupo siempre vulgar <strong>de</strong><br />

personas ha pretendido llevar el estoicismo a su más alto<br />

grado <strong>de</strong> elevación.<br />

Todo comenzó cuando, luego <strong>de</strong> innumerables<br />

reuniones que intentaban darle forma a lo que <strong>de</strong> por sí era<br />

algo difícil <strong>de</strong> conformar, se <strong>de</strong>cidió que el fin último <strong>de</strong> esta<br />

lastimera confluencia <strong>de</strong> seres irritantes <strong>de</strong>bía ten<strong>de</strong>r a<br />

<strong>de</strong>mostrar que la amargura es un estado constante, aun<br />

cuando alguna luz <strong>de</strong> felicidad pretenda empañar, muy <strong>de</strong><br />

vez en cuando, el martirio omnipresente <strong>de</strong> saberse un<br />

inútil.<br />

Primer paso cumplido.<br />

Segunda cuestión a elucidar: ¿Cuál es la mejor forma <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>mostrar al mundo que la torpeza es una calidad<br />

congénita? Y ahí apareció el numen <strong>de</strong>l gran artífice <strong>de</strong>l<br />

amargor: Guillón Sanpiterson supuso que, siendo el <strong>Fútbol</strong><br />

el <strong>de</strong>porte más hermoso <strong>de</strong>l mundo, su horripilante<br />

condición <strong>de</strong>portiva sería un contraste apto para cumplir el<br />

fin buscado.<br />

7


Moción aprobada y el grupo <strong>de</strong> pasmados formó un<br />

equipo <strong>de</strong> Balompié que se arrastra <strong>de</strong>plorablemente por<br />

diversos torneos <strong>de</strong>l Alto Valle <strong>de</strong> Río Negro y Neuquén. He<br />

aquí una compilación <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>sventuras y <strong>de</strong> cómo logran<br />

cada día <strong>de</strong>mostrar que la amargura es incurable.<br />

8


Al Bor<strong>de</strong>.<br />

Cuando uno está afuera, mientras su conjunto <strong>de</strong>portivo<br />

disputa algún encuentro, siempre se encuentra, literal y<br />

metafóricamente, AL BORDE.<br />

Parece mentira que se conjuguen, en este caso, el<br />

significado <strong>de</strong> estar al bor<strong>de</strong> físicamente (al lado o costado<br />

<strong>de</strong> la cancha) y espiritualmente.<br />

Yo conozco la sensación, acostumbrado a ser eterno<br />

suplente en los equipos <strong>de</strong> que he participado.<br />

Y las impresiones son únicas... intentaré <strong>de</strong>scribirlas:<br />

Primero, mientras se va dirimiendo quienes<br />

conformarán la plantilla inicial, se siente como una especie<br />

<strong>de</strong> angustia, digamos casi existencial. Cuando era chico esto<br />

ocurría en la elección <strong>de</strong>l picadito <strong>de</strong> barrio, en el que<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l agónico pan y queso, el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> elección<br />

significaba mucho más que saber en qué equipo te tocaba<br />

jugar. Como bien lo grafica Dolina en uno <strong>de</strong> sus relatos, esa<br />

elección <strong>de</strong> chiquilines implicaba saber en cuanta estima te<br />

tenían tus amigos, como eras visto en el grupo por tus<br />

cualida<strong>de</strong>s futbolísticas, tu grado <strong>de</strong> aceptación o no... en<br />

síntesis: Un Martirio. Vale <strong>de</strong>cir, antes <strong>de</strong> continuar, que<br />

nunca estuve entre los primeros elegidos. Hoy, que los años<br />

han pasado y ya no se trata <strong>de</strong> Pan y Queso, el estar en la<br />

9


formación titular continúa siendo un reflejo <strong>de</strong> la posición<br />

en el grupo.<br />

Y ahí empieza lo <strong>de</strong> la cuestión existencial... las<br />

posturas frente a la vida comienzan a aflorar reflejadas en<br />

reacciones ante la alineación: “Mierda, otra vez lo ponen al<br />

muerto ese, si no juega ni con tierra.”, piensa uno resentido,<br />

ó “Puta, ese será muy bueno, pero no pone huevos, es un<br />

amargo... yo seré un perro pero le pongo ganas por lo<br />

menos...”; el perpetuo suplente se dice “Nch, otra vez a<br />

jugar cinco minutos, que lo tiró...”, el disconforme con la<br />

dirigencia se da ánimos diciendo “Je, otra vez el mismo<br />

equipo que perdió el último partido... que se vayan a cagar...<br />

si no cambian no ganamos en la puta vida...”. Hay otros, que<br />

muestran aceptación, más bien resignada, como sabiendo<br />

que nunca estarán en los que van <strong>de</strong> entrada pero<br />

manteniendo una ilusión más allá <strong>de</strong> lo <strong>de</strong>portivo, esperando<br />

que todos se <strong>de</strong>n cuenta (lo que nunca ocurre) <strong>de</strong>l aguante<br />

que hace y que por eso se merece ser titular.<br />

10<br />

Y así, cada uno tiene su primera reacción.<br />

Por supuesto que esto es la inicial sensación, <strong>de</strong>spués<br />

las cosas se van modificando. Como dije, uno está al bor<strong>de</strong>.<br />

Y así va caminando por la cornisa <strong>de</strong> sus sentimientos. Por<br />

un lado el egoísmo <strong>de</strong> querer ser protagonista, por otro, la<br />

sensación <strong>de</strong> pertenecer a un grupo y darse cuenta que a<br />

veces hay que resignar los anhelos propios en pos <strong>de</strong>l bien<br />

<strong>de</strong> todos. En el medio <strong>de</strong> esto está lo único que pue<strong>de</strong> dar<br />

equilibrio a la balanza: LA AMISTAD.<br />

Y sí, porque más allá <strong>de</strong> las calenturas que te podés<br />

agarrar, estás en un equipo que nunca te va a retribuir con<br />

algún beneficio material. Sos parte <strong>de</strong> un conjunto<br />

entrelazado por otros hilos... y puteás, y te calentás, y sentís


que es una injusticia y que el mundo complota contra vos,<br />

pero seguís ahí, al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la cancha.<br />

Y el tiempo continúa pasando, a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l campo y en el<br />

resto <strong>de</strong>l universo... y tu calambre espiritual (aunque no te<br />

<strong>de</strong>s cuenta) pasa por saber, íntimamente, que cada minuto<br />

que no estás jugando es un minuto que perdiste para<br />

siempre, que no vas a recuperar. Pero seguís ahí al bor<strong>de</strong>,<br />

mirando, esperando.<br />

Y cuando las cosas van bien, aunque no quieras te<br />

ponés contento... aunque no estés a<strong>de</strong>ntro, sino al bor<strong>de</strong>. Y<br />

cuando meten un gol lo festejás, y cuando se lo hacen a tu<br />

equipo, mal<strong>de</strong>cís, y le echas la culpa a todo y a todos, y<br />

nuevamente renacen las mismas sensaciones que tuviste<br />

cuando no te pusieron <strong>de</strong> titular. Y seguís ahí, al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong>l<br />

paroxismo... y al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la cancha.<br />

En un momento empezás a entrar en calor, como<br />

haciéndote ver frente al D.T., como diciendo “Eh!, acordate<br />

que estoy acá...”, y trotás y elongás... hasta que estás al<br />

bor<strong>de</strong> <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sgarro (porque durante la semana no cumpliste<br />

con esa promesa que te hiciste <strong>de</strong> empezar a salir a correr).<br />

Al final te sentás, compungido, al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> las<br />

lágrimas... hoy no es un día en que te puedas sentir feliz...<br />

seguís al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la cancha...<br />

Y justo antes <strong>de</strong> que te <strong>de</strong>cidas a empezar a <strong>de</strong>satarte<br />

los botines llegan las palabras mágicas: “Dale, Boludo,<br />

preparate que entrás...”<br />

11


12


La Perfección...<br />

...Y, no sé qué te puedo <strong>de</strong>cir, el Pepe Miguez era un<br />

tipo común y corriente. No tenía nada que lo hiciera<br />

<strong>de</strong>masiado especial, por lo menos frente a la mayoría <strong>de</strong> la<br />

gente. Yo lo conocía bien, digamos que llegamos a ser<br />

amigos. No <strong>de</strong> esos amigos <strong>de</strong> toda la vida, porque lo conocí<br />

<strong>de</strong> gran<strong>de</strong>, pero era ese tipo <strong>de</strong> personas con las que,<br />

simplemente, te sentís cómodo.<br />

La cuestión es que nos conocimos por amista<strong>de</strong>s en<br />

común que <strong>de</strong>sembocaron en la formación <strong>de</strong> un equipito <strong>de</strong><br />

fútbol ocho que jugaba entre semanas en un torneo<br />

organizado por el dueño <strong>de</strong> un predio <strong>de</strong> canchas.<br />

El Pepe no era un jugador <strong>de</strong>slumbrante, era más bien,<br />

como en la vida, uno más <strong>de</strong>l montón, y no es que yo sea un<br />

fenómeno.<br />

Pero, en realidad, tenía una característica que lo<br />

distinguía <strong>de</strong>l resto, y que muy pocos <strong>de</strong> su círculo íntimo<br />

conocíamos. El Pepe tenía una especie <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r adivinatorio<br />

para el fútbol. No es que fuera un Nostradamus, pero tenía<br />

algún tipo <strong>de</strong> premonición, aunque con características un<br />

poco extrañas.<br />

El Pepe Miguez podía soñar las cosas como no iban a<br />

pasar. Es <strong>de</strong>cir, el Pepe soñaba con situaciones que <strong>de</strong>spués<br />

13


pasaban, pero <strong>de</strong> otra forma. No sé si me explico, pero era<br />

algo raro. El Pepe venía y te <strong>de</strong>cía, “Che, anoche soñé que<br />

en el partido <strong>de</strong> hoy, al minuto 20, Fito agarraba la bocha y<br />

le metía un <strong>de</strong>speje que pasaba la mitad <strong>de</strong> la cancha, y vos<br />

estabas parado al costado <strong>de</strong>recho, viste y ahí la agarrabas<br />

vos, te gambeteabas a uno y le metías flor <strong>de</strong> zapallazo al<br />

arco que la clavabas en el ángulo.” Y a la noche el Fito<br />

rechazaba, yo la agarraba y le metía flor <strong>de</strong> zapallazo que<br />

terminaba pasando como a diez metros <strong>de</strong>l arco. Todas<br />

cosas así, pero lo que pasa es que el Pepe te la contaba con<br />

<strong>de</strong>talles. Yo ahora no me acuerdo, pero venía y te <strong>de</strong>cía en<br />

qué minuto, adon<strong>de</strong> estabas parado vos, adon<strong>de</strong> los otros,<br />

todo te contaba, pero te la contaba como que fuera a pasar<br />

algo bueno, y al final eso nunca ocurría, siempre cambiaba<br />

algún <strong>de</strong>talle. Era como... como si el sueño le mostrara la<br />

situación i<strong>de</strong>al... y bueno, la realidad terminaba siendo una<br />

cagada.<br />

El tema es que, al principio, me resultó chistoso, y<br />

siempre le preguntaba al Pepe qué había soñado, pero<br />

<strong>de</strong>spués, con el paso <strong>de</strong>l tiempo, como que me aburría,<br />

porque ya sabía, por contraposición al sueño <strong>de</strong>l Pepe,<br />

cuando alguien iba a morfarse un gol hecho, o cuando una<br />

jugada que pintaba bien iba a terminar en algo<br />

intrascen<strong>de</strong>nte, así que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>jé <strong>de</strong> preguntarle por sus<br />

adivinaciones pifiadas... le quitaban la gracia a los partidos.<br />

Así transcurre la vida, hundidos en la rutina <strong>de</strong> la<br />

amistad, y ese <strong>de</strong>talle <strong>de</strong>l Pepe quedó olvidado.<br />

Pero resulta que por esas casualida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l universo, el<br />

torneo pasado hicimos un campañón. La verdad es que los<br />

mejores equipos (los que siempre nos <strong>de</strong>jaban bailando), se<br />

habían retirado, así que el torneo menguó un poco su<br />

14


calidad, y nosotros nos encontramos <strong>de</strong> repente no te digo<br />

entre los más buenos, porque sería mucho, sino entre los<br />

menos malos y con posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> salir campeones.<br />

Y así fue que llegamos al último partido. Como era por<br />

sumatoria <strong>de</strong> puntos no había una final, pero nosotros<br />

necesitábamos ganar si o si para asegurarnos el<br />

campeonato. Nos toca justo con uno <strong>de</strong> los colistas, así que,<br />

en los papeles, el trámite tenía que ser sencillo... por<br />

supuesto que no lo fue... nos la arreglamos para hacer<br />

veinte mil macanas y jugamos un partido horrible, seguro<br />

apurados por los nervios propios <strong>de</strong> gente que nunca antes<br />

había estado tan cerca <strong>de</strong> la gloria <strong>de</strong>portiva (pequeña<br />

gloria, pero gloria al fin).<br />

La cuestión es que <strong>de</strong>bían faltar como veinte segundos<br />

para terminar el partido y las cosas estaban uno a uno.<br />

Nosotros apilados todos en el campo <strong>de</strong> ellos, con la<br />

<strong>de</strong>sesperación propia <strong>de</strong>l que sabe que si no aprovecha<br />

ahora va a ser nunca jamás. Corríamos como atolondrados,<br />

todos atrás <strong>de</strong> la pelota, casi ni sabíamos para don<strong>de</strong><br />

llevarla. Y el otro equipo, sabiendo que nos cagaba la ilusión<br />

parecía encontrarse dispuesto a ejercer esa posibilidad <strong>de</strong><br />

ser dañino, <strong>de</strong> no tener compasión. Así que todos ellos<br />

metidos en el fondo.<br />

En eso sale la arisca bocha para un costado, el Beto la<br />

alcanza a dominar y la tira larga por la línea lateral, corre a<br />

buscarla y llega antes que el <strong>de</strong>fensor, sin pensarlo dos<br />

veces tira un centro bombeado al área <strong>de</strong> ellos. La pelota<br />

salió un poco alta y con comba para afuera. Pasó las<br />

primeras cabezas <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensores y atacantes y parecía<br />

dirigirse fatalmente hacia el otro lateral. Ya casi salía <strong>de</strong>l<br />

área... y en eso aparece el Pepe. Estaba paradito justo en el<br />

15


vértice exterior <strong>de</strong>l área, la pelota ya lo pasaba, no había<br />

forma <strong>de</strong> que llegase a agarrarla... pero el Pepe se dio como<br />

una media vuelta, poniéndose <strong>de</strong> espaldas al arco contrario,<br />

pegó un salto <strong>de</strong>l que nadie lo creía capaz... parecía como si<br />

tuviera la plasticidad <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> esos rusos que dan vueltas y<br />

vueltas carnero, y eso que el Pepe <strong>de</strong>be pesar como 90<br />

kilos... la vista fija en la bocha, todos tuvimos la sensación<br />

<strong>de</strong> que el mundo <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> girar, parecía mágico... y así, el<br />

Pepe se extendió completamente y haciendo una pirueta<br />

propia <strong>de</strong>l Diego o, por lo menos, <strong>de</strong>l Enzo, agarró la pelota<br />

<strong>de</strong> chilena y mientras terminaba <strong>de</strong> caer alcanzó a ver como<br />

se clavaba en el ángulo contrario, ante la volada inútil <strong>de</strong>l<br />

arquero, la mirada atónita <strong>de</strong> los <strong>de</strong>fensores y la angustia en<br />

la cara <strong>de</strong> sus compañeros, que parecíamos pedir por favor<br />

que eso que estábamos viviendo fuera <strong>de</strong> verdad.<br />

Nadie reaccionaba todavía, cuando el árbitro hizo sonar<br />

el silbato... ni siquiera <strong>de</strong>jó que los otros sacaran <strong>de</strong>l<br />

medio...<br />

Ni te cuento la locura que fue eso... yo automáticamente<br />

me largué a llorar... para un completo miembro <strong>de</strong> la gilada<br />

como yo, salir campeón <strong>de</strong> ese torneo <strong>de</strong> cuarta era el<br />

sumum <strong>de</strong> la felicidad...<br />

Todos corrieron a abrazar al Pepe, era un héroe, era el<br />

más gran<strong>de</strong> entre los gran<strong>de</strong>s... cuando pu<strong>de</strong> sacar a los<br />

empujones al resto <strong>de</strong>l equipo y llegué a abrazarlo, todavía<br />

con lágrimas en los ojos, lo veo al Pepe. Estaba pálido... con<br />

cara inexpresiva... yo creí que estaba shockeado porque<br />

todavía no podía creer lo que estaba viviendo... Le pegué un<br />

abrazo que casi le saco los pulmones... mirá, te juro que le<br />

hubiera dado un beso en la boca <strong>de</strong> la alegría que tenía...<br />

pero el Pepe me corrió, me miró a los ojos y me dijo:<br />

16


“¡Boludo, esto es lo que soñé!”, “¿Qué?... ¿<strong>de</strong> qué me hablás<br />

mamerto? ¡¡¡SOMOS CAMPEONES!!” le contesté... pero el<br />

Pepe no reaccionaba... “Así lo soñé y así pasó... salió<br />

perfecto... como lo soñé...” me dijo, pero no con alegría... su<br />

cara era in<strong>de</strong>scriptible, rara... yo me quedé medio<br />

<strong>de</strong>scolocado, no entendía qué me quería explicar... y ahí<br />

volvieron todos los <strong>de</strong>más y lo levantaron al Pepe y lo<br />

llevaron en andas... y no era para menos... <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las alturas<br />

el Pepe me miraba como pidiendo auxilio... Y la cuestión es<br />

que al final el Pepe no alcanzó ni a llegar a los vestuarios, se<br />

quedó seco ahí nomás, al costado <strong>de</strong> la cancha... un ataque<br />

cardíaco...<br />

Después entendí... la cara <strong>de</strong>l Pepe era <strong>de</strong> miedo... él se<br />

dio cuenta que algo andaba mal, no podía ser todo tan<br />

perfecto... no podía estar pasando lo que había soñado...<br />

Des<strong>de</strong> ese día nunca más volví a jugar al fútbol... la verdad,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese día intento que las cosas nunca me salgan<br />

<strong>de</strong>masiado bien... ahí me di cuenta que las cosas perfectas<br />

no son para los giles como nosotros.<br />

17


18


Acto <strong>de</strong> Constricción:<br />

(O <strong>de</strong> Como al que nace Barrigón es al ñudo<br />

que lo fajen)<br />

19


Viernes ... <strong>de</strong> Enero <strong>de</strong> 2.00…, por la noche, un grupete <strong>de</strong><br />

los más selectos per<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> Neuquén y Cipolletti<br />

reunidos en la casilla <strong>de</strong> cartón <strong>de</strong> célebre borracho<br />

fabulador.<br />

El ambiente es el propio al <strong>de</strong> cualquier conjunto <strong>de</strong>portivo<br />

amateur en aras <strong>de</strong> organización <strong>de</strong> una nueva etapa <strong>de</strong><br />

competición... es <strong>de</strong>cir: humo <strong>de</strong> cigarrillo inundando todos<br />

los rincones, una gruesa picada bien surtida sobre la mesa,<br />

reguero <strong>de</strong> botellas <strong>de</strong> cerveza, vino y fernet por todos<br />

lados, gritos ensor<strong>de</strong>cedores como telón <strong>de</strong> fondo... para<br />

colmo, pleno enero con un calor que <strong>de</strong>rretía la cera <strong>de</strong> los<br />

oídos... el olor a sudor (proveniente <strong>de</strong> las zonas más<br />

variadas <strong>de</strong> la anatomía humana) comenzaba a ser palpable.<br />

Guillón: “Muchachos, creo que ya es hora <strong>de</strong> que<br />

maduremos, llevamos diez años intentando jugar al fútbol y<br />

lo más que logramos fue saber que el objetivo es meter esa<br />

cosa redonda en uno <strong>de</strong> los arcos.”<br />

Normen: “Yo creo que Guillón tiene razón...”<br />

Gurkariel (Desacatado): “¡A mí no me vas a <strong>de</strong>cir cómo se<br />

juega al fútbol! Yo me la paso viendo Utilísima Satelital y ya<br />

hice como ocho mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> tortas <strong>de</strong>coradas como un<br />

estadio... Gil.”<br />

Normen: “Yo creo que Gurkariel tiene razón...”<br />

Guillón (Morigerando): “Ya sé Gurkariel, pero yo no<br />

discuto tus dotes como repostero, es más, sabés lo que me<br />

gusta comerme tu galletita, pero ahora estoy hablando <strong>de</strong><br />

Deporte... Otro año más pasando vergüenza, me parece<br />

<strong>de</strong>masiado.”<br />

20


Coco: “Si, es verdad, la última vez que metimos un gol lo<br />

festejamos como locos, nos tomamos como cuarenta<br />

cervezas y terminamos todos mamados, eso está bueno,<br />

pero la próxima vez que hagamos un gol propongo que<br />

esperemos a que termine el partido para empezar a festejar,<br />

porque esa vez a la final terminamos perdiendo como 9 a<br />

1...”<br />

Normen: “Yo creo que Coco tiene razón...”<br />

Moscho: “Yo comparto la opinión <strong>de</strong> Guillón. Tenemos que<br />

<strong>de</strong>cidirnos, si somos un equipo <strong>de</strong> amigos que se junta para<br />

distraerse un rato o hacemos un equipo competitivo...”<br />

SILENCIO GENERAL EN LA SALA...<br />

Moscho: “Ya sé, Ya sé... nosotros no hacemos un equipo<br />

competitivo ni volviendo a nacer, pero siempre queda bien<br />

<strong>de</strong>cir eso... ¿Vieron?.”<br />

Patín (A los gritos, gesticulando mucho con ambas<br />

manos y sosteniendo su chopp en forma acrobática<br />

sobre la buzarda): “¡¡¡De última, lo que <strong>de</strong>bemo tener en<br />

cuenta es que todo queremo jugar, vamo lo sabado a pasar<br />

un rato corriendo nomá... entonce no... vite... que a vece uno<br />

que quiere jugar y no... que uno dice una cosa y otro la otra<br />

y así nadien tiene gana... porque a la final...<br />

escuchame...tsh”<br />

SILENCIO GENERAL EN LA SALA...<br />

Chinete (Intentando retornar a la coherencia): “Bueno,<br />

sí, eh... digamos que está bien, pero lo importante acá no es<br />

solamente cuantos somos para disputar un encuentro<br />

ecuménico... ¡SI NO CUANTOS SE SUMAN PARA PUTEAR<br />

A LOS ÁRBITOS RECONCHA DE SU MADRE, HIJOS DE<br />

21


MIL PUTAS, MAL PARIDOS, CULO ROTOS, PUTOS<br />

RELAMIDOS, CULIADOS DE MIERDA....”<br />

Guillón (A esta altura ya asustado): “Tá, tá, Chinete...<br />

entendimos el concepto... pero secate la saliva y no nos<br />

vayamos por las ramas...”<br />

Normen: “Yo creo que Chinete y Guillón tienen razón...”<br />

Todos: “¡¡¡BASTA NORMEN!!!”<br />

Dieguei: “Bueno, yo opino, que tenemos que ir a jugar<br />

tranqui nomás... No nos metamos presión queriendo estar<br />

arriba, porque yo enseguida me estreso y <strong>de</strong>spués tengo<br />

ataques <strong>de</strong> pánico... vieron como es esto...”<br />

Moscho: “Bueno, sí, lo que dice Dieguei está bien...<br />

Supongo que se refiere a que con el estado físico que<br />

tenemos somos el blanco perfecto <strong>de</strong> la chacota... Mirate<br />

vos Dientaniel, tenés el cuerpo como la combinación<br />

perfecta entre la guata <strong>de</strong> la Tota Santillán y las piernas <strong>de</strong>l<br />

Sr. Burns...”<br />

Gurkariel (Completamente <strong>de</strong>saforado): “¡¡¡A mí no me<br />

van a venir a <strong>de</strong>cir como hay que mantener el estado<br />

físico!!!... Yo logré mantener mi misma condición durante<br />

los últimos diez años...”<br />

Rulen: “Si... los mismos cien kilos, la misma panza...”<br />

Negro (Autoritario): “¡Bueno, Basta CARAJO!... Ya se<br />

<strong>de</strong>jan <strong>de</strong> pen<strong>de</strong>jadas... y pasen la cerveza que hace como 10<br />

segundos que no tomo nada y ya me está pegando el<br />

síndrome <strong>de</strong> abstinencia...”<br />

Guillón (Desesperado): “Por favor chicos... vamos a<br />

terminar como todos los años cuando nos juntamos a<br />

organizarnos... borrachos, babeando incoherencias y sin<br />

22


llegar a ningún tipo <strong>de</strong> acuerdo... no seamos tontos...<br />

porfis...”<br />

Ese cierre motivó un alud <strong>de</strong> carcajadas, <strong>de</strong>jando a Guillón<br />

expuesto en su más alto nivel <strong>de</strong> bolu<strong>de</strong>z a pesar <strong>de</strong> sus<br />

loables intentos <strong>de</strong> lograr congruencia...<br />

Dientaniel (Secándose las lágrimas): “Che, porfis, por<br />

qué mejor no hablamos <strong>de</strong>l tema <strong>de</strong> las camisetas... las que<br />

tenemos son una hilacha... parecen los calzones <strong>de</strong> la<br />

hermana <strong>de</strong>l Negro...”<br />

¡¡¡¡TUC!!!<br />

Terrible botellazo propinado por el Negro en la cabeza <strong>de</strong><br />

Dientaniel que comienza a sangrar profusamente....<br />

CARCAJADAS incontenibles <strong>de</strong> todos, incluido el boludo <strong>de</strong><br />

Dientaniel, que no sabía muy bien qué había pasado...<br />

Moscho: “Bueno, basta, antes <strong>de</strong> seguir vamos a ponernos<br />

<strong>de</strong> acuerdo en algunos puntos... yo propongo un par <strong>de</strong><br />

i<strong>de</strong>as que se me ocurrieron el otro día cuando me masturb...<br />

eh... me afeitaba en el baño... – Saca un arrugado papel <strong>de</strong>l<br />

bolsillo – Paso a leer: Primero: Yo soy el Director Técnico y<br />

master supremo <strong>de</strong>l equipo, Segundo: Al que no esté <strong>de</strong><br />

acuerdo con el primer punto se pue<strong>de</strong> ir soberanamente a<br />

lavar el ojete, Tercero: Jugamos con línea <strong>de</strong> tres en la<br />

<strong>de</strong>fensa ...”<br />

Gurkariel: “¡¡¡¡QUÉ... ESTÁS LOCO O LA PAJA TE SECÓ<br />

EL CEREBRO!!! CÓMO MIERDA VAMOS A JUGAR CON<br />

LÍNEA DE TRES... PELOTUDO...”<br />

Guillón (Agarrándole los brazos a Gurkariel):<br />

“Tranquilo viejo... <strong>de</strong>jalo terminar...”<br />

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Moscho (Visiblemente compungido... por no <strong>de</strong>cir<br />

cagado en las patas): “Este... bueno lo po<strong>de</strong>mos discutir...<br />

yo propongo nomás... entonces: Tercero: JUGAMOS CON<br />

LÍNEA DE CUATRO EN LA DEFENSA...”<br />

Gurkariel: “¡¡¡¡QUÉ... OTRA VEZ VAMOS A JUGAR A LA<br />

CAGONA!!! ME TIENEN LOS HUEVO AL PLATO... HAY<br />

QUE JUGÁRSELA LOCO... NO VAMOS A GANAR NUNCA<br />

ASÍ!!!!”<br />

Guillón (Completamente resignado): “Bueno... otro día<br />

discutimos la <strong>de</strong>fensa... seguí Moscho.”<br />

Moscho (Arrugando el papelito que tenía <strong>de</strong> machete):<br />

“Ehhhhh.... bueno... como principio... ehhh... bueno... ¡Ah!<br />

Ya sé... hagamos así, pongámosle multa a cada una <strong>de</strong> las<br />

bolu<strong>de</strong>ces que venimos haciendo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> siempre, a ver si<br />

empezamos a mejorar: el que falta sin aviso tiene que pagar<br />

una multa <strong>de</strong> tres birras, el que llega tar<strong>de</strong> a la cancha,<br />

tiene que pagar una multa <strong>de</strong> tres birras, el que se hace<br />

amonestar con amarilla por hablar, multa <strong>de</strong> tres birras,<br />

expulsado por hablar tiene que pagar una multa <strong>de</strong> cinco<br />

birras, los que se pelean antes, durante o <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l<br />

partido multa <strong>de</strong> cinco birras, el que llega a la cancha re<br />

mamado, multa <strong>de</strong> tres birras...”<br />

Claro... usó la palabra mágica BIRRA y por unanimidad<br />

todos aceptaron la i<strong>de</strong>a....<br />

Cuatro semanas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> aquel viernes <strong>de</strong><br />

organización:<br />

El grupo <strong>de</strong> amargos reunidos, haciendo una fila, todos<br />

vestidos con una batita blanca... enfrente, un enfermero<br />

fornido con casaca celeste les va dando una pastillita a cada<br />

uno...<br />

24


Guillón (a Moscho, que está atrás <strong>de</strong> él en la fila):<br />

“Ché, que cagada...”<br />

Moscho: “Yo nunca pensé que esto <strong>de</strong> las multas iba a<br />

terminar con todo el equipo internado en esta puta granja<br />

<strong>de</strong> rehabilitación <strong>de</strong> alcohólicos, ¿Cómo podía saber que<br />

íbamos a tener DIEZ CAJONES <strong>de</strong> cerveza por multas cada<br />

sábado? No apren<strong>de</strong>mos más…”<br />

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26


Detalles...<br />

“Como si fuera fácil, loco... yo no sé qué carajo se<br />

creen...<br />

Como si fuera venir y hacerlo, nada más, como si fuera<br />

la pavada más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong>l mundo... no, si estos no entien<strong>de</strong>n<br />

nada...<br />

Aparte, para que me mandan al frente a mí, como si yo<br />

les hubiera pedido algo, como si los hubiera obligado a<br />

<strong>de</strong>cir... “Dale, andá vos...”<br />

Es al pedo... uno pone todo su compromiso, porque<br />

siente que forma parte <strong>de</strong> algo, y al final no sos nada... un<br />

gil, eso es lo que me siento, un GIL...<br />

Porque en las peludas todos se van al mazo, bien chotos<br />

son....<br />

Y <strong>de</strong>spués todos ven la imagen panorámica, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lejos,<br />

nadie se <strong>de</strong>tiene en los <strong>de</strong>talles... ¡y lo que importa son los<br />

<strong>de</strong>talles!... <strong>de</strong>jame <strong>de</strong> jo<strong>de</strong>r...<br />

Todo en la vida son los <strong>de</strong>talles, si no te fijas en las<br />

pequeñas cosas nunca vas a po<strong>de</strong>r enten<strong>de</strong>r a nadie...<br />

porque el cuadro completo es fácil ¿O acaso no pasa que<br />

cualquier boludo se cree con <strong>de</strong>recho a venir y mandarse<br />

una crítica <strong>de</strong> alguien que no conoce sólo por ver una<br />

27


imagen general? Y bueno, así se pue<strong>de</strong> cometer cualquier<br />

injusticia...<br />

¡Y eso es lo que pasa, Mierda!, todo el mundo piensa<br />

que te pue<strong>de</strong> juzgar por la imagen <strong>de</strong> un momento tuyo... y<br />

así estamos, al final la sociedad se guía por la imagen, ya no<br />

somos seres humanos, somos la imagen <strong>de</strong> seres humanos...<br />

Pero claro, para qué carajo nos vamos a fijar en los<br />

<strong>de</strong>talles si eso pue<strong>de</strong> hacernos confundir, pue<strong>de</strong> hacernos<br />

poner a pensar, pue<strong>de</strong> llegar a cambiar nuestro modo <strong>de</strong> ver<br />

las cosas...<br />

No, ¿para qué? Si es más fácil manejarse por la imagen<br />

que tenemos <strong>de</strong> las cosas y las personas... siempre la puta<br />

imagen...<br />

Y bueno, si eso no es más que una muestra <strong>de</strong> lo que<br />

somos todos... acostumbrados a fingir que nos interesan la<br />

banalida<strong>de</strong>s, todos queremos ser como los actores famosos o<br />

como los cantantes o como las gran<strong>de</strong>s estrellas, pero nadie<br />

se fija en los pormenores... nadie se pone a pensar que hay<br />

cosas más importantes, que aunque tengas guita y facha<br />

pue<strong>de</strong> que no seas feliz... que capaz que lo trascen<strong>de</strong>ntal<br />

está en las cosas más simples... pero no, te muestran una<br />

imagen y todos queremos ser como esa imagen, no como la<br />

persona que está <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la imagen, sino como ese<br />

reflejo...<br />

Y a partir <strong>de</strong> ahí, el resto... todo fácil, todo sin<br />

complicaciones, todo por la parte <strong>de</strong> afuera, sin intentar<br />

compren<strong>de</strong>r cada una <strong>de</strong> las circunstancias que ro<strong>de</strong>an a un<br />

momento cualquiera...<br />

La verdad es que para mejorar como seres humanos<br />

<strong>de</strong>beríamos empezar a fijarnos en las cosas pequeñas, para<br />

28


así po<strong>de</strong>r enten<strong>de</strong>r más profundamente a las personas, a sus<br />

sentimientos, a sus necesida<strong>de</strong>s, a la justificación <strong>de</strong> sus<br />

acciones...<br />

Pero sé que es difícil, casi imposible, si toda la sociedad<br />

te impone casi como una obligación fijarte más que nada en<br />

la imagen, no en los pequeños <strong>de</strong>talles...”<br />

- Eh, Coqui, en qué te quedaste pensando, boludo...<br />

- No, en nada, estem...<br />

- Dale boludo ya está...<br />

- Si, ya sé... ¿pero vos te fijaste que había un pozo en el<br />

punto <strong>de</strong>l penal? Por eso la tiré a la mierda, porque había un<br />

pozo... pero estos boludos te putean porque errás un penal<br />

pero ni se fijan en los <strong>de</strong>talles... ni te preguntan...<br />

29


30


ODA AL NEGRO SOARZO<br />

Aquí me pongo a cantar,<br />

al compás <strong>de</strong> la vigüela.<br />

Como pa´hacer escuela,<br />

y pa´que lo tengan presente,<br />

hoy sabrán cómo se siente<br />

metermurra y que les duela.<br />

Al hueso <strong>de</strong>bes llegar,<br />

con patada o foul violento.<br />

Es así como lo siento,<br />

no <strong>de</strong>bés <strong>de</strong>sesperar...<br />

Si se trata <strong>de</strong> pegar,<br />

<strong>de</strong>bes estar muy atento.<br />

Hay que empezar por abajo:<br />

si se pue<strong>de</strong>, a los tobillos...<br />

y hay que ser bastante pillo,<br />

para clavar el botín:<br />

A pegarle <strong>de</strong> puntín,<br />

con la fuerza <strong>de</strong> un ladrillo.<br />

Un poquito más arriba,<br />

el fairplay ya ni se aplica.<br />

Si metés la paralítica,<br />

ojo!!! Atento al referí,<br />

que si mal no lo inferí,<br />

con la roja se complica.<br />

Por Pablo Daniel Moschini<br />

31


En el área vale todo:<br />

Ya lo dijo Blas Armando.<br />

Yo me mato transpirando,<br />

aunque entre dos minutos.<br />

En el córner siempre hay luto,<br />

cuando surto a dos contrarios.<br />

Con la suela me manejo,<br />

y voy <strong>de</strong>recho a la canilla.<br />

Si se arma camarilla,<br />

al momento <strong>de</strong> pegar.<br />

Que no vengan a apurar,<br />

que les pego con la hebilla.<br />

Nunca voy a la pelota.<br />

Por mi hijo yo lo juro.<br />

Y aunque parezca duro,<br />

es tan solo un adjetivo.<br />

La canilla es mi objetivo:<br />

Que te la rompa es seguro.<br />

Y si me toca ligar,<br />

calladito, yo no arrugo...<br />

Porque soy muy cojonudo,<br />

no me quejo si me dan.<br />

Yo llegué a segundo Dan,<br />

cuando practicaba judo.<br />

Pierna fuerte en buena ley:<br />

ésa es mi cualidad.<br />

Ya no tengo calidad,<br />

y pa´correr voy en moto.<br />

Es que soy un viejo choto...<br />

Esa es la realidad.<br />

32


Cuando vuelvo <strong>de</strong> jugar,<br />

pongo los güevos sobre la mesa:<br />

Pero mi señora siempre empieza,<br />

con el tema <strong>de</strong> los trapos:<br />

"Hoy lavame bien los platos,<br />

que te parto la cabeza"...<br />

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34


Envidia<br />

El chabón era malo… no, PERDÓN... era muy malo<br />

jugando al fútbol. Imagínese un flaco alto, zancudo,<br />

<strong>de</strong>sgarbado, sin forma <strong>de</strong> nada, parecía que tenía el pecho<br />

hundido entre hombros <strong>de</strong>masiado anchos, la cintura era<br />

una recta entre el torso y las piernas... y las piernas, bueno,<br />

dos escarbadientes largos que parecían a punto <strong>de</strong><br />

quebrarse en cualquier momento, para colmo, el vago se<br />

había tatuado ambas piernas <strong>de</strong> una manera muy ridícula,<br />

no por los tatuajes, sino por el contexto, y encima <strong>de</strong> todo<br />

Colorado.<br />

Era, en síntesis, lo más antiestético que vi en mi vida.<br />

Parecía un personaje <strong>de</strong> caricatura.<br />

Pero a pesar <strong>de</strong> todo eso, el chabón ERA TITULAR. Se<br />

podrá pensar en algún arreglo con el DT, o que era una<br />

persona muy querida por el grupo, que se yo, se podrán<br />

pensar veinte mil cosas, pero no, la realidad era una sola...<br />

El Chabón tenía culo... Un Culo gran<strong>de</strong> como una casa, cada<br />

vez que entraba mojaba, era increíble.<br />

Y yo, que, sin falsa mo<strong>de</strong>stia, siempre fui muy<br />

habilidoso, me tenía que comer el banco porque ese hijo <strong>de</strong><br />

puta tenía más suerte que la mierda. Y bueno, me la tenía<br />

que comer, yo jugaba <strong>de</strong> nueve y era bueno, pero él jugaba<br />

<strong>de</strong> nueve y tenía suerte... que le puedo <strong>de</strong>cir, no le digo que<br />

lo envidiaba, porque era un mamarracho, lo que sentía por<br />

35


él era otra cosa, era... ODIO, eso... era ODIO… lo odiaba<br />

profundamente, porque me tenía que conformar con entrar<br />

cinco minutos, porque sabía que era mejor que él, porque no<br />

podía <strong>de</strong>cir ni A, porque el chabón siempre la mandaba a<br />

guardar... realmente lo odiaba al payaso ese.<br />

Dos torneos me comí así, dos torneos <strong>de</strong> mierda. Tenía<br />

que ver cómo iban todos a abrazarlo, lo trataban como un<br />

héroe, y era un perro, un terrible perro jugando.<br />

Todos los entrenamientos yo la <strong>de</strong>scosía, la <strong>de</strong>jaba<br />

chiquita a la pelota, el otro mamerto no podía hacer ni dos<br />

pasos seguidos sin tropezarse y yo la amasaba para todos<br />

lados, <strong>de</strong>jaba a todo el mundo clavado... pero el domingo era<br />

suplente... y el otro guacho metía goles siempre...¡Y no sabía<br />

ni patear una bocha! ¿Me entien<strong>de</strong>? Para mí era terrible, no<br />

podía <strong>de</strong>cir nada...<br />

Dos Torneos me comí así... hasta que me cansé, ya no<br />

aguantaba más, no soportaba ni siquiera verlo... me causaba<br />

asco... le juro que soñaba con el vago, se me aparecía en los<br />

sueños con esa cara flaca, los pelos colorados aplastados<br />

por la grasa, las orejas que parecían <strong>de</strong> otra cabeza... loco<br />

me iba a volver, loco.<br />

Así que agarré, pedí el pase y me fui a otro equipo... no<br />

podía estar al lado <strong>de</strong> ese esperpento ni un segundo más...<br />

Me fui al Club Atlético Pacífico, no tenían un gran<br />

equipo, pero tampoco eran <strong>de</strong> los peores... ahí sí, claro, sin<br />

un ojetudo en frente, me adueñé <strong>de</strong>finitivamente <strong>de</strong>l centro<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong>lantera, y claro, si yo era bueno jugando...<br />

Y largó el campeonato, empezamos bien, sacamos<br />

buenos puntos, a mí al principio me costó un poco<br />

adaptarme o, mejor dicho, terminar <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rme con los<br />

36


otros pibes, bueno, siempre pasa... pero la historia es que no<br />

había podido hacer muchos goles... yo tenía un hambre <strong>de</strong><br />

gol que no te lo podés creer, necesitaba <strong>de</strong>mostrarle a mis<br />

ex compañeros que el pedazo <strong>de</strong> culón que tenían ellos era<br />

nada al lado mío... necesitaba <strong>de</strong>mostrarme a mí mismo que<br />

era mejor que él. Para que se entienda, no me importaba<br />

salir campeón, no me importaba si salíamos últimos y nos<br />

íbamos al <strong>de</strong>scenso, lo único que quería era meter más goles<br />

que el otro...<br />

La cuestión es que agarré y empecé a llevar toda una<br />

tabla particular, compré una pizarra y dibujé un fixture <strong>de</strong><br />

los dos equipos, así iba marcando los goles que hacía él y los<br />

goles que hacía yo. Todos los lunes me compraba el Diario<br />

La Mañana <strong>de</strong> Neuquén y me iba <strong>de</strong>recho a los <strong>de</strong>portes<br />

regionales, sólo me importaba el resumen <strong>de</strong>l partido <strong>de</strong><br />

ellos. Todos los lunes la misma cara <strong>de</strong> amargura al leer que<br />

el muy suertudo metía goles, ¡que lo parió!... mire, me<br />

tendría que haber filmado, me imagino que se me <strong>de</strong>bía<br />

<strong>de</strong>formar la jeta cuando aparecía su nombre entre los que<br />

convertían goles... me quería matar, y ni le cuento los fines<br />

<strong>de</strong> semana en que yo no la embocaba... en esas<br />

oportunida<strong>de</strong>s la noche <strong>de</strong>l domingo al lunes ni siquiera<br />

dormía, me iba a las cuatro <strong>de</strong> la mañana a comprar el<br />

diario... era una obsesión.<br />

En la fecha 13 nos cruzábamos con ellos, era un poquito<br />

más <strong>de</strong> la mitad <strong>de</strong>l campeonato, y yo miraba mi tabla <strong>de</strong><br />

goleadores y para la fecha anterior el muy muerto ya me<br />

había sacado cuatro goles <strong>de</strong> diferencia, me quería matar,<br />

contaba y recontaba los goles marcados, revisaba diez veces<br />

por día los recortes <strong>de</strong> cada fecha, para confirmar la<br />

cantidad <strong>de</strong> anotaciones <strong>de</strong> cada uno, me quería matar...<br />

37


38<br />

Y ahí se me ocurrió.<br />

Claro, era un acto <strong>de</strong> <strong>de</strong>sesperación, pero si perdía<br />

contra ese espantapájaros no iba a po<strong>de</strong>r tener tranquilidad<br />

por el resto <strong>de</strong> mi vida... yo sé que parece muy exagerado lo<br />

que le digo, pero era lo que sentía... y bueno, listo, se me<br />

ocurrió la i<strong>de</strong>a y ya me mandé como un caballo...<br />

Era mi única oportunidad: el domingo, cuando<br />

jugáramos contra ellos, tenía que buscar la ocasión y <strong>de</strong>jarlo<br />

afuera <strong>de</strong>l torneo... era una bajeza, pero yo no podía<br />

aguantarme la <strong>de</strong>rrota... era un acto <strong>de</strong> <strong>de</strong>sesperación.<br />

Tenía que pensarla bien, no quería cagarlo mucho,<br />

necesitaba dos o tres semanas <strong>de</strong> ventaja, nada más... yo me<br />

justificaba diciéndome que era injusto que él se mantuviera<br />

sólo con la suerte, que no podía ser legítimo que una<br />

persona sin ninguna habilidad fuera goleador... así que tenía<br />

que neutralizarlo... le juro que en ese momento yo pensaba<br />

que cualquiera me daría la razón, que me enten<strong>de</strong>ría<br />

cualquiera que supiera como eran <strong>de</strong> verdad la cosas...<br />

Así que toda la semana estuve pensando cual era la<br />

mejor estrategia, y <strong>de</strong>cidí que lo mejor que podía hacer era<br />

intentar quebrarle el tabique... piénselo, era una lesión<br />

menor, no iba a estar más <strong>de</strong> tres semanas con ese temita,<br />

no le iba a impedir volver a jugar... era perfecto.<br />

A<strong>de</strong>más, era bastante fácil encontrar un momento para<br />

llevar a cabo la acción.<br />

Usted imagínese que yo jugando <strong>de</strong> nueve y él jugando<br />

<strong>de</strong> nueve era difícil cruzarse durante el partido, pero como<br />

yo soy bueno cabeceando, y salto alto, siempre bajaba a<br />

marcar en los corners contrarios... era perfecto... en<br />

cualquier momento voy a cabecear, me pongo cerca, lo


marco y cuando salto a buscar la pelota, PUM, codazo<br />

certero y a dormir...<br />

Y le digo que yo soy bastante pícaro, sabía moverme<br />

como para que pareciera un golpe casual... todo lo tenía<br />

planificado, si hasta le digo que practiqué durante toda la<br />

semana el salto y el codazo...<br />

La cuestión es que cuando finalmente llegó el día <strong>de</strong>l<br />

partido yo tenía una excitación que no me aguantaba en los<br />

botines... y empezó el partido y no pasaron ni diez minutos y<br />

el muy hijo <strong>de</strong> puta va y nos clava... yo me quería enterrar<br />

abajo <strong>de</strong>l banco <strong>de</strong> suplentes... nuestro arquero agarra una<br />

pelota que no tenía ningún peligro, que venía bombeada al<br />

medio <strong>de</strong>l área gran<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la mitad <strong>de</strong> la cancha, la<br />

agarra, y se prepara para mandarla al campo rival, y largó<br />

un saque rasante, muy bueno... pero el otro guanaco justo<br />

se cruza, incluso <strong>de</strong> espaldas al arquero, y la pelota le pega<br />

en la nuca, le hace una vaselina al guardametas y entra<br />

pidiendo permiso por la línea <strong>de</strong> gol a pesar <strong>de</strong> la corrida y<br />

arrastrón inútil <strong>de</strong>l golero...<br />

Era increíble... ya empecé a <strong>de</strong>sesperarme... para colmo<br />

terminó el primer tiempo y ni un solo corner habían tenido<br />

ellos... yo estaba a punto <strong>de</strong> llorar... El segundo tiempo<br />

empezó igual, muy trabado en el medio, nosotros mandados<br />

al ataque para empatar, y ellos sin lograr un solo tiro <strong>de</strong><br />

esquina... al final, como al minuto veinticinco me re<br />

calenté... bajé un par <strong>de</strong> metros, fui a pelear una pelota con<br />

el ocho <strong>de</strong> ellos e hice como que iba a trabar con toda la<br />

fuerza <strong>de</strong>l mundo, el otro corrió la pata y yo le metí un<br />

zapatazo al balón que lo mandé <strong>de</strong>recho al corner... algo<br />

tenía que hacer.<br />

39


Listo, ya estaba, todos mis compañeros me miraban, no<br />

entendían como había podido hacer eso... y allá fui, <strong>de</strong>recho<br />

a nuestro área... tenía nervios como si estuviera por<br />

<strong>de</strong>butar... muy loco todo.<br />

Llegué al área, ya estaban todos a los clásicos<br />

empujones, peleando para acomodarse... yo me abstuve <strong>de</strong><br />

todo, me quedé libre... la vista clavada en mi objetivo, no<br />

quería estar marcándolo <strong>de</strong> una... iba a tomar envión y lo<br />

iba a poner como yendo a buscar la pelota... creo que hasta<br />

se me caía la baba <strong>de</strong> la boca... el mundo <strong>de</strong>sapareció,<br />

éramos solamente él y yo... pobre, y él no sabía nada...<br />

Viene el centro, increíblemente la pelota caía en<br />

nuestra dirección... el boludo este, que no sabía ni cómo<br />

moverse, parecía un zombi a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l área... totalmente<br />

perdido... era la mía... corrí con todas mis fuerzas... como a<br />

un metro <strong>de</strong>l monigote ya salté, para tener más fuerza y<br />

venir cayendo al momento <strong>de</strong>l golpe... lo tenía medido... ¿y<br />

me pue<strong>de</strong> creer que el muy pelotudo viene retrocediendo y<br />

se cae solo en la mitad <strong>de</strong>l área?, me parece que se tropezó<br />

con el aire, qué se yo... y yo con el envión que venía ya<br />

saltando me doy cuenta que lo voy a pasar <strong>de</strong> largo... así, en<br />

el colmo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sesperación, viendo que ya el codazo no iba<br />

a po<strong>de</strong>r ser, quiero darme vuelta en el aire y tirarle una<br />

patada al pasar... no sé, algo... le juro que fue una reacción,<br />

ni siquiera lo pensé...<br />

Y así fue, ahora estoy acá, caí para el ojete, Usted,<br />

Doctor, me dice que es fractura doble expuesta <strong>de</strong> tibia y<br />

peroné, que tengo mínimo ocho meses <strong>de</strong> recuperación y el<br />

otro seguro que va a salir goleador... No, si es al pedo,<br />

¿pue<strong>de</strong> creer el Culo que tiene el hijo <strong>de</strong> puta?...<br />

40


Benito Perdulamio<br />

o el gol más lindo <strong>de</strong> la historia...<br />

Esto ocurrió allá por el año 1.998... Yo, como siempre,<br />

formaba parte <strong>de</strong> un equipito <strong>de</strong> fútbol que se arrastraba<br />

penosamente por el Torneo Universitario que el ya<br />

legendario “Negro” Machado Gomez organizaba.<br />

En aquellos tiempos el certamen se disputaba en el<br />

predio <strong>de</strong> Membrillares... un conjunto <strong>de</strong> canchas tan<br />

lamentables como los equipos que en ellas confluían.<br />

En ese momento el campeonato tenía cinco categorías,<br />

así que los fines <strong>de</strong> semana las canchas rebozaban <strong>de</strong><br />

frustrados jugadores que <strong>de</strong>spuntaban el vicio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>porte<br />

más hermoso <strong>de</strong>l mundo, grupos <strong>de</strong> niños, hijos <strong>de</strong> aquellos<br />

jugadores, corriendo por todos lados, mujeres en reposeras<br />

tomando mate al costado <strong>de</strong> la cancha, sin que les<br />

importaran mucho los <strong>de</strong>stinos <strong>de</strong>portivos <strong>de</strong> los equipos<br />

participantes, humo aromático <strong>de</strong>l clásico choripanero... en<br />

fin, el paisaje que, casi calcado, se repite en todas las<br />

canchas en que se <strong>de</strong>sarrolla el fútbol amateur.<br />

En ese conglomerado <strong>de</strong> seres humanos dispuestos a<br />

pasar un rato distendiéndose entre amigos y sacando a<br />

pasear a la familia siempre existen los personajes que, casi<br />

como estereotipos, forman el cuadro <strong>de</strong> esa conjunción <strong>de</strong><br />

41


personas que, aún sin conocerse, ejerciendo activida<strong>de</strong>s<br />

totalmente disímiles, siendo <strong>de</strong> distintas generaciones,<br />

sufriendo o gozando por cosas completamente diferentes,<br />

tienen en común la pasión <strong>de</strong>l fútbol.<br />

Mucho podría <strong>de</strong>cirse respecto <strong>de</strong> los partícipes <strong>de</strong> ese<br />

colorido encuentro, pero, en realidad, hubo un personaje<br />

que se lleva todos los premios. Uno que por su carácter y los<br />

efectos que su presencia generaba y genera, se transformó,<br />

sin duda, en algo más que una figura <strong>de</strong>corativa.<br />

Me estoy refiriendo a Benito Perdulamio, “el Rengo”<br />

Benito.<br />

Benito era un changarín. Un hombre <strong>de</strong> condición muy<br />

humil<strong>de</strong>. Sobrevivía <strong>de</strong> trabajos menores, ayudante <strong>de</strong><br />

albañil, algo <strong>de</strong> jardinería, y <strong>de</strong> la buena voluntad <strong>de</strong><br />

algunas personas. Era uno más en la vida, nada relevante<br />

podía <strong>de</strong>cirse <strong>de</strong> él. Aparte <strong>de</strong> todo esto, y como ya habrán<br />

<strong>de</strong>ducido <strong>de</strong> su apodo, Benito tenía una pierna más corta<br />

que la otra, lo que le provocaba una pronunciada renguera.<br />

Vaya uno a saber la edad que tenía Benito. Hubo quien<br />

le dio hasta setenta años, algunos otros <strong>de</strong>cían que no tenía<br />

más <strong>de</strong> cuarenta, pero que las rigurosida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su vida lo<br />

llevaban a aparentar más... sea como fuere, ello no pasó<br />

nunca <strong>de</strong> ser un comentario que se hacía en la cancha y<br />

perdía todo interés al salir <strong>de</strong>l predio.<br />

Porque a Benito lo conocíamos porque tenía un solo<br />

goce en su opaca vida: El <strong>Fútbol</strong>.<br />

Benito era fanático <strong>de</strong>l fútbol. Uno sólo pue<strong>de</strong><br />

conjeturar las razones <strong>de</strong> ese fanatismo, por vivir algo<br />

parecido, algo que se lleva a<strong>de</strong>ntro, que te hace <strong>de</strong>jar <strong>de</strong><br />

lado muchas cosas más importantes por ir a tirar horas en<br />

42


una cancha. Pero Benito era la sublimación <strong>de</strong> ese<br />

sentimiento. Era llevar el amor por el fútbol al máximo y<br />

casi era hacer que el fútbol fuera lo único que parecía dar<br />

un mínimo sentido a una vida que, a todas luces, era la<br />

nada.<br />

Todos los fines <strong>de</strong> semana Benito se clavaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las<br />

diez <strong>de</strong> la mañana y hasta pasadas las nueve <strong>de</strong> la noche en<br />

el predio <strong>de</strong> Membrillares.<br />

Benito aparecía temprano en una <strong>de</strong>svencijada bicicleta<br />

que <strong>de</strong>jaba tirada al lado <strong>de</strong>l puesto <strong>de</strong> cervezas o don<strong>de</strong> se<br />

le ocurriera, sin ningún tipo <strong>de</strong> preocupación por su<br />

seguridad. Sabía muy bien que ese <strong>de</strong>startalado aparato no<br />

sería objeto <strong>de</strong> <strong>de</strong>seo ni para el más ruin <strong>de</strong> los ladrones<br />

(que en lugares como ese siempre están a la pesca <strong>de</strong> algún<br />

distraído).<br />

Aunque muchos <strong>de</strong> los equipos clásicos, los que más<br />

años llevaban jugando ese torneo, se atribuían la simpatía<br />

como hincha <strong>de</strong> Benito, lo cierto es que el Rengo sólo era<br />

fanático <strong>de</strong>l buen fútbol.<br />

Nunca lo ibas a ver haciendo hurras por tal o cual<br />

conjunto. Él recorría las canchas buscando equipos que<br />

medianamente se <strong>de</strong>dicaran a jugar.<br />

Andaba por todas las categorías, se sentaba a un<br />

costado <strong>de</strong> las canchas, miraba, aplaudía a los habilidosos y<br />

reprendía a los más toscos.<br />

Todo el mundo lo quería a Benito. Imagínense que en un<br />

torneo en el que no brillaban los equipos por ser<br />

precisamente virtuosos, que el Rengo fuera a ver tu partido<br />

era como una caricia para el autoestima.<br />

43


Durante muchos años el Rengo fue cita infaltable <strong>de</strong> los<br />

fines <strong>de</strong> semana. Cada uno que llegaba a la cancha lo<br />

saludaba, y Benito siempre fue muy cortés, aún cuando <strong>de</strong><br />

todos los que pasaban y confianzudamente le largaban un<br />

“Eh, Rengo, ¿Qué partido vas a ver hoy?”, no conociera ni a<br />

la décima parte.<br />

Así fue como Don Benito pasó a ser un ingrediente más<br />

para todo el mundo que confluía religiosamente a jugar<br />

aquel campeonato.<br />

La gente lo llamaba, le convidaba mates, bizcochos,<br />

facturas, le pagaban el choripan al mediodía, lo invitaban a<br />

compartir una cerveza... Los fines <strong>de</strong> semana, mientras<br />

estuviera en Membrillares, Benito nunca estaba solo.<br />

Recibía el momentáneo cariño <strong>de</strong> gente (incluido yo) a<br />

la que no le importaba nada <strong>de</strong>l Rengo, sino que lo tenía<br />

como una parte más <strong>de</strong>l <strong>de</strong>corado... nunca nadie le brindó a<br />

Benito un pensamiento durante la semana, nadie le<br />

preguntó alguna vez si tenía familia, si se sentía bien, si<br />

necesitaba algo... todas cuestiones que podían llegar a tener<br />

una incómoda consecuencia... a ver si el Rengo salía<br />

mangueándonos algo.<br />

Pero, bueno, a nadie pue<strong>de</strong> pedírsele <strong>de</strong>masiado más...<br />

por lo menos durante el tiempo que estábamos en la cancha,<br />

Benito era tratado con ese tipo <strong>de</strong> cariño, que, a falta <strong>de</strong><br />

algo más, para él era mucho mejor que ninguna cosa.<br />

Capaz que por eso Benito aguantó durante tanto tiempo<br />

viendo ese fútbol mediocre, con canchas mediocres, y<br />

jugadores <strong>de</strong>slucidos.<br />

En un momento, recuerdo, lo utilizamos al Rengo para<br />

empezar una campaña para el mejoramiento <strong>de</strong>l campo <strong>de</strong><br />

44


juego. Siempre le andábamos pidiendo a Machado Gomez o<br />

al viejo Sacco (El dueño <strong>de</strong> las canchas), que aunque sea las<br />

emparejaran, que en vez <strong>de</strong> fútbol parecía que estábamos<br />

saltando obstáculos por lo acci<strong>de</strong>ntadas que se mostraban<br />

las canchas. En esa ocasión, le empezamos a pedir al Rengo<br />

que antes <strong>de</strong> cada partido se diera una vueltita por el<br />

mediocampo. Y ya estábamos casi todos los equipos <strong>de</strong><br />

acuerdo, entraba el Rengo y arrancábamos: “¡Eh!, Machado,<br />

<strong>de</strong>cile a Sacco que se ponga las pilas, la cancha está llena<br />

<strong>de</strong> pozos, mirá como viene el pobre Benito.” Y todas<br />

guasadas por el estilo, aprovechando la cojera <strong>de</strong><br />

Perdulamio. Todos nos reíamos con esas pavadas, hasta el<br />

propio Benito que no tenía problema en burlarse <strong>de</strong> su<br />

impedimento físico por una causa justa.<br />

Eso es todo lo que puedo <strong>de</strong>cir yo o cualquiera <strong>de</strong><br />

Benito Perdulamio.<br />

Parecía un buen tipo, por lo menos los fines <strong>de</strong> semana,<br />

y, sobre todo, era loco por el fútbol.<br />

Así fue como transcurrió la vida <strong>de</strong> Benito durante una<br />

punta <strong>de</strong> años... nunca pidió nada, nunca se le escuchó <strong>de</strong>cir<br />

algo fuera <strong>de</strong> lugar, nunca se lo vio borracho a un costado<br />

<strong>de</strong> la cancha... El siempre estaba firme ahí, gozando <strong>de</strong>l<br />

fútbol... pasaban equipos, pasaban jugadores, había<br />

campeones y <strong>de</strong>scensos... y Benito estaba ahí.<br />

Un par <strong>de</strong> veces estuvo viéndonos a nosotros. Cuando<br />

terminaba el partido nos tomábamos unas cervezas y Benito<br />

nos acompañaba. Siempre <strong>de</strong>cía lo mismo: “Uste<strong>de</strong>s juegan<br />

bien... pero les falta un poco más <strong>de</strong> hambre <strong>de</strong> gloria... el<br />

fútbol es lindo, es lo más lindo... el fútbol es la vida...<br />

disfrútenlo...”<br />

45


Todos los fines <strong>de</strong> semana iban igual, hasta que un<br />

sábado, y sin que nadie supiera finalmente que edad tenía,<br />

Benito se murió. Se murió en la cancha, el lugar don<strong>de</strong> era<br />

feliz, eso estuvo bien... No hubo ninguna circunstancia<br />

<strong>de</strong>masiado aciaga en esa muerte, nada <strong>de</strong>masiado trágico,<br />

más allá <strong>de</strong>l propio <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> existir. Se murió sentado,<br />

apoyado contra un manzano, mientras miraba un partido <strong>de</strong><br />

la D. Pareció ser una muerte tranquila. Más allá <strong>de</strong> la<br />

tristeza <strong>de</strong> fin <strong>de</strong> semana (correlativa al ya mentado cariño<br />

<strong>de</strong> idéntico lapso), nadie se quedó <strong>de</strong>masiado compungido<br />

por el hecho. En todo el predio quedó flotando la i<strong>de</strong>a<br />

clásica y nunca justificada <strong>de</strong> que “le había llegado la hora.”<br />

Para la mayoría <strong>de</strong> nosotros fue una anécdota más <strong>de</strong>l<br />

Rengo Benito.<br />

Ni siquiera nadie se enteró si hubo un velatorio, en qué<br />

cementerio lo enterraron... nada, lo subieron a la<br />

ambulancia y se lo llevaron, y nada más... la vieja bicicleta<br />

quedó a un costado, olvidada, como lo sería su dueño.<br />

Pasaron un par <strong>de</strong> meses, todo seguía transcurriendo...<br />

como siempre... gira el mundo y gira la pelota... la pelota no<br />

se frena y los fines <strong>de</strong> semana siguieron siendo lo mismo,<br />

aunque sin Benito... pero a nadie parecía importarle<br />

<strong>de</strong>masiado.<br />

Hasta que un <strong>de</strong>terminado día a algún aburrido <strong>de</strong> esos<br />

que no faltan nunca, se le ocurrió <strong>de</strong>cir que había visto a<br />

alguien rengueando entre el surco <strong>de</strong> álamos al costado <strong>de</strong><br />

la cancha. De eso a hacer aparecer el fantasma <strong>de</strong> Benito no<br />

hubo solución <strong>de</strong> continuidad.<br />

Así el Rengo pasó <strong>de</strong> ser una presencia visible a ser una<br />

presencia espiritual, todos hacían chanzas con el pobre<br />

espectro <strong>de</strong> Benito.<br />

46


Pero un sábado ocurrió algo que nadie se esperaba y<br />

que me hace escribir estas palabras.<br />

Lo recuerdo especialmente porque fui testigo presencial<br />

<strong>de</strong>l hecho.<br />

Nosotros, como siempre, nos habíamos quedado<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> nuestro partido para ver a algunos <strong>de</strong> los<br />

rivales. Esa vez estábamos en la A, y peleando para ver si<br />

clasificábamos con ventaja a los Play Off, así que nos<br />

interesaba el partido que seguía a continuación.<br />

Jugaban Lepra contra APR, el 10 <strong>de</strong> Lepra era un<br />

fenómeno jugando. Un tipo con visión <strong>de</strong> juego y habilidad,<br />

realmente <strong>de</strong>stacaba en aquel Campeonato. Daba gusto<br />

verlo con la pelota... Bueno, la cuestión es que ese día no<br />

jugó a nada. Pero ojo, no digo que tuvo un mal día... no, fue<br />

peor, era como si nunca en su vida hubiera jugado al<br />

fútbol... no podía parar la pelota, parecía como si se le<br />

trabaran las patas cuando empezaba a querer correr... un<br />

verda<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>sastre. Nosotros mirábamos <strong>de</strong> afuera entre<br />

sorprendidos y risueños... sus compañeros se la pasaron<br />

pidiéndole que se <strong>de</strong>jara <strong>de</strong> jo<strong>de</strong>r. Parecía estar<br />

completamente borracho.<br />

Como al minuto 25 <strong>de</strong>l primer tiempo se hartaron <strong>de</strong><br />

verlo hacer mamarrachadas y lo van a cambiar... cuando<br />

pi<strong>de</strong>n el cambio, automáticamente el pibe cae redondo en la<br />

mitad <strong>de</strong> la cancha...<br />

Todo el mundo, incluso nosotros, nos pegamos un lindo<br />

susto... salimos corriendo hasta el lugar en que había caído<br />

el muchacho... pareció ser un <strong>de</strong>smayo... estaba tirado con<br />

los ojos muy abiertos y balbuceaba “El fútbol es lindo... El<br />

fútbol es lindo...”<br />

47


Lo sacaron <strong>de</strong> la cancha y lo pusieron a la sombra,<br />

alguien acercó una botella con agua... cuando se recuperó<br />

un poco empezó a preguntar qué había pasado... no se<br />

acordaba <strong>de</strong> nada...<br />

Todo no hubiera sido más que una anécdota si no fuera<br />

porque al sábado siguiente le pasó lo mismo al 9 <strong>de</strong><br />

Turistólogos, y al otro sábado al 7 <strong>de</strong> Los Pampas.<br />

Ahí todo el mundo empezó a preocuparse... la noticia <strong>de</strong><br />

esta seguidilla <strong>de</strong> situaciones sumamente parecidas empezó<br />

a correr <strong>de</strong> boca en boca, con la consecuente maximización<br />

<strong>de</strong> circunstancias.<br />

El resultado estaba cantado... era el espíritu <strong>de</strong>l Rengo<br />

Benito que se posesionaba en jugadores <strong>de</strong>stacados por su<br />

habilidad.<br />

La i<strong>de</strong>a simpatizó a muchos y asustó a muchos más...<br />

pero la raza humana es cruel y lo que al principio llegaba a<br />

plantearse como un caso <strong>de</strong> indispensable exorcismo,<br />

terminó, con el paso <strong>de</strong> las semanas, convirtiéndose en<br />

banalidad y objeto <strong>de</strong> burlas.<br />

No faltó el cobar<strong>de</strong> que, teniendo una tar<strong>de</strong> horrenda<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la cancha, unos minutos antes <strong>de</strong> que termine su<br />

partido se tiraba al piso y se hacía pasar por poseído...<br />

imagínense que <strong>de</strong> eso a <strong>de</strong>cir “Eh, te agarró Benito” ante<br />

cualquier gol seguro errado o pifia grosera en la <strong>de</strong>fensa,<br />

hubo tan sólo un paso.<br />

La puerilidad con que se tomó esta situación hizo que<br />

finalmente todo quedara en el olvido.<br />

Yo, realmente, no sé si todo aquello fue verdad o no. No<br />

sé si finalmente el fantasma <strong>de</strong>l Rengo Benito se ofendió por<br />

48


las chanzas que se hacían con él o se dio cuenta que no<br />

había ni nacido, ni muerto para jugar al fútbol.<br />

Quiero creer que todo es rigurosamente cierto. Primero,<br />

porque si el fantasma <strong>de</strong> Benito existió quiere <strong>de</strong>cir que hay<br />

algo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esta vida, y eso ya es un aliciente. Y<br />

segundo porque también significa que cada uno pue<strong>de</strong><br />

elegir su propio paraíso... ¿Qué otro lugar mejor para estar<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> existir podía haber para Benito? ¿A<br />

alguien se le ocurre que Benito podía preferir otra cosa?<br />

Membrillares y el Torneo Universitario fue el único<br />

ámbito en que el Rengo se sentía feliz, en el que podía<br />

olvidarse que la vida lo había abofeteado en ambas mejillas,<br />

sin hablar <strong>de</strong> la artera patada que le metió a su pierna<br />

<strong>de</strong>recha.<br />

Estoy seguro que aparecerán ahora los espíritus<br />

científicos que van a alegar que todo eso no pue<strong>de</strong> ser<br />

cierto, que los fantasmas no existen; o los religiosos que<br />

expresarán que en todo caso, y según como se haya portado<br />

en la tierra, Benito estará jugando al fútbol en el E<strong>de</strong>n, o<br />

jugando al Volley en el infierno como castigo.<br />

Yo les digo, olví<strong>de</strong>nse... no piensen con lógica ni<br />

científica, ni <strong>de</strong>vota.<br />

Permítanme creer que hay algo que pue<strong>de</strong> trascen<strong>de</strong>r la<br />

existencia, sin <strong>de</strong>masiados artificios, sin necesidad <strong>de</strong><br />

justificar por qué lo creo. Déjenme estar seguro que el amor<br />

por algo logra vencer a la muerte...<br />

Esta remembranza <strong>de</strong> Benito Perdulamio es para eso,<br />

para pegar el grito, para que todos sepan... EL AMOR ES<br />

ETERNO... va más allá <strong>de</strong> nuestra corta y pueril vida física...<br />

49


Ahora, cada vez que voy a la cancha, miró a los costados<br />

y, tratando <strong>de</strong> que nadie se dé cuenta, hago un guiño como<br />

saludando... Si Benito anda por ahí, seguro que me regala<br />

una sonrisa mientras me recuerda: “El fútbol es lindo... el<br />

fútbol es la vida.” Si todo esto es cierto, Benito logró la más<br />

gran<strong>de</strong> hazaña, más gran<strong>de</strong> que el gol <strong>de</strong> Diego a los<br />

ingleses: en el partido <strong>de</strong> la vida le metió un gol al ángulo a<br />

la muerte...<br />

50


Or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Priorida<strong>de</strong>s<br />

“Che, ¿Con quién jugamos hoy?”, preguntó Fernando<br />

como para meter algún tema interesante <strong>de</strong> conversación en<br />

la tediosa mañana <strong>de</strong> sábado.<br />

“Me parece que con Deportivo Céspe<strong>de</strong>s”, contestó al<br />

pasar Jorge, seguramente pensando que todavía faltaban<br />

como cuatro horas para salir.<br />

Los dos trabajaban en la misma oficina.<br />

Los dos eran amigos <strong>de</strong> siempre.<br />

Los dos jugaban en el mismo equipo, el Tutuca <strong>Fútbol</strong><br />

Club, eterno per<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l Torneo <strong>de</strong> Empleados <strong>de</strong><br />

Comercio.<br />

Pero este año era distinto, este año venían punteros<br />

muy cómodos a ocho puntos <strong>de</strong>l segundo y faltando nada<br />

más que cuatro fechas.<br />

“La única cagada es que jugamos en el primer turno, a<br />

la una y veinte... no tengo tiempo ni <strong>de</strong> pasar por mi casa.”<br />

Fernando no cejaba en su intención <strong>de</strong> buscar el modo <strong>de</strong><br />

espantar la somnolencia insuperable <strong>de</strong> las ocho y media <strong>de</strong><br />

la mañana.<br />

“Aja...” fue toda la respuesta <strong>de</strong> Jorge.<br />

51


“¿Vos pasás a buscar al Paco?” Arremetió <strong>de</strong> vuelta<br />

Fernando.<br />

“Che, Boludo – se fastidió Jorge – ¿por qué mejor no te<br />

preparás unos mates y me <strong>de</strong>jás <strong>de</strong> romper los huevos que<br />

tengo sueño?”<br />

“¡Uh, viejo!, ponele un poco <strong>de</strong> onda, ¿No te dás cuenta<br />

que estamos a punto <strong>de</strong> salir campeones...?” Contestó<br />

Fernando mientras se encaminaba a buscar agua caliente<br />

para el mate.<br />

Recién como a media mañana y luego <strong>de</strong> unos cuantos<br />

amargos los ánimos estaban compenetrados con lo que era<br />

importante... el partido <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>.<br />

“La verdad, - largó Jorge – estoy un poco cagado... como<br />

nunca estuvimos tan cerca <strong>de</strong> ganar, me da miedo que pase<br />

algo imprevisto y se vaya todo al caño.”<br />

“Andá, maricón – contestó Fernando con aire sobrado -<br />

¿Qué carajo pue<strong>de</strong> pasar?”<br />

“Y, no sé, - dudó Jorge - cualquier cosa... imaginate que<br />

se lesiona el Flaco Gomez, o que no pueda ir a jugar las<br />

últimas fechas...”<br />

“Sí, o que lo rapten los extraterrestres o le agarre la<br />

gripe <strong>de</strong>l pollo... – bromeó Fernando - Dejate <strong>de</strong> Jo<strong>de</strong>r...<br />

nada pue<strong>de</strong> hacernos per<strong>de</strong>r este campeonato...”<br />

“Bueno, pue<strong>de</strong> ser, pero hay que reconocer que si le<br />

llega a pasar algo al Flaco estamos al horno...” – Insistió<br />

Jorge.<br />

“Y... si” cerró Fernando.<br />

52


El Flaco Gomez había llegado esa temporada al equipo.<br />

Era conocido <strong>de</strong> un primo <strong>de</strong>l Mono Gutierrez. Y, la verdad,<br />

había hecho el torneo él solo. Era un fenómeno jugando, y<br />

tenía una condición física increíble.<br />

Era difícil <strong>de</strong> creer, pero ese solo jugador era tres<br />

cuartas partes <strong>de</strong> la campaña <strong>de</strong>l equipo. El resto estaba<br />

casi <strong>de</strong> relleno, cualquiera jugaba en cualquier posición, con<br />

tal <strong>de</strong> que el Flaco pudiera <strong>de</strong>splegarse por toda la cancha.<br />

Era una especie <strong>de</strong> mediocampista<strong>de</strong>lantero, que jugaba y<br />

hacía jugar a todos.<br />

El equipo completo era consciente <strong>de</strong> esto. Todos sabían<br />

que sin el Flaco no hubieran salido nunca <strong>de</strong> la triste<br />

mediocridad <strong>de</strong>l fondo <strong>de</strong> la tabla, que les tenía <strong>de</strong>parado un<br />

lugarcito <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que empezaran a jugar el torneo.<br />

Todos estaban medio enloquecidos... acostumbrados a ir<br />

los fines <strong>de</strong> semana a pasar el rato nomás, ahora que<br />

estaban tan cerca <strong>de</strong> la máxima meta, flotaba en el aire una<br />

constante ebullición, una excitación a la que ninguno estaba<br />

acostumbrado.<br />

El Flaco Gomez era, para todo el equipo, como una<br />

especie <strong>de</strong> ángel, enviado por obra y gracia <strong>de</strong> la divinidad<br />

para pintarles una sonrisa en el alma.<br />

Ninguno <strong>de</strong>l grupo por esos días pensaba en otra cosa<br />

que no fuera el campeonato... ninguno quería imaginarse<br />

que podía llegar a ser un sueño... todos estaban a la espera<br />

<strong>de</strong>l momento <strong>de</strong> gloria, tantas veces anhelado y ahora tan<br />

cerca. Para ninguno había nada más importante que eso.<br />

A las Once y Media Fernando empezó a moverse<br />

incómodo, se paraba, caminaba... parecía nervioso.<br />

53


“¿Qué te pasa, pavote, te agarraron los nervios <strong>de</strong>l<br />

partido, ya?” Le preguntó Jorge.<br />

“No, qué nervios, pajero, los mates <strong>de</strong> mierda me<br />

mataron... ESTOY QUE ME CAGO...” Dijo <strong>de</strong>sesperado<br />

Fernando.<br />

“Otra vez con lo mismo, andá al baño y <strong>de</strong>jate <strong>de</strong><br />

romper las pelotas.” Le recriminó Jorge.<br />

“Sabés que no puedo... nunca pu<strong>de</strong> cagar en otro lugar<br />

que no sea mi casa...” Se excusó Fernando.<br />

“Chabón, ese es un problema grave – dijo Jorge,<br />

haciéndose el profesional – Debe tener raíz en algún hecho<br />

<strong>de</strong> tu infancia, <strong>de</strong>berías hacerte tratar... ¿Vos estás seguro<br />

que no te rompieron el culo en algún baño cuando eras<br />

chico?”<br />

“Por qué no te vás a la mierda, boludo...” Se enojó<br />

Fernando. “Encima ahora estoy hasta las manos, salimos<br />

doce y media <strong>de</strong> acá, yo ya tengo el bolsito en el auto, pero<br />

voy a tener que pasar por casa antes <strong>de</strong> ir a la cancha...<br />

bueno, no importa, a no preocuparse, llegaré unos minutitos<br />

tar<strong>de</strong>, nada más... espero solamente que Soledad no me<br />

rompa las pelotas cuando llegue a casa.”<br />

La siguiente hora fue una tortura para Fernando.<br />

¿Quién no ha pasado por una situación como esa?<br />

Transpiración fría por la espalda, tratar <strong>de</strong> no pensar,<br />

fruncimiento absoluto.<br />

A las doce y media en punto Fernando estaba subiendo<br />

al auto, acelerador apretado a fondo, tanto como apretadas<br />

otras partes <strong>de</strong>l cuerpo para evitar el <strong>de</strong>sastre.<br />

54


A la una menos diez llegó al frente <strong>de</strong> su casa y se bajó<br />

con el auto casi en movimiento, corrió a la puerta y<br />

prácticamente la tiró abajo... y en el sillón <strong>de</strong> la sala... ¡El<br />

Flaco Gomez arriba <strong>de</strong> Soledad...!<br />

Soledad, su mujer, la madre <strong>de</strong> sus hijos... con el Flaco<br />

Gomez, en pelotas en el sillón <strong>de</strong> la casa...<br />

Fernando se quedó seco... seco por <strong>de</strong>ntro y seco por<br />

fuera... hasta <strong>de</strong> la urgencia intestinal se olvidó.<br />

Los segundos eran interminables, Soledad y el Flaco<br />

que no atinaban a reaccionar, Fernando los miraba como<br />

pensando que era una joda... nadie <strong>de</strong>cía nada...<br />

Fernando los miró, miró la foto <strong>de</strong>l casamiento en la<br />

pared, luego miró la foto <strong>de</strong>l Tutuca <strong>Fútbol</strong> Club en el<br />

estante <strong>de</strong> la biblioteca, su mirada bajó al segundo cajón <strong>de</strong>l<br />

modular, en el que guardaba el revólver calibre 32... volvió<br />

a mirarlos a los dos.<br />

La cabeza <strong>de</strong> Fernando era un caos absoluto, <strong>de</strong> repente<br />

se <strong>de</strong>smoronaba todo lo que en algún momento fue su vida,<br />

la persona que le dio una familia, su honor, su hogar, su<br />

imagen, su confianza, sus amigos, las palabras <strong>de</strong> Jorge,<br />

todo, todo.<br />

Era una situación tremenda, imprevista, dolorosa... una<br />

prueba que la vida le tiraba por el medio <strong>de</strong> la jeta...<br />

Fernando parecía pasmado, como sin reacción, pero, en<br />

realidad, por <strong>de</strong>ntro su mente y su alma iban a mil<br />

kilómetros por hora, a ver cuál llegaba primero a hacer<br />

reaccionar su sistema nervioso.<br />

Como nunca antes se chocaron <strong>de</strong> frente con la realidad<br />

sus valores, sus principios, su fe, sus sueños... y frente a<br />

esta colisión había que tomar una <strong>de</strong>cisión... ya...<br />

55


Y Fernando la tomó, miró a los <strong>de</strong>sesperados amantes,<br />

tragó una angustia que parecía una pelota atravesada en la<br />

garganta, con seguro <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> úlcera y dijo en un tono<br />

mortuorio:<br />

“Dale Flaco, cambiate y vámonos a la cancha que<br />

llegamos tar<strong>de</strong>.” Claro, lo primero es lo primero, no vaya a<br />

ser que por cagar matando al Flaco Gomez se le fuera a<br />

escapar la única oportunidad <strong>de</strong> ser campeón...<br />

56


Podría haber sido diferente...<br />

Mire, yo le voy a explicar. Intentaré ser lo más gráfico<br />

posible, no como justificativo, sino para la comprensión<br />

completa <strong>de</strong>l contexto.<br />

Yo siempre me jacté <strong>de</strong> ser una persona inteligente, por<br />

lo menos con un buen nivel cultural, sabe.<br />

Uno supone que hay <strong>de</strong>cisiones que <strong>de</strong>terminan un<br />

cierto rumbo en la vida. Decisiones que fijan los hechos en<br />

una dirección y no en otra. Y no necesariamente se trata <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>cisiones importantes. La mayor parte <strong>de</strong> las veces se trata<br />

<strong>de</strong> pequeñas <strong>de</strong>cisiones. De cuestiones que parecen<br />

pavadas, pero que en un preciso contexto, resultan<br />

<strong>de</strong>terminantes en la sucesión <strong>de</strong> hechos.<br />

Esto no es algo nuevo, no estoy diciendo algo original,<br />

es, en parte, una forma simplista <strong>de</strong> exponer la teoría <strong>de</strong>l<br />

caos, pero es fundamental para enten<strong>de</strong>r el modo en que se<br />

<strong>de</strong>senvolvió mi vida el último fin <strong>de</strong> semana.<br />

La consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> cuanto influye cada <strong>de</strong>cisión en tu<br />

propia vida es imposible <strong>de</strong> realizar a priori. Siempre te das<br />

cuenta <strong>de</strong> la significación <strong>de</strong> las cosas cuando ya toda ha<br />

sido resuelto, cuando ya no importa saberlo. Es triste pero<br />

es así.<br />

57


Quizás más a<strong>de</strong>lante, cuando termine <strong>de</strong> contarles todo<br />

podrán enten<strong>de</strong>r a qué me refiero con estas disquisiciones.<br />

Para empezar, hay que saber que para mí (como para<br />

casi todo el mundo) los fines <strong>de</strong> semana son muy especiales.<br />

Es feo <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir, pero el fin <strong>de</strong> semana uno se libera. No es<br />

muy común encontrar gente que esté completamente<br />

conforme con su trabajo. En su mayoría somos pequeños<br />

animales llevados por la necesidad. Incluso lo que empieza<br />

como vocación, cuando se vuelca al mundo laboral y se tiñe<br />

<strong>de</strong> innúmeras obligaciones, termina siendo yugo. En otras<br />

palabras, durante la semana estamos sometidos a un<br />

universo <strong>de</strong> <strong>de</strong>beres y horarios que el fin <strong>de</strong> semana<br />

tenemos la oportunidad <strong>de</strong> mandar a caminar por las<br />

alcantarillas.<br />

Así las cosas, uno espera el sábado con ansiedad. El<br />

mismo viernes ya estamos palpitando como los candados se<br />

empiezan a abrir para dar lugar a la tan ansiada libertad. La<br />

última hora laboral <strong>de</strong>l viernes es interminable... en mi caso<br />

me llega a agarrar taquicardia... es, literalmente, como<br />

estar a punto <strong>de</strong> explotar. Y esto no tiene que ver,<br />

necesariamente, con que te guste o no lo que hacés, sino<br />

con sacarse <strong>de</strong> encima la presión <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ber hacer (aunque<br />

tu trabajo sea medir mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong>snudas).<br />

El aditamento particular en mi caso es que los sábados<br />

me voy a volcar todas mis frustraciones y sueños<br />

incumplidos en una cancha <strong>de</strong> fútbol. Es la oportunidad <strong>de</strong><br />

ser, por unos minutos, aquel que uno siempre soñó ser; <strong>de</strong>,<br />

dicho poéticamente, “girar el mundo en el redondo balón”.<br />

Les juro que para mí, cuando me voy a jugar a la pelota,<br />

es el único momento mágico, el que logra la proeza <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>tener el tiempo. No me vengan a hablar esos que dicen<br />

58


que al hacer el amor se <strong>de</strong>sdibuja la realidad. El que diga<br />

que <strong>de</strong>jaría <strong>de</strong> jugar al fútbol por echarse un polvo es<br />

porque no le gusta el fútbol (los acepto, pero no los<br />

entiendo). Para mí, cada cosa en su <strong>de</strong>bido lugar.<br />

El mundo es, los sábados, la conjugación perfecta <strong>de</strong> un<br />

conjunto <strong>de</strong> gajos y un conjunto <strong>de</strong> amigos.<br />

Vale agregar que soy un queso jugando al fútbol, pero<br />

por suerte tengo amigos que son tan solidarios conmigo que<br />

también <strong>de</strong>sarrollan la patadurez como una forma <strong>de</strong> vida,<br />

así que ninguno <strong>de</strong>sentona con el nivel.<br />

Esto es importante, la comunión, el enlace espiritual<br />

que se genera entre un grupo <strong>de</strong> seres humanos que<br />

confluyen en un <strong>de</strong>terminado momento en un campo <strong>de</strong><br />

fútbol es algo que <strong>de</strong>be vivirse, no se pue<strong>de</strong> explicar.<br />

Bueno, basta <strong>de</strong> preámbulos. La cuestión es que el<br />

último viernes todo venía <strong>de</strong>senvolviéndose en la tranquila<br />

bruma <strong>de</strong> la regularidad. Serían como las siete y media <strong>de</strong> la<br />

tar<strong>de</strong> y ya me palpitaban las sienes pensando en el final <strong>de</strong><br />

la rutina semanal. En llegar a mi casa a tomarme una copa<br />

<strong>de</strong> vino, agarrar el control remoto, ver el partido televisado,<br />

en fin... la ya <strong>de</strong>finida liberación.<br />

Todo iba como siempre... “Chau, viejo, nos vemos el<br />

lunes”, clásico saludo a los compañeros <strong>de</strong> trabajo, cerrado<br />

con un también remanido y reiterado “No se mamen que<br />

<strong>de</strong>spués aparecen el lunes con cara <strong>de</strong> orto.”<br />

“Al fin...”, piensa uno... y arranca y va dando saltos<br />

hasta llegar al auto, como si fuera la protagonista <strong>de</strong>l mago<br />

<strong>de</strong> Oz caminando por la senda amarilla... y no estoy<br />

comparando por comparar... que quiere que le diga... es la<br />

59


graficación cándida e ingenua <strong>de</strong> lo más parecido a la<br />

felicidad que tenemos los seres humanos.<br />

60<br />

Así salí el viernes... como siempre, contento...<br />

Ni bien arranqué con el auto todo era lindo y bueno...<br />

no es que yo estuviera bajo el efecto <strong>de</strong> sustancias<br />

prohibidas...no, jamás me tentó eso, pero... era viernes, al<br />

otro día jugaba al fútbol... todo estaba en or<strong>de</strong>n... el<br />

universo funcionaba, aunque sea por unas horas...<br />

Llegué a la esquina <strong>de</strong>l semáforo y, quien aparece, sino<br />

el muchacho <strong>de</strong> los malabares con su cara pintarrajeada<br />

para dar un poco <strong>de</strong> alegría a los segundos interminables<br />

<strong>de</strong>l freno... y, que le voy a <strong>de</strong>cir, ya expresé que estaba feliz,<br />

así que me dispuse a ver las acrobacias <strong>de</strong>l muchacho... y<br />

era bastante bueno, eh.... se puso a tirar pelotas al aire, y<br />

giraba y saltaba y fue casi como hipnótico, me quedé<br />

absorto... muy bueno era el pibe...<br />

Terminó su rutina y recién ahí caí en la cuenta <strong>de</strong> que<br />

no tenía a mano una puta moneda para darle... y así fue, me<br />

sentí en la necesidad <strong>de</strong> retribuir esos segundos <strong>de</strong> sana<br />

distracción brindada <strong>de</strong>sinteresadamente... me puse a<br />

buscar en todos los recovecos <strong>de</strong>l torpedo <strong>de</strong>l auto y no<br />

había una sola moneda, inspeccioné el bolsillo superior <strong>de</strong> la<br />

camisa y nada, los bolsillos laterales <strong>de</strong>l saco, secos, los<br />

bolsillos <strong>de</strong>l pantalón, un chicle... y bueno, tuve que hacer<br />

contorsiones con el cinturón <strong>de</strong> seguridad hasta po<strong>de</strong>r sacar<br />

la billetera <strong>de</strong>l bolsillo trasero <strong>de</strong>l pantalón, puta, el tiempo<br />

pasaba, busqué y rebusqué en la billetera y no tenía una<br />

sola moneda, apareció sólo un billete <strong>de</strong> cincuenta pesos...<br />

lo dudé durante unos segundos... PERO ERA VIERNES Y YO<br />

ESTABA FELIZ... el pibe me miraba a través <strong>de</strong> la<br />

ventanilla... “Mah, sí” me dije, abrí el vidrio y le pasé los


cincuenta mangos... Ah, hubiera visto la cara <strong>de</strong>l vago... casi<br />

se pone a dar vueltas <strong>de</strong> carnero ahí nomás...<br />

Yo sonreía con la suficiencia estúpida <strong>de</strong>l que se cree<br />

superior por hacer una liberalidad... y cuando miro para el<br />

frente veo que el semáforo se está poniendo <strong>de</strong> vuelta en<br />

amarillo... así que arranqué y salí con toda velocidad... está<br />

bien que es viernes, pero no era cuestión <strong>de</strong> seguir<br />

perdiendo tiempo...<br />

Y ahí apareció el zorro... perdón, el agente <strong>de</strong> seguridad<br />

vial, vi las luces <strong>de</strong> su moto y oí la sirena que me sonó<br />

sorpresivamente en la espalda, el espejo retrovisor me<br />

mostraba una cara dura como la piedra y una mano<br />

haciendo señas para que me apeara...<br />

Maldije a todos los empleados municipales <strong>de</strong>l mundo y<br />

especialmente a este que se le ocurría trabajar un viernes a<br />

las ocho y media <strong>de</strong> la noche...<br />

¿Quién no ha pasado por estas circunstancias?, el tipo<br />

me dio el clásico sermón, yo que le lloraba, le <strong>de</strong>cía que<br />

llegaba tar<strong>de</strong> a mi casa, que estaba cansado, vente mil<br />

pavadas que se te ocurren en ese momento y las largás sin<br />

ningún or<strong>de</strong>n y casi sin esperanzas... como el manotazo <strong>de</strong>l<br />

ahogado... No hubo inflexión, multa y a jo<strong>de</strong>rse.... “Eh, viejo,<br />

¿Doscientos Cuarenta Mangos por un semáforo en rojo?, es<br />

una locura...” le dije cuando ví la boleta. “Mire –me dijo el<br />

agente- estamos en un plan especial <strong>de</strong> seguridad vial, para<br />

evitar los <strong>de</strong>scontroles que se producen entre el viernes y el<br />

domingo. Si Ud. va mañana por la mañana a las oficinas <strong>de</strong><br />

Mitre 225 y realiza una <strong>de</strong>claración espontánea, se allana y<br />

abona la multa, el valor se reduce al cincuenta por ciento.”<br />

61


“Ah, bueno – pensé – <strong>de</strong>be ser el día <strong>de</strong>l juicio final, los<br />

municipales laburando los sábados.”<br />

Saludé al agente y me fui, con la frustración y el enojo<br />

que son entendibles en esos momentos. Acababa <strong>de</strong> irse al<br />

carajo toda la bondad <strong>de</strong>l mundo, el sentido <strong>de</strong>l universo y la<br />

felicidad <strong>de</strong> fin <strong>de</strong> semana.<br />

Llegué a mi casa con mi mejor cara <strong>de</strong> ojete. Apenas si<br />

<strong>de</strong>bo haberle dicho dos palabras a mi señora mientras<br />

cenábamos. Yo pensaba solamente en la multa... no le dije<br />

nada a ella... se imagina, con la calentura que tenía si<br />

encima tenía que escucharla rompiéndome las bolas iba a<br />

estallar...<br />

Ya tenía todo planificado, al otro día jugaba a las doce y<br />

media, como a las diez me iba <strong>de</strong> casa, pasaba a pagar la<br />

multa y arrancaba para la cancha... todavía podía salvar el<br />

fin <strong>de</strong> semana.<br />

Bueno, ese fue el error... creo que internamente<br />

pensaba que era el único boludo <strong>de</strong> Neuquén... el único al<br />

que le hacían una multa el viernes a las ocho y media <strong>de</strong> la<br />

noche, el único que iba a ir el sábado a la mañana a<br />

pagarla... y en esa oficina <strong>de</strong>bía haber como cien personas...<br />

mi cara <strong>de</strong> <strong>de</strong>sesperación <strong>de</strong>bió ser monumental, el hombre<br />

que estaba al lado mío me dijo “No te calentés flaco,<br />

estamos todos en la misma”, como pretendiendo darme<br />

consuelo.<br />

Saqué un número y le juro que el reloj redondo,<br />

aparatoso, feo que coronaba la mesa <strong>de</strong> entradas ejercía<br />

una atracción irresistible, lo veía moverse como si estuviera<br />

haciendo pasar el tiempo sólo en contra mía... era terrible.<br />

62


Los minutos se sucedían con tal velocidad que, en un<br />

momento, le juro que creí que a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esa oficina<br />

municipal había como un universo paralelo. Doscientas<br />

veces estuve a punto <strong>de</strong> pararme e irme, pero pensaba en la<br />

guita y me <strong>de</strong>cía “Aguantá, no seas boludo, si igual vas a<br />

llegar.”<br />

Cuando por fin me tocó a mí eran las doce menos<br />

cuarto. Me acerqué al mostrador con sonrisa <strong>de</strong> suficiencia..<br />

“Ja, que capo - me <strong>de</strong>cía- llego pago y justo para el partido”<br />

Claro que el oficial público tenía otros planes. Con su<br />

mejor cara <strong>de</strong> mala predisposición recibió mi numerito y lo<br />

encajó en el pinche ese <strong>de</strong> los números con ganas,<br />

seguramente, <strong>de</strong> pincharme a mí y a cada uno <strong>de</strong> los hijos<br />

<strong>de</strong> puta que lo hacíamos laburar como perro todo el sábado.<br />

“Bueno, -me dije- sonreí y ponele un poco <strong>de</strong> onda.”<br />

“Si, jefe, mire, me clavaron esta multa –y extendí la<br />

boleta- quiero pagarla ahora... antes <strong>de</strong> que me embarguen”<br />

tiré el chiste final como para caer simpático... la cara <strong>de</strong>l<br />

tipo me <strong>de</strong>mostró que tenía i<strong>de</strong>as muy distintas sobre lo que<br />

es la simpatía.<br />

“Llene el formulario 1414 E, pase por la ventanilla 9, y<br />

<strong>de</strong>spués pague en la caja” me espetó mientras me extendía<br />

unos papeles.<br />

“Hijos <strong>de</strong> puta –pensé- por qué no me dieron el<br />

formulario cuando entré y nos ahorrábamos un montón <strong>de</strong><br />

tiempo.” Pero bueno, <strong>de</strong> nada valía ahora calentarse, a<br />

pesar <strong>de</strong> que la sangre fluyendo por mi cuerpo me indicaba<br />

lo contrario.<br />

No di ni las gracias y empecé a buscar un lugar<br />

mínimamente apropiado para po<strong>de</strong>r llenar un formulario...<br />

63


finalmente, contra la pared y a las puteadas contra los<br />

empleados municipales, el inten<strong>de</strong>nte, el zorro y la lapicera<br />

bic que no quería andar me puse a llenar todos los datos...<br />

bueno, ni le cuento... había que poner hasta el código <strong>de</strong><br />

ADN.<br />

A las chapas terminé todo, me fui con la velocidad <strong>de</strong><br />

Caniggia hasta la ventanilla 9, arranqué en un zigzag propio<br />

<strong>de</strong> Ronaldinho hasta la caja, esquivando a todos los que iban<br />

en esa dirección así llegaba antes. Pagué más rápido que<br />

volando y salí... Mire el reloj ERAN LAS DOCE Y CUARTO...<br />

no iba a llegar nunca a horario a la cancha.<br />

La bronca que tenía era terrible, estaba todo mal...<br />

manejando como Traverso llegué a la cancha a la una menos<br />

cuarto... el partido todavía no había empezado, pero mis<br />

compañeros ya estaban reunidos como para disponerse a<br />

entrar. No sé ni cómo estacioné el auto... me bajé y llegué<br />

corriendo...<br />

Por supuesto que nuestro pseudo técnico me cagó a<br />

pedos, me dijo que ya habíamos hablado el tema <strong>de</strong>l horario,<br />

que era una falta <strong>de</strong> respeto y que se yo cuantas cosas<br />

más... y me <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> suplente el muy choto... Yo todavía me<br />

manejaba... iba a mandarlo a dar una vuelta por la matriz <strong>de</strong><br />

su progenitora, pero me contuve... estaba con la vista<br />

nublada <strong>de</strong> la calentura... me calmaba a mí mismo<br />

diciéndome “Tranqui... él no tiene nada que ver...”, pero por<br />

<strong>de</strong>ntro lo hubiera cagado a trompadas... por más amigo que<br />

fuera.<br />

Me senté al costado <strong>de</strong> la cancha y me dispuse a<br />

cambiarme tratando <strong>de</strong> pasar el momento <strong>de</strong> ira casi<br />

incontenible. Lo peor <strong>de</strong> todo, Ud. sabe, es que yo sabía que<br />

la culpa <strong>de</strong> todo era mía... pero no podía controlarme, sentía<br />

64


que al primero que me dijera cualquier cosa lo iba a<br />

reventar a piñas...<br />

El partido... una porquería... el equipo no jugaba a nada,<br />

no me voy a <strong>de</strong>tener en <strong>de</strong>talles, pero baste con saber que al<br />

final <strong>de</strong>l primer tiempo ya perdíamos dos a cero y con una<br />

suerte tremenda... en el entretiempo el director técnico nos<br />

hizo una arenga terrible, que no teníamos sangre, que<br />

parecía que no queríamos jugar al fútbol, que para<br />

amargarse así prefería quedarse en su casa... qué se yo, un<br />

montón <strong>de</strong> cosas, lo único que yo sentía era que a<strong>de</strong>ntro mío<br />

seguía creciendo la furia como un volcán...<br />

De cambios en el equipo ni hablar... entró el mismo... y<br />

siguió la misma línea... a los diez minutos <strong>de</strong>l segundo<br />

tiempo ya estábamos tres goles abajo... el DT miraba para<br />

don<strong>de</strong> estábamos los suplentes... y los iba llamando a todos<br />

uno por uno... menos a mí...<br />

Cuando faltaban cinco minutos y yo estaba a punto <strong>de</strong><br />

agarrarlo a patadas, me parece que se asustó con mi cara y<br />

me dijo que iba a entrar... nuevamente me contuve... no<br />

quería arruinar el grupo haciendo una escena <strong>de</strong><br />

telenovela...<br />

Qué quiere que le diga esos cinco minutos no fueron<br />

nada... entré con un equipo <strong>de</strong>rrotado futbolística y<br />

anímicamente... yo no podía hacer nada... más que seguir<br />

acumulando bronca... ya no soportaba más... y el partido ni<br />

siquiera daba para que se arme una rosca y yo me pueda<br />

<strong>de</strong>scargar... era una situación terrible...<br />

Cuando sonó el pitazo final <strong>de</strong>l árbitro sentí como que<br />

me pegaban un cachetazo en la nuca... me dolía el cuerpo<br />

<strong>de</strong> tanto aguantar la bronca... estaba todo contracturado...<br />

65


Ni siquiera me cambié... agarré mis cosas y sin <strong>de</strong>cir<br />

nada me fui al carajo...<br />

Venía por la ruta... digamos que manejaba como en un<br />

sueño... sólo se me aparecían las imágenes <strong>de</strong>l zorro en el<br />

espejo retrovisor, la boleta, el chabón <strong>de</strong> la mesa <strong>de</strong><br />

entradas, el puto reloj que se me cagaba <strong>de</strong> risa mientras<br />

esperaba a ser atendido, la cara <strong>de</strong>l técnico retándome... era<br />

una tortura...<br />

Y <strong>de</strong> repente... el semáforo me frena... y ¿Quién aparece<br />

en frente mío? EL CHABÓN DE LOS MALABARES... fue<br />

como si... a ver.... ¿Vio que dicen que cuando uno está por<br />

morirse le pasa la vida en un segundo <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> sus ojos?,<br />

bueno, supongo que es algo parecido a lo que me pasó a<br />

mí... lo vi al pibe y enseguida me di cuenta cómo había<br />

empezado todo... y automáticamente aceleré y lo pasé por<br />

arriba...<br />

No sé si está bien o no... pero todo podría haber sido<br />

diferente si el vago no hubiera aparecido el viernes por la<br />

noche... toda la sucesión <strong>de</strong> <strong>de</strong>sastres que me llevaron a<br />

estar en un estado <strong>de</strong> cólera intolerable comenzaron por<br />

querer ser bueno con ese chabón...¿Me entien<strong>de</strong> señor Juez?<br />

66


Argumento<br />

-“Como hay que enten<strong>de</strong>r esto, loco, estoy re caliente...”<br />

– se enfureció Diego mientras se alejaba <strong>de</strong> la cancha.<br />

-“Y... qué se yo...” – intentó contemporizar Alfredo,<br />

mientras caminaba al lado...<br />

-“No, pero es tremendo... siempre lo mismo” –<br />

arremetió Diego como si fuera una cuestión <strong>de</strong> vida o<br />

muerte-“al final cada uno hace lo que se le canta el forro <strong>de</strong><br />

las pelotas... vos mirá sino, todos terminan enojados, nos<br />

puteamos entre nosotros... fijate que no vas a ver nunca a<br />

un tipo feliz acá... no... la verdad es que son unos<br />

culiados...”<br />

Silencio incómodo <strong>de</strong> Alfredo...<br />

-“¿Y sabés quien tiene la culpa <strong>de</strong> todo?” – Continuó<br />

Diego- “El gil <strong>de</strong>l Colorado... se pue<strong>de</strong> ir a lavar el ojete, que<br />

querés que te diga... yo ya no sé si me la banco... porque,<br />

¿viste?... al final uno se calla la boca para no generar<br />

quilombos en el grupo, pero... no... todo tiene un límite... ¿y<br />

si no, para que se mete a dirigir al equipo si <strong>de</strong>spués va a<br />

hacer lo que dicen los otros? ¿Qué, no tiene huevos? ¿No<br />

somos todos gran<strong>de</strong>s ya?, entonces que no se venga a sacar<br />

la mochila <strong>de</strong>spués...”<br />

67


68<br />

-“Pero...” –quiso intervenir Alfredo...<br />

-“Y si no, fijate...” –Diego no lo <strong>de</strong>jó ni empezar- “no sé<br />

qué tiene con Daniel... se manda diez mil cagadas, y nadie le<br />

dice nada, siempre <strong>de</strong> titular, nunca lo saca, y <strong>de</strong>spués uno<br />

se manda una burrada y a la mierda... porque esto no es<br />

fútbol profesional, loco... acá venimos a pasar el rato viste....<br />

al final siempre lo mismo, que rompen las pelotas con que<br />

tenemos que <strong>de</strong>cidirnos, a ver si queremos ganar o jugamos<br />

todos, pero no... porque si le ponemos coronita a alguno se<br />

va todo al carajo... no entien<strong>de</strong>n que las dos cosas van <strong>de</strong> la<br />

mano... si querés hacer un grupo unido para salir campeón<br />

tenés que respetar a todos, viste...”<br />

-“Y... si...” -intentó meter bocado Alfredo...<br />

-“Pero no...” –Diego actuó como si no lo hubiera<br />

escuchado- “nada... ni una cosa ni otra... es una bosta,<br />

terminás el sábado estresado, cuando venís a disten<strong>de</strong>rte...<br />

porque cuando ganamos todo bien, todo el mundo se caga<br />

<strong>de</strong> risa y llueven las cervezas, pero si llegamos a empatar<br />

nomás... Ay mamita... todos se rasgan las vestiduras... todos<br />

hablan... todos se sacan el muerto <strong>de</strong> encima... se re<br />

putean... no, es al pedo...”<br />

-“Bueno... pero vos también...” – Quiso <strong>de</strong>cir Alfredo...<br />

-“Y que <strong>de</strong>spués no me vengan con que al otro día se<br />

olvidan <strong>de</strong> la peleas...” –siguió Diego como si estuviera solo-<br />

“porque es todo mentira... cada vez que empezamos un<br />

torneo nos juntamos, hablamos un montón <strong>de</strong> bolu<strong>de</strong>ces, y<br />

al final todo se <strong>de</strong>sbanda para el carajo... cada uno actúa<br />

como si fuera el único que tiene la verdad absoluta...”<br />

Esta vez Alfredo se calló, ya sabía que lo <strong>de</strong> Diego era<br />

un monólogo <strong>de</strong> <strong>de</strong>scarga.


-“Mirá sino la que hizo el otro día... y no me digas que<br />

no, porque todo el mundo le vio la cara a Mariano... Porque<br />

el Guille es un jugadorazo, eso no te lo niego, pero si llega<br />

tar<strong>de</strong> le falta el respeto al equipo, viste... es así, no me digas<br />

que no... porque Mariano ya estaba cambiado para entrar y<br />

como llegó el otro se quedó afuera... y eso no está bien,<br />

porque Mariano no dijo nada, pero otro se hubiera<br />

calentado... y no tiene nada que ver con que sea bueno o<br />

malo jugando... el chabón está siempre... ¿o no?..”<br />

-“Si...” – contestó un lacónico Alfredo.<br />

-“Vos me entendés ¿no?,” -Diego ya sonaba<br />

completamente enfurecido- “porque <strong>de</strong>spués pienso que soy<br />

yo solo, pero no, porque todos tienen una i<strong>de</strong>a sobre el<br />

equipo viste... pero <strong>de</strong>spués se hacen los pijas y en algún<br />

momento todo explota viste... al final te digo la verdad, no<br />

sé por qué carajo vengo a complicarme la vida con estos<br />

forros todos los fines <strong>de</strong> semana...”<br />

-“¡Porque estos forros son tus amigos... boludo!.”-Lo<br />

cortó en seco Alfredo.<br />

Diego lo miró a Alfredo, y sintió como se <strong>de</strong>sbarrancaba<br />

toda su teoría... prendió un pucho y siguió caminando...<br />

callado.<br />

69


70


ES TODO PSICOLÓGICO.<br />

- ¿Qué carajo te pasa, cabezón?- Le preguntó Fredy a<br />

Hector.<br />

Hector estaba bien cerca <strong>de</strong>l espejo <strong>de</strong>l baño <strong>de</strong>l taller y se<br />

tocaba la cabeza con cara <strong>de</strong> preocupación.<br />

- Nada, loco, cada día estoy perdiendo más pelos y eso me<br />

pone como la mona... – Contestó un consternado Hector.<br />

- No seas gil, cabezón... – lo alentó Fredy - ¿O no sabés que<br />

el tema <strong>de</strong> los pelados es todo Psicológico?.<br />

- Si, Psicológico el trauma que te queda, porque los pelos no<br />

te los salva nadie...<br />

- No, en serio te digo, es todo psicológico... no es una<br />

bolu<strong>de</strong>z que te digo como esos libros <strong>de</strong> autoayuda que te<br />

cagan diciéndote “Lo lindo está en el interior... si sos un<br />

buen tipo las minas te dan bola”, y vos te sentís bien siendo<br />

más feo que el culo y sin que en tu puta vida una chabona te<br />

haya dado ni la hora, justamente por horrible.<br />

Pero lo <strong>de</strong>l lope es distinto.<br />

¿Viste que uno a veces ve esos pelados que ni cejas tienen, y<br />

te dicen que es por un problema nervioso?, bueno en<br />

realidad es todo más o menos así.<br />

71


Y no te lo digo por <strong>de</strong>círtelo, lo sé con conocimiento <strong>de</strong><br />

causa... yo vi como un vago superó la pérdida <strong>de</strong>l pelo, todo<br />

con la cabeza, nada más.<br />

Y mirá, la verdad, nosotros ahora andamos treintiañando, o<br />

sea, es el momento en que ya es más o menos lógico que se<br />

empiecen a per<strong>de</strong>r algunos pelos, pero el pibe este que te<br />

hablo ya estaba casi pelado a los veinte.<br />

Viste que para los hombres es toda una historia esto <strong>de</strong><br />

quedarse pelado. Cuando sos joven, porque queda como el<br />

culo, cuando estás en nuestra edad, porque es una muestra<br />

<strong>de</strong>l insalvable paso <strong>de</strong>l tiempo, o en otras palabras, un signo<br />

<strong>de</strong> que empezás a ponerte viejo.<br />

Frente a esto hay distintos tipos <strong>de</strong> reacciones.<br />

Están los que se lo toman a joda, asumen su calidad <strong>de</strong><br />

pelados y la llevan con dignidad, con orgullo te diría. Son<br />

esos que se consi<strong>de</strong>ran EL pelado, que ya ni siquiera<br />

respon<strong>de</strong>n cuando los llaman por su nombre verda<strong>de</strong>ro, han<br />

asumido que su i<strong>de</strong>ntidad está estrechamente ligada a la<br />

falta <strong>de</strong> cabello, y ya no se imaginan <strong>de</strong> otra forma. Estos no<br />

<strong>de</strong>sean pelo, estos saben que su personalidad y la calvicie<br />

son una misma cosa. Hasta saben que su posición social está<br />

marcada por la pelada.<br />

Después están los que contraen una postura <strong>de</strong> resignación,<br />

no se sienten orgullosos, pero saben que va a ser una cruz<br />

que tienen que soportar por el resto <strong>de</strong> sus vidas, no son<br />

felices con su situación, pero también <strong>de</strong>muestran dignidad,<br />

una resignada dignidad. Son los que dicen: ‘Y bueno, a otros<br />

les tocan peores cosas’, y se comparan con los rengos, los<br />

mancos, los enfermos terminales... qué se yo... cualquiera<br />

que sufra algo peor que ser pelado... esto es parte <strong>de</strong> la<br />

72


condición humana, eh, no lo hacen <strong>de</strong> hijos <strong>de</strong> puta... yo los<br />

entiendo... porque si te ponés a compararte con los que<br />

están mejor que vos directamente te pegás un tiro... porque<br />

siempre hay alguno que, en algún aspecto, está mejor que<br />

uno... porque es más lindo, porque tiene más guita, porque<br />

toca bien la guitarra, porque tiene un buen auto, porque es<br />

más inteligente, porque tiene la poronga más gran<strong>de</strong>... no<br />

sé... por cualquier cosa... pero lo único cierto en esta triste<br />

vida es que nadie lo tiene todo, así que siempre hay algún<br />

punto en que alguien tiene algo que a nosotros nos negaron.<br />

Por último aparecen los que se <strong>de</strong>sesperan, los que tienen<br />

vergüenza con su calidad <strong>de</strong> lampiños craneales.<br />

Bueno, estos son los más patéticos, y los que mueven a risa.<br />

A estos vos les vés la cara <strong>de</strong> odio que ponen cada vez que<br />

alguien les dice PELADO, o le hace recordar el avance <strong>de</strong><br />

las zonas blancas en su cabeza.<br />

Y viste como somos todos, que si ves a algún amigo que le<br />

molesta que le digan algo, vos vas y se lo <strong>de</strong>cís, sólo por el<br />

gusto <strong>de</strong> romper las pelotas.<br />

Lo que pasa es que estos chabones tienen un trauma muy<br />

gran<strong>de</strong>. Mirá te digo que influye hasta en su masculinidad.<br />

Este tipo <strong>de</strong> pelados son los que se sienten menos hombres,<br />

creen que la falta <strong>de</strong> pelo los hace menos aceptables, menos<br />

queribles que el resto <strong>de</strong> los seres humanos. Son los que<br />

dicen: ‘¿Por qué a mí?, si soy una buena persona, no me<br />

merezco la calvicie...’ y pelotu<strong>de</strong>ces por el estilo.<br />

Bueno, este vago que yo te digo era <strong>de</strong> este último tipo.<br />

Yo, igual, al vago lo re banco, porque pensé que era un<br />

boludo y al final me cerró la boca.<br />

73


Esto pasó allá por el año 1996 o 97. Yo jugaba en la Liga <strong>de</strong><br />

Neuquén, en el Club Maronese. Éramos un equipito<br />

mo<strong>de</strong>sto, recién largaba ese club, calculo que por eso<br />

jugaba yo.<br />

La cuestión es que este pibe, al que voy a llamar sólo por<br />

sus iniciales, sólo por eso que te digo que lo respeto mucho,<br />

este pibe, G.M., tenía mi misma edad, veinte años, y estaba<br />

quedándose pelado.<br />

El pibe jugaba <strong>de</strong> seis. Era un <strong>de</strong>fensor tosco, nada <strong>de</strong>l otro<br />

mundo, ninguna luz, cumplía y nada más... y no es que yo<br />

sea bueno, pero ahora estamos hablando <strong>de</strong> él, viste.<br />

Bueno, la cuestión es que G.M. así como tosco para jugar,<br />

era bastante tímido, nada <strong>de</strong> meterse mucho en el grupo,<br />

nada <strong>de</strong> hacer muchas jodas... estaba siempre, pero no<br />

participaba mucho... se retraía, yo creo que a propósito,<br />

porque sabía que no se iba a bancar que lo molestaran con<br />

el tema <strong>de</strong> la calvicie.<br />

A<strong>de</strong>más, era un pibe muy humil<strong>de</strong>, en lo económico me<br />

refiero... no era así pobre <strong>de</strong> las villas que hay alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l<br />

club, como otros que si lo eran, sino que era <strong>de</strong> clase media<br />

baja, <strong>de</strong> esos que tienen lo justo, viste, como casi todos...<br />

pero él no había podido estudiar en la universidad, porque<br />

en la casa no podían bancarlo, así que se bancaba solo<br />

laburando <strong>de</strong> ayudante en una vidriería y lo poco que nos<br />

garpaban <strong>de</strong> premios en el club cuando había plata.<br />

Bueno, así, el chabón era medio bruto... medio que su<br />

propia personalidad, su propia calvicie avanzada, lo hacía<br />

como esos que viste que son medio pavotes por falta <strong>de</strong> vida<br />

<strong>de</strong> relación... como que le faltaba chispa... una cosa así.<br />

74


Yo, como soy buena onda, me acercaba al vago, como para<br />

intentar integrarlo. En ese momento yo vivía solo, ahí cerca<br />

<strong>de</strong>l club, así que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los entrenamientos lo invitaba a<br />

tomar unos mates, la cuestión es que éramos medio amigos,<br />

pero era difícil, no le sacabas una palabra ni con tirabuzón,<br />

era muy parco.<br />

Ese año con el equipo andábamos bastante bien, nada <strong>de</strong>l<br />

otro mundo, nada <strong>de</strong> querer ser campeones, pero no<br />

pasábamos vergüenza con nadie. Todos estaban contentos<br />

en el club.<br />

- Che, pará, si vas a salir con alguna pelotu<strong>de</strong>z para<br />

cargarme te cago a trompadas...- lo interrumpió Hector, por<br />

las dudas.<br />

- No, pavo, aguantá, escuchame hasta el final – Siguió Fredy<br />

– Y mirá, para que veas que no es cuento. Hoy G.M. es<br />

gerente <strong>de</strong> Relaciones Públicas en una importante empresa<br />

<strong>de</strong> Cipolletti, por eso no quiero andar diciendo el nombre.<br />

Pasa que en esa época el pibe era muy distinto, como que si<br />

lo ves ahora ni podés creer lo que te cuento... no, tendrías<br />

que haberlo conocido en aquella época.<br />

La cuestión es que estábamos por la mitad <strong>de</strong>l campeonato y<br />

a poquitos puntos <strong>de</strong>l puntero... estaba todo en or<strong>de</strong>n.<br />

En eso, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un partido <strong>de</strong> local contra Villa Iris, que<br />

habíamos ganado muy <strong>de</strong> pedo, estábamos todos festejando<br />

en el vestuario, algunos ya se duchaban y otros estábamos<br />

bolu<strong>de</strong>ando mientras nos sacábamos la pilcha para ir a<br />

bañarnos. Entre lo que ya estaban en la ducha estaba G.M.<br />

El vestuario era un <strong>de</strong>spelote. Todos gritaban, festejaban, se<br />

hacían cargadas... y <strong>de</strong> repente...<br />

75


BERRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRP,<br />

<strong>de</strong> la ducha vino un eructo que <strong>de</strong>bía merecer el premio<br />

Guiness, o le pegaba en el poste... una cosa tremenda, que<br />

primero nos sobresaltó a todos, que salimos corriendo para<br />

la zona <strong>de</strong> duchas... llegamos y el Loco Bruno estaba tirado<br />

en el piso, cagándose <strong>de</strong> risa... ‘¡Hijo <strong>de</strong> Puta!, ¡Qué hijo <strong>de</strong><br />

puta!’, era todo lo que <strong>de</strong>cía.<br />

Nosotros mirábamos medio confundidos, y el Loco nos dice:<br />

‘¡Miralo vos al pelado!, terrible eructo se mandó... que<br />

capo... no lo tenía.’<br />

G.M. estaba pálido, viste, ya te dije que era medio retraído...<br />

y encima le habían dicho Pelado... calculo que se quería<br />

enterrar.<br />

Ahí nomás empezamos todos a aplaudirlo, porque, te juro,<br />

había sido impresionante... y ya que veníamos en onda <strong>de</strong><br />

fiesta empezamos a jo<strong>de</strong>rlo.<br />

Listo, ahí pasó todo. Pero al domingo siguiente, visitamos a<br />

Pacífico, otra victoria por la mínima y colgados <strong>de</strong>l<br />

travesaño, pero victoria al fin... y cuando estábamos <strong>de</strong><br />

vuelta en el vestuario: BERRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRP,<br />

otra vez el monstruoso eructo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la ducha. Mirá, para<br />

que te <strong>de</strong>s una i<strong>de</strong>a, ¿Viste que cuando uno es pen<strong>de</strong>jo hace<br />

esas competencias como ver quien logra eructar por más<br />

tiempo, quien dice el abecedario eructando, o pavadas así?,<br />

no se vos, pero yo sí hacía esas cosas. Bueno, esto era como<br />

el mejor, más largo y sonoro eructo que hayas escuchado en<br />

tu vida. Ese día hasta el Henry, el legendario canchero <strong>de</strong><br />

Pacífico, entró a los gritos al vestuario creyendo que<br />

habíamos roto algo. Imaginate, nosotros no podíamos<br />

quedarnos parados <strong>de</strong> la risa.<br />

76


G.M. se convirtió por un momento en el ídolo... sin quererlo<br />

y casi como con vergüenza...<br />

Al final, imaginate, dos partidos chivos seguidos, dos<br />

partidos ganados, el equipo cerca <strong>de</strong> la punta, listo, la<br />

conclusión era fácil, los eructos <strong>de</strong> G.M. eran cábala.<br />

G.M., involuntariamente, pasó a ser objeto <strong>de</strong> cargadas y <strong>de</strong><br />

la atención que nunca quiso.<br />

Yo no <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> estar sorprendido. Por un lado porque los<br />

terribles eructos yo pensaba que eran una forma <strong>de</strong> llamar<br />

la atención, y, por el otro lado, él reaccionaba <strong>de</strong>mostrando<br />

todo lo contrario, como que no quería ese efecto.<br />

Así fueron pasando las fechas, y estaba todo en or<strong>de</strong>n, todos<br />

esperando el momento <strong>de</strong>l eructo <strong>de</strong> G.M. al final <strong>de</strong>l<br />

partido... hasta que volvimos a per<strong>de</strong>r... fue contra Unión<br />

Vecinal y <strong>de</strong> locales... teníamos una bronca tremenda... el<br />

vestuario parecía una funeraria, sólo se escuchaba el sonido<br />

<strong>de</strong> las duchas como fondo hasta que llegó el<br />

BERRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRP,<br />

<strong>de</strong> G.M. Pero, ahí nadie festejó nada, hasta lo miraron, por<br />

primera vez, con asco al vago... como que ahora les<br />

molestaba lo que antes pedían a gritos... así <strong>de</strong> injustas son<br />

las cosas en los vestuarios viste...<br />

Pero nadie dijo nada....<br />

Yo me quedé con la espina clavada... y como te dije que era<br />

lo más parecido a un amigo que tenía G.M., al otro día lo<br />

invité a tomar unos mates y lo encaré directamente con el<br />

tema: “Che, loco, <strong>de</strong>cime la verdad, ¿Para qué carajo te<br />

mandás esos terribles eructos?”.<br />

77


El pibe me miró sorprendido, la verdad es que no se<br />

esperaba la pregunta, pero luego <strong>de</strong> unos segundos <strong>de</strong><br />

duda... agachó la cabeza y se puso todo colorado, viste como<br />

cuando uno está in<strong>de</strong>ciso sobre si <strong>de</strong>cir o no algo, bueno,<br />

este estaba así... pero se puso a contarme, y te lo voy a <strong>de</strong>cir<br />

textual como me lo dijo él, porque tengo las palabras<br />

gravadas:<br />

“Sabé lo que pasa Fredy...” empezó “... a mí no me gusta<br />

jo<strong>de</strong>r a nadien vistes...yo no jodo a nadien... ni quiero que<br />

me rompan las bolas a mí... yo hago lo mío y no me meto en<br />

los güeveos <strong>de</strong> ninguno... pero todos tenemos cosas que son<br />

<strong>de</strong> uno... quilombos... matetes en la saviola... ¿vistes?... y yo<br />

también... hay cosas que uno acecta y otras que no acecta<br />

una mierda...”<br />

Ahí se mandó una pausa, como para tomar envión, yo me di<br />

cuenta que estaba por <strong>de</strong>cirme algo muy íntimo, algo que le<br />

costaba sacar y que no le había dicho a nadie... hasta yo<br />

estaba nervioso, casi como él... hice un silencio aprobatorio<br />

a esa introducción.... “Bueno...” siguió “... a mí no me gusta<br />

ser pelado...” Ahí se puso bordó, más que colorado. “Yo sé<br />

que parece una bolu<strong>de</strong>z...” continuó “... pero me siento para<br />

el orto por eso... ¿vistes?... y a la final, uno porque es pobre<br />

tiene que bancarse las cosas que le tocan... y a veces,<br />

aunque no haiga una salida... a veces uno no se pue<strong>de</strong> sentir<br />

bien... niunque quiera... y yo en eso no me siento bien...”<br />

Cada palabra le costaba horrores, pero levantaba un poco la<br />

vista y me tenía a mí mirándolo como si fuera lo más<br />

importante <strong>de</strong>l mundo, así que calculo que eso lo invitaba a<br />

seguir con la confi<strong>de</strong>ncia:<br />

“Pero yo siempre fui muy costante con las cosas que se<br />

ponen en el marote... vistes... así que... bueno... estuve<br />

78


guardando unos mangos <strong>de</strong> los premios y un poco <strong>de</strong> las<br />

changas <strong>de</strong> la vidriería... vistes... y así... vistes... este... yo<br />

quería... bueno... vistes...”<br />

Entonces se calló, yo pensé que ya se le había pasado la<br />

onda confesión, pero no, manoteó el viejo bolso que llevaba<br />

siempre a la cancha con los botines y todo eso, y sacó algo.<br />

Primero lo ocultó <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la mesa, y muy <strong>de</strong>spacito fue<br />

subiéndolo hasta ponerlo enfrente mío.<br />

Era una botella <strong>de</strong> shampoo. Yo la miré extrañado. Era un<br />

“CALVEX NO ¡Con extracto <strong>de</strong> Ortigas y Cardamomo!<br />

Tonifica el crecimiento capilar.”<br />

Imaginate, yo no entendía un carajo... y lo miré con la mayor<br />

cara <strong>de</strong> boludo que <strong>de</strong>bí poner en toda mi vida...<br />

“Pero... no entiendo...” Le dije “¿Que tiene que ver?”<br />

“Las istruciones...” me respondió “leé las istruciones”.<br />

Dí vuelta la botella y leí: “Este producto promueve una<br />

mayor irrigación sanguínea en la zona craneal, <strong>de</strong>teniendo<br />

la caída <strong>de</strong>l cabello y vigorizando el nacimiento <strong>de</strong> los<br />

folículos capilares. INSTRUCCIONES DE USO: Con el<br />

cabello mojado, Aplique, masajee hasta formar espuma,<br />

enjuague, REPITA”<br />

Primero creí que era una joda, lo miré a G.M. como para<br />

recriminarle, pero el chabón todavía tenía cara <strong>de</strong><br />

vergüenza así que me di cuenta que no estaba bolu<strong>de</strong>ando,<br />

y yo le dije la primer pavada que se me vino a la cabeza:<br />

“¡¡¡Ahhhh!!!... ¿Está fría el agua, no? Voy a calentarla.”…<br />

- ¿¡Y.....!? – Casi gritó Hector - ¿Qué carajo pasó <strong>de</strong>spués?<br />

¿Le creció el pelo?<br />

79


- ¡¡No!! – Contestó riéndose Fredy - ¡Mirá que le va a crecer<br />

el pelo por eructar! ¿Sos pelotudo, vos?, no, el Vago está<br />

pelado como una papa... pero <strong>de</strong>spués lo aceptó, pudo<br />

superar la caída <strong>de</strong>l cabello, se puso a estudiar en un<br />

terciario y se recibió <strong>de</strong> Licenciado en Recursos Humanos, y<br />

ahora le está yendo muy bien....<br />

- ¡VÉS QUE AL FINAL SOS UN PELOTUDO! – Gritó Hector<br />

amagando a pegarle una piña a Fredy mientras se reía.<br />

80


Roberto, el incomprendido<br />

Por Marcelo Alejandro Silva<br />

Cuesta creer que el fútbol sea solo un juego. Cuando un<br />

<strong>de</strong>porte difundido mundialmente se cala hasta los huesos<br />

sobre las culturas mas <strong>de</strong>sdichadas, y es en esta forma <strong>de</strong><br />

vida en la que se dice que los pibes nacen con una pelota <strong>de</strong><br />

fútbol o en sus primeros movimientos fetales se dice que<br />

está pateando y que va a ser futbolista.<br />

Fue así como este relato surgió en un barrio común y<br />

silvestre en don<strong>de</strong> lo único que se hacía en los tiempos<br />

libres era jugar un picadito. Y es acá don<strong>de</strong> aparece nuestro<br />

personaje, un morochito retacón y con mucho carisma,<br />

adornando los ásperos e interminables partidos <strong>de</strong> la<br />

canchita <strong>de</strong>l baldío <strong>de</strong>l barrio.<br />

Des<strong>de</strong> muy pequeño su ansiedad por el contacto con el<br />

balón era sorpren<strong>de</strong>nte, así como también lo hincha pelotas<br />

que resultaba para los pibes más gran<strong>de</strong>s a quienes les<br />

molestaba que un borrego <strong>de</strong> cuatro años quisiera jugar con<br />

ellos y que por no <strong>de</strong>jarlo jugar los cagaran a pedos. Pero<br />

esa fue su mejor escuela <strong>de</strong> fútbol, la que le dio el coraje <strong>de</strong><br />

aguantar y encarar siempre por más difícil que fuere, y solo<br />

le faltaba recibirse en lo más <strong>de</strong> lo más <strong>de</strong>l fútbol a nivel<br />

profesional.<br />

81


Con tan solo 10 años en su haber, ya se vislumbraba un<br />

fenomenal futuro y la <strong>de</strong>scosía en cada cancha. Canchas (en<br />

las que el ver<strong>de</strong> césped era una metáfora perdida entre el<br />

pedregullo y no se podía siquiera imaginar un juego <strong>de</strong><br />

camisetas <strong>de</strong>coroso), <strong>de</strong>l torneo barrial en la categoría dos<br />

años mayor que él. Éste here<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> un quiebre <strong>de</strong> cintura<br />

excepcional, porque tenía a su padre y sus tíos tanto<br />

paternos como maternos que habían jugado en “Picada 15”<br />

el club <strong>de</strong> la ciudad, empezó a estar en la mira <strong>de</strong> los<br />

dirigentes <strong>de</strong>l club más importante <strong>de</strong>l pueblo. Su<br />

progenitor estaba más que orgulloso por el interés <strong>de</strong> la<br />

institución (en que él había sabido jugar antaño), así como<br />

los vecinos <strong>de</strong>l barrio por tener un futuro crack en el<br />

vecindario.<br />

Rechazó año tras año los pedido <strong>de</strong> incorporación al<br />

plantel <strong>de</strong> Picada porque no le simpatizaba la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> jugar<br />

con pibes mercenarios <strong>de</strong>l “fulbito” y porque el club le había<br />

cerrado la puerta a casi todos sus amigos <strong>de</strong>l barrio menos<br />

al gordo Cayeta que como arquero era el futuro dueño <strong>de</strong><br />

los tres palos o el flaco conejín que como <strong>de</strong>fensor central y<br />

sobre todo por arriba <strong>de</strong>spejaba lo que se acercara al área y<br />

cabeceando en área rival la metía seguido. Con trece años a<br />

cuesta y comenzando la escuela a nivel secundario el Tito<br />

arma con sus nuevos amigos <strong>de</strong>l normal Nº 2 un equipito <strong>de</strong><br />

fútbol <strong>de</strong> salón en don<strong>de</strong> él era la estrella y el que guiaba a<br />

su equipo a lograr triunfos memorables. Los primeros<br />

partidos fueron con chicos <strong>de</strong> primer año, que no pudieron<br />

hacer mucho ante tanta magia <strong>de</strong>l petiso diestro ni con sus<br />

colegas. Porque no era él solo el que ganaba esos partidos<br />

como en la canchita <strong>de</strong>l baldío sino que se había ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong><br />

cinco buenos players. Un arquerito que para hacerle un gol<br />

había que pegarle un par <strong>de</strong> tiros antes, tres <strong>de</strong>fensores<br />

82


polifuncionales que rotaban y cuando salían el <strong>de</strong>lantero y el<br />

Tito ellos ocupaban esos puestos sin tantos firuletes pero<br />

con tiempo para que se recupera el mago y su ariete <strong>de</strong><br />

ataque que con pelota dominada a diez metros <strong>de</strong>l arco<br />

metía el 95% <strong>de</strong> sus tiros.<br />

Así fueron pasando los equipos y se iban sumando<br />

victorias, liquidaron a todos los equipos <strong>de</strong>l colegio y los<br />

<strong>de</strong>safíos empezaron a llegar <strong>de</strong> otros colegios, <strong>de</strong> otros<br />

barrios y terminaron ese año con solo una <strong>de</strong>rrota. Esa<br />

<strong>de</strong>rrota llegó un día <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que el Tito cumpliera 14<br />

años, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> festejar el cumpleaños <strong>de</strong>l ídolo <strong>de</strong>l barrio,<br />

<strong>de</strong>l colegio y <strong>de</strong>l ambiente <strong>de</strong>l fútbol <strong>de</strong> salón, ya que les<br />

pesó la resaca <strong>de</strong> un festejo que duró como hasta las siete<br />

<strong>de</strong> la mañana y al que regaron con abundante cerveza<br />

conseguida <strong>de</strong> contrabando, como aventura iniciática <strong>de</strong><br />

adolescentes. Ese partido fue un <strong>de</strong>sastre en el que no solo<br />

él, sino que los seis estaban totalmente <strong>de</strong>sconocidos<br />

futbolísticamente y terminaron con una diferencia <strong>de</strong> más<br />

<strong>de</strong> 11 goles en contra.<br />

Su fama <strong>de</strong> crack se paseo por toda la ciudad e incluso<br />

en un partido lo fue a ver el entrenador <strong>de</strong> Picada, el Gringo<br />

Whisquili, y quedó boquiabierto por lo que hacía en espacios<br />

reducidos, la manera <strong>de</strong> aguantar y proteger la pelota, la<br />

forma que recibía y hacía que su compañero <strong>de</strong> ataque<br />

finiquitara esa obra <strong>de</strong> arte en gol. Es ahí don<strong>de</strong> el club<br />

vuelve a instigar para contar con los servicios <strong>de</strong>l pibe<br />

maravilla. Fue tanta la presión que un día cedió y fue a la<br />

práctica al predio <strong>de</strong> “Picada 15” Llegó a las 13:50 al club,<br />

que quedaba como a ocho cuadras <strong>de</strong> su casa con sus amigo<br />

<strong>de</strong> fútbol 5 que tuvieron que quedarse afuera <strong>de</strong>l predio. Al<br />

llegar el Gringo lo presentó con los <strong>de</strong>más muchachos que lo<br />

miraban <strong>de</strong> reojo y casi con <strong>de</strong>sprecio por un pen<strong>de</strong>jo que ni<br />

83


medias <strong>de</strong> fútbol como la gente tenía puestas ni botines,<br />

porque solo hacía fútbol <strong>de</strong> salón.<br />

Y a partir <strong>de</strong> ese momento fue que tuvo que correr por<br />

45 minutos para su fastidio, ejercicios con conitos, etc. Casi<br />

una hora y media <strong>de</strong>spués empezaron un picadito.<br />

Empezaron a jugar y se quedó afuera y el Gringo empezó a<br />

explicarle como quería que su equipo jugara.<br />

Terminó el primer tiempo <strong>de</strong> veinte minutos e iba a<br />

entrar y antes <strong>de</strong> comenzar el D.T. le dice:<br />

-¡Jugá como sabés!<br />

Y fue así que empezó a apilar y <strong>de</strong>sparramar jugadores<br />

rivales a 30 metros <strong>de</strong>l área hasta que vino el 5 y lo levantó<br />

como sorete en pala. Foul y primer retada <strong>de</strong>l Gringo:<br />

-¡Tocasela al 9 que él hace el gol y <strong>de</strong>jate <strong>de</strong> bolu<strong>de</strong>ar<br />

con esos firuletes!<br />

Tiro libre que agarra el 2 y le pegó un soberbio<br />

<strong>de</strong>rechazo que revienta el travesaño y el rebote sale para la<br />

media luna <strong>de</strong>l área y el Tito la bajó si tuviese un guante en<br />

la <strong>de</strong>recha, se mete en el área <strong>de</strong>jando a tres <strong>de</strong>fensores<br />

enroscados entre sí y cuando le sale el arquero se la toca al<br />

9 que la para y su remate se va afuera.<br />

-¡Y éste va a hacer los goles!-le preguntó el Tito<br />

recaliente al Gringo.<br />

-¡Dale, seguí así que lo estás haciendo bien!<br />

-Si estuviera el Moncho era gol seguro-dijo en voz baja<br />

acordándose <strong>de</strong> su yunta en la <strong>de</strong>lantera <strong>de</strong> fútbol <strong>de</strong> salón.<br />

Siguió mostrando y <strong>de</strong>rrochando calidad en este si<br />

ver<strong>de</strong> césped pero siempre que limpiaba a mas <strong>de</strong> dos lo<br />

84


ajaban con falta y sobretodo el 5. Y en la que le infló los<br />

huevos fue en una apilada <strong>de</strong> <strong>de</strong>recha a izquierda y cuando<br />

iba a chutear apareció <strong>de</strong>s<strong>de</strong> atrás el 5 le metió terrible<br />

topetón en la espalda y no cobraron foul, y el Gringo<br />

empezó a gritarle que se levante y que corra a <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r.<br />

Hervía <strong>de</strong> calentura y se dijo a si mismo que no volvía más.<br />

Esa jugada terminó en gol y fue una tremenda cagada a<br />

pedos la que se llevó por parte <strong>de</strong>l técnico. Sacan <strong>de</strong>l medio,<br />

se la dan en casi tres cuartos <strong>de</strong> la cancha y empieza a<br />

apilar jugadores, así como el Diego contra los ingleses y<br />

cuando llega al área frente a frente con el arquero en ese<br />

momento <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar a todo el equipo rival en vergüenza y<br />

plasmar el mejor gol visto en ese predio, patea a tan solo<br />

siete metros <strong>de</strong>l arco y la pelota se va como a casi cinco<br />

metros <strong>de</strong>l parante horizontal pasando largamente el<br />

alambrado <strong>de</strong>l predio. Y en ese momento terminó la práctica<br />

y el Gringo recaliente lo increpó y le dijo que así no iba a<br />

jugar en el club.<br />

-Ma si, si vos me fuiste a buscar, aparte con esta manga<br />

<strong>de</strong> perros no me gusta jugar-le respondió sin tapujos, se dio<br />

media vuelta y se fue.<br />

Breve fue su estadía en el club al cuál no iba a volver<br />

porque le apasionaba más ganar y per<strong>de</strong>r con sus amigos<br />

que con estos giles comandado por un cagón que prefería<br />

maratonistas y no ilusionistas <strong>de</strong>l jogo bonito.<br />

Corto pero productivo fue su paso en Picada 15 pero le<br />

bastó para pintarle la cara a los mercenarios <strong>de</strong>l fútbol y<br />

para po<strong>de</strong>r estrenar nuevo balón arrebatado a los borregos<br />

<strong>de</strong>l Gringo.<br />

85


86


Acto <strong>de</strong> Constricción (2)<br />

(O <strong>de</strong> cómo Más Vale Tar<strong>de</strong> que Nunca)<br />

87


Sábado 17 <strong>de</strong> Febrero <strong>de</strong> 2.00… en algún recóndito lugar <strong>de</strong><br />

Cipolletti, que preten<strong>de</strong> pasar por campo <strong>de</strong> fútbol.<br />

PAPÁ-PAPÁPA-PAPAPAPAPAPA-PAPAPÁAA<br />

PAPÁ-PAPÁPA-PAPAPAPAPAPA-PAPAPÁAA<br />

PAPÁ-PAPÁPA-PAPAPAPAPAPA-PAPAPÁAA (Ringtone<br />

MONOFÓNICO <strong>de</strong> LAMBADA)<br />

Guillón: “Uh... ese es mi celu...”<br />

Corre cual grácil gacela hacia su bolso y revuelve<br />

<strong>de</strong>sesperadamente hasta encontrar su móvil.<br />

Guillón: “Aló...”<br />

Del otro lado <strong>de</strong>l teléfono se escuchan los gritos: “¡A VER!<br />

¡¡¡CÓMO CARAJO ENTRAMOS!!!... ¡¡¡¿CON LÍNEA DE<br />

TRES O LÍNEA DE CUATRO?!!!!”<br />

Era la voz inconfundible <strong>de</strong> GURKARIEL.<br />

Guillón (Con in<strong>de</strong>cisión): “Bueno, este... me parece que...<br />

a ver.... ehhhh... ¿Línea <strong>de</strong> Tres?...”<br />

Gurkariel: “¡OTRA VEZ LA MISMA MIERDA...! SI SON<br />

UNO INÚTILES, NO SABEN NI ATARSE LOS BOTINES Y<br />

QUIEREN COORDINAR UNA DEFENSA DE TRES... ¡¡¡ESO<br />

SÍ QUE NO LO ACECTO!!!”<br />

Guillón (Sosteniendo su teléfono a medio metro <strong>de</strong>l<br />

oído por miedo a que se le rompan los tímpanos):<br />

“Bueno... bueno... pero vamos a poner cinco en el medio,<br />

para compensar y....”<br />

Gurkariel (No lo <strong>de</strong>ja terminar a Guillón): “¡QUÉ<br />

HIJUEPUTA! SI NO TENEMOS CINCO MEDIOCAMPISTAS<br />

88


COMO LA GENTE... ES AL PEDO, YO NO PUEDO FALTAR...<br />

¡¡¡ESTO NO ES LO CORRETO!!!”<br />

Guillón (Buscando la cuadratura <strong>de</strong>l círculo o que<br />

Gurkariel lo escuche, que es lo mismo): “Pero Gurkita...<br />

escuchame, está bien el planteo, a eso le sumamos dos<br />

<strong>de</strong>lanteros y así....”<br />

Gurkariel (DESAFORADO): “¡¡¡NO TE PUEDO CREER!!!<br />

ES INACECTABLE... AL FINAL CADA UNO HACE LO QUE<br />

SE LE CANTA EL FORRO DE LAS PELOTAS... ¡¿NO<br />

HABÍAMOS DICHO QUE ÍBAMOS A JUGAR CON SISTEMA<br />

3-5-2?! SI DECIMOS UNA COSA LA TENEMOS QUE<br />

HACER... SI DECIMOS QUE JUGAMOS CON 3-5-2,<br />

JUGAMOS ASÍ, NO PODEMOS CAMBIAR LO QUE YA<br />

DIJIMOS... CUANDO VUELVA DE LA CLÍNICA CORMILLOT<br />

VOY A PONER LOS HUEVOS SOBRE LA MESA...” Tu-Tu-Tu-<br />

Tu (Esto es el tono <strong>de</strong> que cortó, por si alguno no se dio<br />

cuenta).<br />

Cara <strong>de</strong> completa confusión <strong>de</strong> Guillón...<br />

Normen: “¿Quien era Guillón?”<br />

Guillón: “Gurkariel, dice que nos <strong>de</strong>sea suerte...”<br />

Todo el mundo se apresta a iniciar el partido <strong>de</strong>l haraposo<br />

Pelotillehue F.C. contra el temible BRUJOS...<br />

Ya se disponen los once titulares... el árbitro consulta a sus<br />

colegas y pita para que comience a correr el reloj y la<br />

pelota... Moscho se pepara a hacerle un pase a Coco para<br />

que la redonda gire... y se pisa el pie <strong>de</strong>recho, cayendo <strong>de</strong><br />

bruces sobre la línea <strong>de</strong> cal <strong>de</strong>l medio campo... La risa <strong>de</strong> los<br />

89


integrantes <strong>de</strong>l equipo contrario hace suponer que no<br />

tendremos una tar<strong>de</strong> fácil <strong>de</strong> sobrellevar.<br />

Moscho se incorpora, con el orgullo herido y el cuidado<br />

bigote pintado a medias <strong>de</strong> blanca cal, cual émulo <strong>de</strong>l<br />

enorme Charly García... y se va para un costado.<br />

Va Dientaniel a la mitad <strong>de</strong> la cancha y realiza el saque<br />

inicial hacia Coco...<br />

Coco, al recibir el pase <strong>de</strong> Dientaniel, se queda frenado, da<br />

media vuelta la cara y mira al árbitro....<br />

Coco: “Eh!!!, Chabón, no vistes como se a<strong>de</strong>lantaron... no<br />

empecemos <strong>de</strong> temprano... si no tenés huevos para cobrar<br />

no vengas...”<br />

Dientaniel (A Coco): “¡¡¡Coco!!! Dejate <strong>de</strong> jo<strong>de</strong>r, no ves<br />

que recién empieza el partido...”<br />

Patín (Cincuenta metros más atrás): “¡¡DIENTANIEL!!<br />

No empecé a romper las pelota <strong>de</strong> temprano... loco, siempre<br />

hablá vos loco... que te creé que só...”<br />

Normen (Des<strong>de</strong> un costado): “¡¡¡BUENO PATÍN!!! No te<br />

metás, ¿No vés que no sirve para nada? Hay que ser boludo<br />

loco... que se creen... todavía no empieza el partido y ya nos<br />

estamos peleando... CERRÁ EL PICO...”<br />

Brurer (Otra vez <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el medio): “BUENO, BASTA<br />

NORMEN... QUE SE CREYERON... DIJIMOS QUE NO<br />

ÍBAMOS A HABLAR, EL BOLUDO ESTE DE DIENTANIEL<br />

SIEMPRE IGUAL, Y VOS PATO NO TE METÁS...”<br />

Richardín (Des<strong>de</strong> el otro lateral en el medio):<br />

“CALLATE BRURER... VOS NO PODÉS HABLAR... SI<br />

HASTA HACE CINCO MINUTOS ESTABAS CAGANDO POR<br />

EL MIEDO QUE TE DABA EL PARTIDO...”<br />

90


Chinete (Atrás <strong>de</strong> Richardín): “CERRÁ EL PICO LOCO, SI<br />

VOS TAMBIÉN SOS UN CAGÓN... SON TODOS UNOS<br />

CAGONES... NADIE PROTESTA NADA, TODOS SE BAJAN<br />

LOS PANTALONES...”<br />

Chucky (En el medio <strong>de</strong>l campo): “¡EH! Chinete... no<br />

vengás a boconear vos que te la pasás hablando pelotu<strong>de</strong>ces<br />

todos los partidos y...”<br />

Guillón (Atrás <strong>de</strong> Chucky): “Callate vos mamerto, que<br />

encima que te hacés el estrella <strong>de</strong>spués venís a criticar...”<br />

Dieguei (En ¾ <strong>de</strong> cancha): “Vos ni te metás Guillón, si sos<br />

el primero que <strong>de</strong>spués habla huevadas en las reuniones...<br />

sos un sorete mal cag...”<br />

Moscho (En el área contraria): “CallateDieguei, que vos<br />

sos un morfón <strong>de</strong> mierda y encima cada vez que abrís la<br />

boca es para <strong>de</strong>cir alguna mariconada...”<br />

El arquero <strong>de</strong>l equipo contrario (dirigiéndose al<br />

Moscho): “Che, Viejo ¿Y Uds. a qué carajo vienen acá?”<br />

Claro, ahora todos se preguntan para qué publico este<br />

<strong>de</strong>talle <strong>de</strong> las pavadas que hablan los fracasados estos...<br />

bueno, la verdad es que es bastante aburrido, pero el genio<br />

<strong>de</strong> Guillón (que no tiene límites más allá <strong>de</strong> su coeficiente<br />

intelectual <strong>de</strong> -43), se dio cuenta que el itinerario <strong>de</strong> la<br />

discusión era el esquema <strong>de</strong> una jugada perfecta... la<br />

patentó, se la vendió a los clubes más importantes <strong>de</strong>l<br />

91


<strong>Fútbol</strong> Mundial, se hizo multimillonario, fue a un casino<br />

clan<strong>de</strong>stino, apostó todo al Tute Cabrero, perdió, se humilló<br />

y volvió tan pobre como siempre a comandar las huestes <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>sengaño.<br />

He aquí la jugada patentada por Guillón a partir <strong>de</strong> la<br />

discusión <strong>de</strong> sus compañeros:<br />

92


R.I.P. (DEJA VÛ)<br />

Por Marcelo Alejandro Silva<br />

No parecía aquella una semana para nada especial, es<br />

más, se veía venir otra monótona y rutinaria semana <strong>de</strong><br />

trabajo. Lo que implicaba que al finalizar ésta, llegaría el<br />

gran premio: el partido <strong>de</strong>l sábado.<br />

Sin embargo había tenido sueños extraños, no podía<br />

<strong>de</strong>finirlos como pesadillas, pero lo estaban abrumando.<br />

Se trataba <strong>de</strong> un sueño recurrente: estar jugando como<br />

<strong>de</strong>fensor, su puesto natural por casi toda su vida, y ser una<br />

muralla frustrando una y otra vez los ataques <strong>de</strong>l rival.<br />

Dirigir ataques <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el fondo <strong>de</strong>l campo <strong>de</strong> juego y <strong>de</strong><br />

repente… una pelota dividida con un <strong>de</strong>lantero que tenía<br />

mala reputación y ¡zas! En la vorágine <strong>de</strong> movimientos <strong>de</strong><br />

cámaras, puntos <strong>de</strong> vistas y sonidos ahuecados que van en<br />

<strong>de</strong>scenso, una sola imagen, la <strong>de</strong>l brazo <strong>de</strong>recho amputado.<br />

El muñón ensangrentado y el resto en el césped todavía<br />

moviéndose.<br />

Despertar azorado, sudor frío corriendo por las sienes,<br />

no enten<strong>de</strong>r que era eso ni saber el significado <strong>de</strong> lo soñado<br />

ese martes a la madrugada.<br />

Lo comentó con un par <strong>de</strong> amigos y esto le traía mala<br />

espina, creyó que era una advertencia <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stino.<br />

93


El sábado por la mañana estuvo esperando a que sea la<br />

hora <strong>de</strong>l juego sin estar asustado pero si intrigado por lo<br />

que le quería <strong>de</strong>cirle su inconsciente. Lógicamente arrancó<br />

con todo el ritual que hacía sábado tras sábado que <strong>de</strong>bía<br />

jugar. Levantarse media hora antes <strong>de</strong> lo que se levantaba<br />

los días <strong>de</strong> la semana y <strong>de</strong>jar preparado el bolso con todos<br />

los enseres futbolísticos. Llegar al mediodía y lo primero a<br />

hacer es enrollar las vendas y <strong>de</strong>spués ir al baño y soltar el<br />

lastre. Siempre en ese estricto or<strong>de</strong>n.<br />

A la hora <strong>de</strong>l partido todo parecía normal, algunas<br />

bromas <strong>de</strong> sus compañeros, charla <strong>de</strong> equipo planeando la<br />

estrategia <strong>de</strong>l juego. Y a jugar. El encuentro se <strong>de</strong>sarrollaba<br />

tal cual lo soñado, era el partido soñado, jugando<br />

fenomenalmente. Yendo al ataque, robando pelotas a los<br />

rivales y dirigiendo al equipo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el fondo <strong>de</strong> su campo. Y<br />

llega el momento <strong>de</strong> ir a disputar la pelota con el <strong>de</strong>lantero,<br />

como lo había visto en sus sueños. No sacó la pata y siguió<br />

hasta el fin <strong>de</strong> la jugada, creyó que nunca podría pasar lo<br />

que había soñado, imposible. Al terminar la jugada lo único<br />

malo fue que perdió contra el atacante y el final <strong>de</strong> esa<br />

jugada fue gol. Creo que le dolió más que tener un muñón.<br />

Después <strong>de</strong> haber ganado 3 a 1, se retiró hacia su casa<br />

sobreentendiendo que el significado <strong>de</strong> la mutilación era un<br />

error y gol en su arco.<br />

Al llegar a su casa, no bien <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> <strong>de</strong>l auto siente un<br />

pequeño y leve mareo. Todo empieza a girarle y un gran<br />

dolor en su brazo. Pier<strong>de</strong> el conocimiento.<br />

Al reincorporarse, todo oscuro, todo manchado con<br />

sangre, mugroso y hediondo, olores fétidos y rancios. Un<br />

paraje infernal. Dolor en su extremidad <strong>de</strong>recha. Mirar y ver<br />

que le falta una parte. Reaccionar que todo fue un sueño,<br />

94


todo; <strong>de</strong>s<strong>de</strong> arrancar con la latosa rutina, el soñar cosas<br />

feas, jugar al fútbol e incluso ganar soberbiamente el<br />

encuentro. Todo eso era un sueño, un <strong>de</strong>seo, algo irreal.<br />

Todo fue un sueño… ésta era su realidad y en esos<br />

minutos que estuvo <strong>de</strong>svanecido tras el gran dolor<br />

producido por la amputación, solo era un <strong>de</strong>seo tan<br />

vehemente que casi parecía concreto. Minutos perdidos<br />

para ausentarse <strong>de</strong> esa cruel realidad y <strong>de</strong> quién seccionó<br />

su brazo, el jefe <strong>de</strong> esos repugnantes seres monstruosos.<br />

Dicen que cuando uno está por morir ve pasar su vida<br />

ante sus ojos… él había visto la vida que hubiera <strong>de</strong>seado<br />

tener…<br />

Era así que el final estaba cada vez más cerca…<br />

95


96


LA MAR EN COCHE<br />

Por Marcelo Alejandro Silva<br />

- Calmate loco, que yo sé que lo puedo hacer - le dijo al<br />

profesional.<br />

Y éste lo miró con <strong>de</strong>masiada extrañeza. No podía creer<br />

lo que sus oídos escuchaban, si hasta hace un par días no<br />

podía enten<strong>de</strong>r el por qué <strong>de</strong> tener que tratarlo.<br />

- Guacho, me parece que te estás haciendo <strong>de</strong>masiadas<br />

ilusiones, ¿No te parece?<br />

- No, si yo te digo que puedo es porque puedo, voy a<br />

jugar igual -respondió Arísti<strong>de</strong>s.<br />

Habían pasado casi sesenta días <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se acci<strong>de</strong>ntó<br />

en un partido contra el lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l torneo. Todo fue <strong>de</strong>masiado<br />

repentino, algo <strong>de</strong> lo que no se espera nunca y menos <strong>de</strong><br />

alguien con quién compartís todos los sábados un partido,<br />

una charla con cervezas varias y un asadito a la noche.<br />

Si bien ahora que hago memoria, esto tendría que<br />

remontarse hace cinco meses atrás, luego <strong>de</strong> una seguidilla<br />

<strong>de</strong> partidos en los que terminó con una inflamación <strong>de</strong> la<br />

rodilla. Le aconsejamos que vaya a ver un especialista, y fue<br />

tanta la insistencia <strong>de</strong> nuestra parte que al final accedió a ir.<br />

El traumatólogo que lo revisó le dijo que podía ser un golpe<br />

y la segregación <strong>de</strong> líquido sinovial en <strong>de</strong>masía era lo que no<br />

le <strong>de</strong>jaba recuperarse. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong>bería esperar que se<br />

97


<strong>de</strong>sinflamara como para empezar a practicar los estudios<br />

pertinentes.<br />

Pasaron casi dos semanas y la hinchazón disminuyó en<br />

casi su totalidad, ya sin dolor aparente volvió al ruedo.<br />

Poco le duró el tiempo en las canchas, solo tres<br />

semanas, porque ahora el dolor era insoportable. Fue a ver<br />

al especialista y ésta vez sí se sometió a todos los chequeos<br />

habidos y por haber. Familiares, amigos y todos los más<br />

cercanos estuvieron expectantes por la recuperación <strong>de</strong><br />

nuestro protagonista.<br />

El dolor no cesaba, es más, parecía que socavaba en lo<br />

más profundo <strong>de</strong> su rodilla. Ninguna pastilla lo podía<br />

ayudar. Él mismo se <strong>de</strong>cía: Dolor 25 - calmantes 0. La pelea<br />

por resistir se veía cada vez más difícil.<br />

Llegaron todos los exámenes, y eran <strong>de</strong>terminantes. No<br />

había rotura <strong>de</strong> ningún ligamento, hueso ni cartílago. Lo que<br />

tanto lo estaba aquejando era un tumor óseo. Algo repentino<br />

e inusual en alguien <strong>de</strong> esa edad.<br />

Todo se <strong>de</strong>rrumbó en torno <strong>de</strong> Arísti<strong>de</strong>s, y la solución<br />

era tratarse lo más rápido posible para no pa<strong>de</strong>cer<br />

sufrimientos mayores. Todo fue en vano. Cirugía,<br />

quimioterapia y radiación, nada funcionó.<br />

Y se tuvo que llegar a la resolución <strong>de</strong> la amputación <strong>de</strong><br />

su pierna <strong>de</strong>recha. Pierna que tanta gloria le había dado.<br />

Después <strong>de</strong> la intervención, en el momento que recobró<br />

la luci<strong>de</strong>z, maldijo a todo a su alre<strong>de</strong>dor, a su cuerpo, al<br />

<strong>de</strong>stino, la naturaleza y hasta a su mismísimo Dios. Si hasta<br />

podía sentirla, sentir sus <strong>de</strong>dos moverse, sentir que la<br />

planta <strong>de</strong> su pie <strong>de</strong>recho le picaba. Duro fue reconocer que<br />

98


ahora era un inválido y que ya no podría hacer todas las<br />

activida<strong>de</strong>s físicas que tanto le encantaban hacer.<br />

Terminado el período postoperatorio, <strong>de</strong>cidió hacer uso<br />

<strong>de</strong> una prótesis para tratar <strong>de</strong> <strong>de</strong>senvolverse <strong>de</strong> la manera<br />

más normal posible. Si bien alguna vez estuvo enyesado,<br />

esta renguera que hoy tenía iba a ser <strong>de</strong> por vida y él no se<br />

iba a dar por vencido.<br />

Casi un mes le llevó dominar por completo su nueva<br />

extremidad, una hecha especialmente para lo que él quería,<br />

que viéndolo <strong>de</strong>l lado positivo no pa<strong>de</strong>cería <strong>de</strong> las<br />

<strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una pierna humana. Volvió a entrenarse con<br />

sus compañeros, los cuales por un lado se alegraron y por el<br />

otro sentían pena por tantas ilusiones que se hacía Arísti<strong>de</strong>s<br />

por volver a jugar normalmente.<br />

Fue en ese momento en que al terminar la práctica el<br />

entrenador lo llama y le habla en privado. Le comentó que<br />

se sentía alegre por la pronta recuperación, por la actitud,<br />

el <strong>de</strong>senvolvimiento en el entrenamiento y <strong>de</strong> que con el<br />

tiempo iba a volver a jugar al fútbol. Así fue como volvió a<br />

tocar una pelota, en el picadito <strong>de</strong>l entrenamiento, pero no<br />

fue como esperaba. Cada vez que agarraba el balón nadie lo<br />

iba a marcar, todos tenían miedo <strong>de</strong> hacerle daño. Esto lo<br />

disgustó <strong>de</strong> tal manera que llegó al punto <strong>de</strong> querer tomarse<br />

a golpes con los <strong>de</strong>fensores.<br />

Días <strong>de</strong>spués vino el entrenador y le comentó que iba a<br />

formar parte <strong>de</strong>l equipo, pero no <strong>de</strong> aquel en el que brillara,<br />

sino <strong>de</strong> uno con muchachos que tenían su misma<br />

incapacidad. Esto ciertamente no le agradó y le llevó<br />

bastante tomar una <strong>de</strong>cisión. Y hasta que un día fue a ver<br />

que era ese equipo <strong>de</strong> discapacitados, según su<br />

pensamiento tan <strong>de</strong>spectivo, y ahí vio que no era<br />

99


minusválido el juego que practicaban. Por más prótesis que<br />

tuviesen se jugaba rápido y fuerte, con técnica e<br />

inteligencia.<br />

Y así terminó jugando en el equipo <strong>de</strong> amputados,<br />

siendo no solo la figura y goleador <strong>de</strong> su equipo sino<br />

también el máximo referente a nivel regional y nacional <strong>de</strong><br />

la disciplina.<br />

Eso sí, su Dios nunca se olvidaría <strong>de</strong> lo que él le dijo…<br />

100


De pan y <strong>de</strong> dientes...<br />

“Hijo <strong>de</strong> Puta… como me gustaría jugar así” Pensó el<br />

esmirriado chiquillo.<br />

Estaba mirando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el banco <strong>de</strong> suplentes en la Sexta<br />

<strong>de</strong> Maronese como Carlitos iba y venía <strong>de</strong>sparramando<br />

jugadores rivales.<br />

Él siempre fue fanático <strong>de</strong>l fútbol, pero, a pesar <strong>de</strong> que<br />

se esforzaba más que ninguno, le había sido vedada<br />

cualquier habilidad.<br />

Carlitos, en cambio, había nacido para el fútbol. Mejor<br />

dicho, Carlitos era fútbol. Tenía una habilidad endiablada,<br />

un golpe certero, un físico privilegiado.<br />

Carlitos era el ídolo absoluto <strong>de</strong> todos sus compañeros.<br />

Era ese tipo <strong>de</strong> personas que nacen para algo, que<br />

vienen predispuestas <strong>de</strong> fábrica. Te das cuenta que ninguna<br />

otra cosa podría ser Carlitos. Estaba <strong>de</strong>stinado a la gloria<br />

futbolística.<br />

Uno lo veía jugar y pensaba que <strong>de</strong>bía ser fácil hacer las<br />

gambetas, colocar la pelota en un <strong>de</strong>terminado lugar, meter<br />

un caño… se veía tan natural, espontáneo, que cualquiera<br />

podía confundirse y pensar que era una pavada.<br />

101


Ese año la Sexta <strong>de</strong> Maronese salió campeona. Carlitos<br />

goleador y figura indiscutida.<br />

Todos se <strong>de</strong>shacían en elogios, todos querían tener una<br />

foto con Carlitos, iban lo abrazaban, lo felicitaban. No había<br />

un equipo campeón, había un terrible jugador a cuya gracia<br />

los <strong>de</strong>más habían tenido la suerte <strong>de</strong> acce<strong>de</strong>r.<br />

El fin <strong>de</strong> semana siguiente a la obtención <strong>de</strong>l<br />

campeonato se hizo un asado en la se<strong>de</strong> <strong>de</strong>l club como<br />

festejo.<br />

Ese día fue un homenaje a Carlitos y no al equipo<br />

campeón.<br />

Las pare<strong>de</strong>s estaban todas estampadas con recortes <strong>de</strong><br />

diarios en los que se hablaba <strong>de</strong> Carlitos, fotos <strong>de</strong> Carlitos,<br />

en fin… el resto eran un cero a la izquierda.<br />

Pero esto es una <strong>de</strong> las cuestiones psicológicas o, mejor,<br />

patológicas <strong>de</strong>l fútbol, a nadie le importaba estar a la<br />

sombra <strong>de</strong> semejante jugador. Todos sus compañeros se<br />

sentían orgullosos <strong>de</strong> él y no les importaba no ser<br />

reconocidos y estar casi humillados por la figura relevante<br />

<strong>de</strong>l equipo. Todos empezaban a rego<strong>de</strong>arse pensando<br />

cuando, en el futuro, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que Carlitos haya sido<br />

balón <strong>de</strong> oro, figura <strong>de</strong>l Manchester o el Real Madrid,<br />

pudieran <strong>de</strong>cir en un asado familiar: “No, con Carlitos<br />

somos re amigos… jugamos juntos en la liga <strong>de</strong> Neuquén.”<br />

A la semana siguiente Carlitos se fue a Buenos Aires.<br />

Había venido un empresario <strong>de</strong> esos que trafican carne<br />

<strong>de</strong> pibitos con buena perspectiva y se lo llevó<br />

prometiéndoles a los padres que Carlitos iba a volver en un<br />

Hércules C130 cargado <strong>de</strong> Dólares.<br />

102


Carlitos tenía 15 años.<br />

El tiempo fue pasando, <strong>de</strong> vez en cuando llegaban<br />

algunas noticias <strong>de</strong>l héroe, el que estaba a punto <strong>de</strong> cumplir<br />

el sueño <strong>de</strong> todos los guachos <strong>de</strong>l barrio… que lo ficharon en<br />

Gimnasia <strong>de</strong> La Plata, que estaba jugando en las inferiores,<br />

<strong>de</strong>spués que se fue, que se lo llevaron a un equipo <strong>de</strong> la C<br />

<strong>de</strong> Italia… todas cosas muy <strong>de</strong>scolgadas, pero que iban<br />

alimentando las ansias <strong>de</strong> los que, como no podían acariciar<br />

el sueño dorado, al menos se contentaban con haber<br />

conocido a quien lo lograría.<br />

103


¿QUIÉN DIJO QUE NO EXISTEN?<br />

Héroe anónimo en el bajo neuquino.<br />

Neuquén (AN). En horas <strong>de</strong> la noche <strong>de</strong>l día <strong>de</strong> ayer un<br />

ven<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> panchos que tiene su parada habitual sobre<br />

calle Mitre en la capital neuquina fue objeto <strong>de</strong> un intento<br />

<strong>de</strong> asalto a mano armada.<br />

La noticia no pasaría <strong>de</strong> ser un <strong>de</strong>talle más <strong>de</strong> la<br />

inseguridad que asola la ciudad, sino fuera porque tuvo un<br />

<strong>de</strong>senlace bastante peculiar.<br />

“Yo estoy siempre en la Mitre – <strong>de</strong>claró José Sanhueza, el<br />

Panchero víctima <strong>de</strong>l intento <strong>de</strong> atraco – A eso <strong>de</strong> las diez <strong>de</strong><br />

la noche sale la última gente que trabaja en el bajo y se va a<br />

tomar el colectivo así que se ven<strong>de</strong> un poco. Yo estaba<br />

atendiendo al pibe este, cuando <strong>de</strong>l costado apareció un<br />

loco con una pistola en la mano. Yo la verdad que no me voy<br />

a hacer matar por lo poco que había <strong>de</strong> recaudación, así que<br />

me quedé quietito, pero el pibe este que estaba comprando<br />

se quedó mirando un rato al ladrón y le metió una piña que<br />

lo tiró contra el cantero. Al chorro se le cayó la pistola y<br />

medio aturdido salió corriendo.”<br />

El ven<strong>de</strong>dor ambulante no alcanzó a salir <strong>de</strong>l shock <strong>de</strong>l<br />

intento <strong>de</strong> asalto que se vio sorprendido por la reacción <strong>de</strong><br />

su ocasional cliente.<br />

“La verdad que fue todo muy rápido –expresó Sanhuezapero<br />

el pibe ese no tenía pinta <strong>de</strong> que iba a reaccionar así…<br />

es más, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> quedarse mirando como se escapaba el<br />

ladrón, se fue caminando por Mitre… ni chau me dijo,<br />

calculo que se habrá asustado.” Como había quedado el<br />

arma <strong>de</strong>l fallido asalto tirada sobre la vereda, el Sr.<br />

Sanhueza llamó a la policía, que se hizo presente en el lugar<br />

104


<strong>de</strong>l hecho y recabó el testimonio <strong>de</strong> la víctima, procediendo<br />

a secuestrar el arma.<br />

Según se supo se trataba <strong>de</strong> un revolver <strong>de</strong> bajo calibre en<br />

bastante malas condiciones.<br />

El oficial Navarro, a cargo <strong>de</strong> la Comisaría Segunda, con<br />

jurisdicción en la zona, indicó que “Se trató <strong>de</strong> un hecho<br />

aislado. El masculino que intentó <strong>de</strong>linquir aprovechó las<br />

condiciones <strong>de</strong> baja iluminación <strong>de</strong>l área.” Aunque también<br />

manifestó que se reforzará la ronda policial por el lugar.<br />

El mismo oficial también <strong>de</strong>claró que “El civil que actuó,<br />

según la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> la víctima, para evitar el robo,<br />

cometió un acto <strong>de</strong> arrojo, pero no es conveniente alentar<br />

este tipo <strong>de</strong> actitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>bido a que nunca pue<strong>de</strong> conocerse<br />

el grado <strong>de</strong> peligrosidad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>lincuentes.”<br />

Sea como fuere, el Sr. Sanhueza se mostró muy agra<strong>de</strong>cido<br />

por el accionar <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sconocido héroe: “No pu<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirle ni<br />

gracias – señaló -… Pero si cualquier día pasa por acá <strong>de</strong><br />

vuelta, va a tener su súper pancho… ¡por invitación <strong>de</strong> la<br />

casa!”<br />

Yo soy periodista… bah, quiero serlo algún día. Esta<br />

nota es <strong>de</strong> mi autoría.<br />

Medio por intercesión <strong>de</strong> un amigo, cuando terminé la<br />

carrera <strong>de</strong> Comunicación Social me enganché <strong>de</strong> aprendiz<br />

en el Diario.<br />

Era casi un ca<strong>de</strong>te, pero el ámbito era lo que siempre<br />

había soñado.<br />

Con el pasar <strong>de</strong>l tiempo me di cuenta que eso era un<br />

engaña pichanga.<br />

105


Los años se me empiezan a escurrir y nadie nota (nadie<br />

quiere notar) si yo puedo o no servir como periodista.<br />

Así, sigo siendo más o menos un ca<strong>de</strong>te, pero ahora con<br />

años <strong>de</strong> experiencia.<br />

Hace dos meses me ofrecieron ser ayudante en la<br />

sección policiales… mucho no me entusiasmaba, pero creí<br />

que era mejor que ser manda<strong>de</strong>ro.<br />

Me equivoqué…<br />

Me transformé en ca<strong>de</strong>te <strong>de</strong> la miseria y la <strong>de</strong>sgracia…<br />

y encima con <strong>de</strong>dicación a tiempo completo.<br />

Mi trabajo consiste en recorrer las comisarías <strong>de</strong> modo<br />

periódico durante el día, para po<strong>de</strong>r ir alimentando el<br />

amarillismo propio <strong>de</strong> la sección.<br />

Ni siquiera escribo las notas. Mi trabajo se limita a<br />

tomar apuntes <strong>de</strong> los hechos policiales, poniendo sólo las<br />

claves, que luego los cráneos redactores transformarían en<br />

noticias frescas (sangre fresca).<br />

En el medio <strong>de</strong> este trabajo psicológicamente insalubre,<br />

me encontré un día con este peculiar hecho <strong>de</strong> un anónimo<br />

héroe que salvó la pobre recaudación <strong>de</strong> un panchero.<br />

Me llamó mucho la atención, aunque seguro motivado<br />

por la inexistencia <strong>de</strong> brillo alguno en mi vida. Me pareció<br />

que el que haya seres dispuesto a tomar tan alto riesgo me<br />

daba una punta <strong>de</strong> esperanza, aunque no supiera bien hacia<br />

qué lado se dirigiera.<br />

Al recabar los datos <strong>de</strong>l hecho policial pensé que me<br />

encontraba ante algo importante, algo que podría sacarme<br />

<strong>de</strong>l ostracismo en que me hallaba.<br />

106


No pasé por teléfono los datos, sino que me fui <strong>de</strong>recho<br />

a la redacción y en un arrebato <strong>de</strong> valentía me planté<br />

diciendo que tenía una historia que podíamos seguir por un<br />

par <strong>de</strong> días y lograr la atención <strong>de</strong>l público lector.<br />

Lamentablemente nadie escuchó mis razones. A nadie le<br />

pareció que evitar el asalto a un ven<strong>de</strong>dor ambulante<br />

pudiera tener atractivo alguno para la gente.<br />

“Mirá – me dijo Alberto Prun, el jefe <strong>de</strong> sección – si<br />

hubiera muerto el panchero, el ladrón o el salvador, ahí si<br />

tenías una noticia con gancho… pero acá no pasó nada.”<br />

Listo, a la mierda con todas mis expectativas.<br />

Sin embargo, se ve que los conmoví, o con mi<br />

insistencia <strong>de</strong>sesperada o con mi imbecilidad persistente, y<br />

ya que estaba en la redacción, me <strong>de</strong>jaron hacer la nota,<br />

siempre que no tuviera más <strong>de</strong> 500 caracteres y no llevara<br />

foto.<br />

Algo es algo, agarré la dádiva, creyendo inocentemente<br />

que lograría redactarla <strong>de</strong> manera tal que la gente<br />

empezaría a mandar cartas <strong>de</strong> lectores pidiendo que se siga<br />

la historia.<br />

La nota que antece<strong>de</strong> es lo que me salió.<br />

Resulta evi<strong>de</strong>nte que mis <strong>de</strong>seos son mucho más<br />

gran<strong>de</strong>s que mi capacidad.<br />

Sin embargo, mitad por aburrimiento, mitad por evitar<br />

que me abrumara la <strong>de</strong>rrota, <strong>de</strong>cidí seguir la historia como<br />

periodista free lance. Es <strong>de</strong>cir, investigué por mi propia<br />

cuenta.<br />

107


Lo fui a ver al Sr. Sanhueza. Me presenté como<br />

periodista <strong>de</strong>l Río Negro y comencé a dorarle la píldora para<br />

ver si le sacaba algún dato más.<br />

El pobre hombre se sintió muy halagado <strong>de</strong> tener la<br />

posibilidad <strong>de</strong> ser nuevamente noticia. Imaginensé que tenía<br />

pegado el recorte <strong>de</strong>l diario en el frente <strong>de</strong> su carro.<br />

Mucho más no me pudo aportar. Me <strong>de</strong>scribió a su<br />

salvador como un muchacho flaquito, <strong>de</strong> no más <strong>de</strong> treinta<br />

años, con anteojos, textualmente me lo sindicó como<br />

“alguien normal”, queriendo <strong>de</strong>cirme que podía<br />

encontrarme con veinte mil personas iguales en cualquier<br />

lado.<br />

Pero también me dio un dato útil, me dijo que usaba una<br />

gorrita, como las que dan a los empleados en los<br />

supermercados.<br />

Agra<strong>de</strong>cido por la información y un poco <strong>de</strong>cepcionado<br />

porque no me regaló un pancho, salí a dar una vuelta por la<br />

zona a indagar cuáles podían ser los comercios en los que<br />

trabajara el héroe.<br />

Encontré un Supermercado Topsy seis cuadras más<br />

abajo, una sucursal <strong>de</strong> La Anónima a nueve cuadras y una<br />

carnicería gran<strong>de</strong> a ocho. Terminé ahí mi búsqueda, en<br />

parte porque estaba podrido <strong>de</strong> caminar y en parte porque<br />

supuse que nadie andaba tanto para tomarse un colectivo.<br />

En Topsy usaban gorritas blancas y amarillas, en La<br />

Anónima azules y en la carnicería, blancas y rojas.<br />

Volví a ver a Sanhueza… y no pu<strong>de</strong> hacerle recordar el<br />

color.<br />

108<br />

Ese día no había sido realmente alentador.


Sin embargo, había logrado acotar el espectro <strong>de</strong><br />

búsqueda.<br />

Averigüé que en Topsy trabajaban horario cortado <strong>de</strong><br />

Hs. 07:00 a Hs. 14:00 y <strong>de</strong> Hs. 16:00 a Hs. 22:00, en La<br />

Anónima y en la carnicería había horario corrido, con turnos<br />

rotativos <strong>de</strong> ocho horas, entre las Hs. 08:00 y las Hs. 22:00.<br />

El lugar más fácil, entonces, era Topsy, así que, guiado<br />

por la ley <strong>de</strong>l menor esfuerzo, <strong>de</strong>cidí empezar por ahí.<br />

Entré a hacer unas compras sintiéndome Sherlock<br />

Holmes. Primero iba mirando a los cajeros, ninguno<br />

concordaba con la <strong>de</strong>scripción que tenía. Seguí por los<br />

repositores y encontré dos que podían llegar a ser.<br />

Finalmente, me fijé en la sección <strong>de</strong> fiambrería y carnicería,<br />

en las que había gente que trabajaba en <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncias no<br />

abiertas a la atención al público y no encontré a nadie<br />

parecido.<br />

Mis opciones eran pocas, así que eso me hizo sentir<br />

feliz.<br />

Esperé a la salida y opté por uno <strong>de</strong> los posibles Clark<br />

Kent. Lo seguí. Caminó dos cuadras hacia Mitre y luego<br />

dobló a la izquierda. Deduje que no podía ser el que<br />

buscaba, pero no cejé en mi persecución. Luego <strong>de</strong> ocho<br />

cuadras <strong>de</strong> caminata entró en una casa <strong>de</strong> portón ver<strong>de</strong> y<br />

tiró al tacho todas mis expectativas.<br />

Me fui a dormir bastante ofuscado. Tendría que esperar<br />

hasta el día siguiente para <strong>de</strong>spejar la otra opción.<br />

Las horas al otro día no pasaban más. Si hubiera habido<br />

un cuádruple homicidio en la zona no me hubiera<br />

importado. Estaba bastante obsesionado, pensando en<br />

109


<strong>de</strong>scubrir a quien ya se había transformado, en mi<br />

imaginación, en un personaje digno <strong>de</strong> Marvel Comics.<br />

A las Hs.21:30 me compré una latita <strong>de</strong> Pepsi y me fui a<br />

la esquina a esperar que cierre el local.<br />

A las Hs. 22:00 en punto salió mi objetivo.<br />

Encaró <strong>de</strong>recho hacia Mitre. Llegó a la parada <strong>de</strong>l<br />

colectivo y se sentó a esperar.<br />

Íbamos bastante bien, pero la parada en la que estaba<br />

esperando estaba como cuatro cuadra más abajo <strong>de</strong>l puesto<br />

<strong>de</strong>l panchero.<br />

Tomé un poco <strong>de</strong> impulso y me acerqué al muchacho.<br />

Me presenté nuevamente como periodista y sin darle<br />

mucho tiempo a pensar le solté “¿Es usted el hombre que<br />

evitó el asalto <strong>de</strong> un ven<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> panchos hace cuatro<br />

días?”<br />

El joven me miró entre sorprendido y asustado.<br />

Creo que fui <strong>de</strong>masiado brusco, pero la ansiedad me<br />

pudo. En seguida <strong>de</strong>sdoblé el recorte <strong>de</strong>l diario con la<br />

noticia y se lo puse enfrente <strong>de</strong> la cara.<br />

Confundido, me dijo tartamu<strong>de</strong>ando que no tenía nada<br />

que ver y que no sabía <strong>de</strong> qué le hablaba, se paró y salió<br />

corriendo en dirección a la Avenida Olascoaga.<br />

Me quedé sin reacción.<br />

No entendía muy bien, pero ahora me doy cuenta que<br />

me faltó tacto. Me mandé sin ningún tipo <strong>de</strong> premeditación<br />

y mi actitud <strong>de</strong>be haber parecido casi un ataque.<br />

110


Enseguida me fui a ver a Don Sanhueza, era el único<br />

que iba a po<strong>de</strong>r ayudarme.<br />

Me miró sorprendido y, sarcástico, me espetó: “¿Y,<br />

pibe? ¿Cuándo salimos en la tapa?”.<br />

Comencé a hacerle el verso, sobre que la investigación<br />

estaba avanzada, que ya iba a salir todo, pero que<br />

necesitaba <strong>de</strong> su aporte, porque creíamos (hablar en plural<br />

siempre da importancia al asunto) que teníamos i<strong>de</strong>ntificado<br />

al muchacho.<br />

Mucho no le convenció mi i<strong>de</strong>a, le había propuesto que<br />

me acompañara al otro día a la parada en que tomaba el<br />

colectivo el muchacho. Me dijo que no podía <strong>de</strong>jar el puesto<br />

así nomás, que quien le pagaba el tiempo.<br />

Finalmente accedió luego <strong>de</strong> que le prometiera que iba<br />

a tomarle una foto para publicarla junto con la noticia.<br />

Ahora tenía un nuevo problema… conseguir una cámara<br />

fotográfica para el otro día.<br />

A las diez <strong>de</strong> la noche <strong>de</strong> la jornada siguiente me aposté<br />

bien camuflado, junto al Sr. Sanhueza, cerca <strong>de</strong>l lugar en<br />

que el joven tomaba el colectivo.<br />

Apenas lo vio el Sr. Sanhueza sonrió, me miró y<br />

confirmó que era “el pibe que lo había salvado.”<br />

Acto seguido el panchero salió <strong>de</strong>l escondrijo y casi le<br />

cayó encima al muchacho.<br />

“Gracias pibe, el otro día no me diste tiempo a nada…”<br />

le dijo mientras intentaba abrazarlo.<br />

El muchacho no atinó siquiera a emitir un sonido.<br />

111


“Vamos, vamos… que te convido un pancho… no es<br />

mucho, pero es lo que puedo ofrecer…” continuaba<br />

Sanhueza, con sincero agra<strong>de</strong>cimiento.<br />

Casi como en un suspiro el chico alcanzó a <strong>de</strong>cirle que<br />

le agra<strong>de</strong>cía pero no podía aceptar, que ya estaba llegando<br />

el colectivo.<br />

Finalmente Sanhueza <strong>de</strong>puso su insistencia y se fue<br />

dándole un efusivo apretón <strong>de</strong> manos. “Y encima ahora nos<br />

vamos a hacer famosos los dos, pibe” cerró.<br />

El muchacho no alcanzó a salir <strong>de</strong> su estupor, cuando al<br />

levantar la vista se encontró conmigo.<br />

Me coloqué estratégicamente para que no pudiera<br />

escaparse como la última vez.<br />

Alcancé a leer en la etiqueta <strong>de</strong> su buzo el nombre:<br />

MANUEL.<br />

“¿Te das cuenta que lo que hiciste es importante para<br />

algunos?” Empecé a hablarle, intentando tocar su fibra<br />

íntima.<br />

“Mi nombre es Cristian – me presenté – Trabajo en el<br />

Diario Río Negro, y por casualidad me tocó cubrir el tema<br />

<strong>de</strong>l asalto al hombre este.”<br />

La cara <strong>de</strong> Manuel <strong>de</strong>notaba profunda <strong>de</strong>sconfianza.<br />

“No te preocupes – le dije – no quiero pedirte nada, lo<br />

que pasa es que el inci<strong>de</strong>nte me llamó mucho la atención y<br />

quería saber un poco más sobre vos… ¿Leíste la nota en el<br />

Diario?” Nuevamente le puse enfrente el recorte que<br />

guardaba en mi bolsillo.<br />

112


“No, – me contestó sin siquiera mirar el papel – no leo<br />

los diarios.”<br />

“Está bien… – me empecé a <strong>de</strong>sesperar, no había forma<br />

<strong>de</strong> hacerlo tener confianza – no es importante, ni quiero que<br />

te sientas invadido, solo quiero que me contestes un par <strong>de</strong><br />

preguntas… y si <strong>de</strong>spués no querés que se publique nada, yo<br />

te respeto.”<br />

Manuel hizo una especie <strong>de</strong> gesto que tomé como<br />

asentimiento.<br />

Aproveché la oportunidad y muy disimuladamente<br />

prendí el grabador que tenía en el bolsillo <strong>de</strong>lantero <strong>de</strong> la<br />

campera.<br />

“Contame, - empecé en un tono confi<strong>de</strong>nte - ¿Qué pasó<br />

esa noche? ¿Qué te llevó a reaccionar <strong>de</strong> esa manera tan<br />

heroica?”<br />

Manuel dudó. Miraba al piso, como buscando la forma<br />

<strong>de</strong> escapar escarbando.<br />

“Mirá loco – me dijo – yo soy un tipo sencillo… no me<br />

interesa para nada salir en el diario…”<br />

Hizo una pausa que me pareció eterna.<br />

“… y no estoy feliz por lo que hice… al contrario… me<br />

siento una mierda…”<br />

Esto me <strong>de</strong>jó completamente <strong>de</strong>scolocado… todo lo que<br />

había conjeturado sobre un personaje <strong>de</strong> héroe i<strong>de</strong>al <strong>de</strong><br />

caricatura se me cayó al piso.<br />

“¿Cómo? ¿No entiendo?” Le dije con sincero estupor.<br />

“Mirá – parecía pensar mucho cada palabra - … ¿Nunca<br />

te pasó que hacés algo <strong>de</strong> lo que estás arrepentido?<br />

113


“A mí no me pasó muchas veces, pero <strong>de</strong> esto sí estoy<br />

arrepentido…<br />

“Yo sé quién es el que quiso robar al panchero… yo lo<br />

conozco… y no es que me preocupe mucho el tema <strong>de</strong> los<br />

choreos… a cada cual le pue<strong>de</strong> tocar y así es como<br />

funciona… si te toca te toca, y no es la gran tragedia <strong>de</strong>l<br />

mundo… a nadie le va a importar <strong>de</strong>masiado…”<br />

“Por eso, por eso – Lo interrumpí entusiasmado porque<br />

estábamos llegando al punto que me interesaba – eso es lo<br />

que yo digo… ¿Por qué te arriesgaste vos, si a nadie le<br />

interesa?”<br />

Por primera vez me miró directo a los ojos… y para mi<br />

sorpresa vi que estaba a punto <strong>de</strong> estallar en lágrimas.<br />

“A mí no me interesa el panchero… - me dijo – quiero<br />

<strong>de</strong>cir, no me interesa particularmente… ni tampoco quiero<br />

hacerme matar por dos mangos… en realidad lo que me<br />

molesta es… como <strong>de</strong>cirte… es que… la vida es una bosta…<br />

un lago <strong>de</strong> mierda… y no se pue<strong>de</strong> llegar a la orilla para<br />

salir…”<br />

A esta altura yo ya no entendía nada, así que nada podía<br />

<strong>de</strong>cir.<br />

“No sé si vos me vas a enten<strong>de</strong>r… - continuó – y mucho<br />

no me importa, pero, – a esta altura ya se le estaba<br />

quebrando la voz – pero esa noche… enfrente mío… era…<br />

estaba… era… el Cabezón… el Cabezón Fuentealba…”<br />

Acá no pudo reprimirse más y comenzó a sollozar.<br />

Yo no sabía muy bien qué pasaba, así que no dije nada…<br />

Se notaba que Manuel había soltado como un lastre.<br />

114


“No vayas a <strong>de</strong>cir nada, loco, te lo pido por favor.” Me<br />

dijo entre llantos.<br />

“No… no te preocupes… yo no…” Ni siquiera supe que<br />

<strong>de</strong>cirle.<br />

En el medio <strong>de</strong> esta confusión, Manuel se levantó rápido<br />

y levantando el brazo <strong>de</strong>tuvo al colectivo y se subió, sin<br />

darme tiempo a reaccionar.<br />

Mi pretenciosa e intrascen<strong>de</strong>nte investigación había<br />

culminado <strong>de</strong>l modo más incomprensible.<br />

Pero igual tenía un dato, un nombre: El Cabezón<br />

Fuentealba.<br />

A los pocos días tuve que ir a General Roca, a la se<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>l diario, y aproveché para hacer un intento más… <strong>de</strong><br />

cabezadura.<br />

Me metí a los archivos informáticos y empecé a buscar<br />

el nombre.<br />

Y la verdad que, para mi sorpresa, encontré algo.<br />

Y ahí me cerró todo.<br />

En realidad nunca tuve (y nunca tendré) una<br />

confirmación <strong>de</strong> lo que pasó por la cabeza <strong>de</strong> Manuel esa<br />

noche, pero con lo que averigüé y con lo que supuse,<br />

alcancé a hacer un relato ficticio.<br />

Vaya como aclaración que la trunca investigación para<br />

erigirme en maestro <strong>de</strong>l periodismo sólo terminó<br />

sirviéndome para coincidir con Manuel en su apreciación<br />

sobre la vida, y en un triste escrito que reservo para mí. En<br />

síntesis… sólo logré ser un poco más infeliz…<br />

115


Un solo (y pobre) consuelo me queda… quizá llegué a<br />

ser el único que comprendió a Manuel:<br />

Manuel salía <strong>de</strong>l supermercado en el que trabajaba.<br />

Eran como las diez <strong>de</strong> la noche y venía puteando bajito.<br />

Puteaba contra sus jefes, puteaba contra la guita que no<br />

alcanza nunca, puteaba porque al otro día entraba <strong>de</strong> vuelta<br />

a las seis y media <strong>de</strong> la mañana, puteaba porque no podía<br />

disfrutar ni <strong>de</strong> sus hijos ni <strong>de</strong> su mujer, puteaba porque le<br />

esperaba media hora <strong>de</strong> colectivo y sin asiento… era el<br />

momento en que afloraban todas las frustraciones <strong>de</strong> una<br />

vida que se sentía vacía… por más empeño que le pusiera<br />

había nacido mediocre y así terminaría sus días…<br />

transcurriendo y nada más.<br />

Qué triste podía ser la vida <strong>de</strong> esa manera. Una obligación<br />

atrás <strong>de</strong> otra, sin tener <strong>de</strong>finido hacia don<strong>de</strong> te llevan. Sin<br />

siquiera po<strong>de</strong>r elegir a qué te querés obligar.<br />

Manuel seguía… Manuel caminaba… que más le quedaba.<br />

Era <strong>de</strong>masiado débil para torcer su rumbo. Era <strong>de</strong>masiado<br />

bueno para terminar haciendo daño a los que quería, por<br />

culpa <strong>de</strong> sus propios <strong>de</strong>sengaños. Tenía <strong>de</strong>masiadas ganas<br />

<strong>de</strong> saber con certeza que había algo más, como para<br />

olvidarse <strong>de</strong> su angustia.<br />

Imbuido en sus latosos pensamientos caminaba hacia la<br />

parada <strong>de</strong>l colectivo. Un autómata más en la <strong>de</strong>presiva<br />

ciudad.<br />

Casi llegando comenzó a cruzarse con otros… gente igual <strong>de</strong><br />

frustrada que él… sueños pobres en gente pobre. “Soñar es<br />

gratis” dicen… y mienten. El sueño <strong>de</strong>l pobre es doloroso. El<br />

sueño <strong>de</strong>l pobre resalta la verdad asfixiante, la hace más<br />

116


tangible. Por eso Manuel prefería no soñar <strong>de</strong>masiado ¿Para<br />

qué cargar todavía más la mochila?<br />

Tan imbuido iba en sus disquisiciones que diez metros antes<br />

<strong>de</strong> la parada vio pasar su colectivo.<br />

Ni siquiera le dio para putear.<br />

Sopesó sus posibilida<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>cidió seguir caminando por<br />

Mitre, para evitarse la imposible angustia <strong>de</strong> estar media<br />

hora esperando que pasara otro colectivo.<br />

Caminó tres cuadras y sintió el característico olorcito <strong>de</strong> un<br />

panchero… ahí estaba la solución… calmaría su angustia<br />

existencial dando rienda suelta a su angustia oral.<br />

Se acercó a pedir el súper pancho con kétchup y picante… y<br />

antes <strong>de</strong> que empezaran a servírselo apareció un tipo con un<br />

arma en la mano para asaltar al ven<strong>de</strong>dor ambulante.<br />

Primero se quedó paralizado <strong>de</strong>l miedo… observaba<br />

fijamente al asaltante… sin saber cómo reaccionar, es más,<br />

sin siquiera figurarse si <strong>de</strong>bía o no reaccionar <strong>de</strong> alguna<br />

manera.<br />

Pero había algo… los gestos <strong>de</strong>l ladrón… esa nariz… esos<br />

ojos… ¿Qué era?<br />

Cuando cayó en la cuenta todo su mundo se vino abajo… era<br />

el Cabezón Fuentealba…<br />

No podía ser… no él… pedía por favor estar equivocado…<br />

Pero era… era Carlitos…<br />

Pero era más también… era la única esperanza que le<br />

quedaba latente… no, perdón, no era una esperanza, era la<br />

única confirmación que le quedaba <strong>de</strong> que el puto mundo<br />

117


funcionaba para alguien… no para él, pero al menos para<br />

alguien que alguna vez fue igual que él.<br />

Carlitos era, en ese momento, la <strong>de</strong>sazón más absoluta, era<br />

saber que el fango nos llega hasta el cuello y que<br />

sobrevivimos sólo levantándonos en puntas <strong>de</strong> pié para<br />

asomar apenas la nariz y seguir respirando.<br />

Ver a Carlitos en esa posición transformaba su vida gris en<br />

la más absoluta oscuridad. Ningún brillo le era permitido<br />

ahora.<br />

Sintió odio… el más profundo odio…<br />

No tuvo noción <strong>de</strong>l momento en que estaba, ya no importaba<br />

el ahora… ni siquiera importaba el futuro… <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el fondo<br />

<strong>de</strong> su alma surgió una furia <strong>de</strong>scontrolada… y su sistema<br />

nervioso reaccionó en consecuencia…<br />

Sintió un hormigueo en todo el cuerpo… era como una<br />

energía que empezaba a transitarlo… todos sus <strong>de</strong>sencantos<br />

confluyeron, se hicieron fuerza y lo recorrieron íntegro<br />

hasta <strong>de</strong>sembocar con vehemencia en su puño <strong>de</strong>recho…<br />

que golpeó <strong>de</strong> lleno el mentón <strong>de</strong> Carlitos…<br />

La cara <strong>de</strong> pánico <strong>de</strong> Carlitos fue como una estocada en el<br />

corazón <strong>de</strong> Manuel… lo hizo regresar en el tiempo… lo hizo<br />

volver al barrio, a correr juntos atrás <strong>de</strong> la pelota, a admirar<br />

a ese pibe que era casi mágico…<br />

Carlitos no entendió nada… miró a Manuel, y Manuel creyó<br />

(o quiso creer) que lo reconoció… lo reconoció y a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

miedo sintió vergüenza… la más profunda vergüenza… no<br />

por lo que hacía, no, eso ya no importaba… sino porque<br />

estaba en evi<strong>de</strong>ncia frente a alguien que alguna vez lo había<br />

admirado y adorado…<br />

118


Carlitos salió corriendo…<br />

Y Manuel también…<br />

Se fueron en direcciones opuestas… casi como les había<br />

ocurrido en la vida… tal vez en alguna otra vuelta <strong>de</strong>l<br />

carrusel se encontrarían <strong>de</strong> nuevo…<br />

Manuel no pudo sostener su alma y lloró, con el más gran<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sconsuelo que sintió en toda su vida…<br />

Lloró por confirmar la falta <strong>de</strong> sentido y lloró por haber<br />

lastimado a Carlitos…<br />

Lloró por esos pibes que fueron… lloró por aquellos sueños<br />

que ya no serían…<br />

Y mientras sus lágrimas limpiaban el sucio suelo <strong>de</strong> la gris<br />

ciudad… se le pasó otro colectivo… y supo que otra vez<br />

<strong>de</strong>bería agachar la cabeza, y seguir…<br />

119


120


Deseos.<br />

“Mirá”, dijo Seba a su compañero justo antes <strong>de</strong> que el<br />

árbitro diera el pitido inicial, “vos pasámela a mí, yo amago<br />

hacia la izquierda, voy hacia la <strong>de</strong>recha… paso al seis <strong>de</strong><br />

ellos, se la suelto al carrilero y voy a buscar el centro al<br />

área…”<br />

Sonó el silbato, Seba recibió el balón… amagó a la<br />

izquierda, fue hacia la <strong>de</strong>recha y… rotura <strong>de</strong> ligamentos<br />

cruzados <strong>de</strong> la rodilla…<br />

¡¡¡Qué mierda que son los <strong>de</strong>seos cuando la realidad te pasa<br />

por encima!!!<br />

121


Final por falta <strong>de</strong> evolución.<br />

Alberto miró para el costado, sólo la línea <strong>de</strong> cal y una hilera<br />

<strong>de</strong> álamos viejos y crujientes… miró hacia atrás y vio venir<br />

un carrilero a toda velocidad… subía y bajaba, subía y<br />

bajaba… miró hacia el área rival… nada… dos stoppers,<br />

pero ninguna camiseta amiga… ¿Y el nueve? Se<br />

preguntaba… allá por la mitad <strong>de</strong> la cancha lo reconoció<br />

ayudando al doble cinco… “<strong>de</strong>masiada táctica” se dijo… y<br />

sintió la soledad más opresiva en su pecho, pero luego se<br />

dio cuenta que no… no era soledad… se sintió inútil,<br />

inexistente… inundado por el sinsentido <strong>de</strong> su lugar en la<br />

cancha y en el mundo… juntó las últimas fuerzas que le<br />

quedaban y metió un pique corto <strong>de</strong> esos que tanto le<br />

habían admirado en otros tiempos, fue <strong>de</strong>recho hacia el<br />

ángulo <strong>de</strong> la cancha… voló en palomita y se clavó el palo <strong>de</strong>l<br />

ban<strong>de</strong>rín <strong>de</strong>l corner en el medio <strong>de</strong>l pecho… fue el último<br />

wing que se vio en el torneo.<br />

122


De coelo et inferno.<br />

¿Cómo es posible compren<strong>de</strong>r la eternidad que la religión<br />

nos enseña?<br />

¿Huríes con labios <strong>de</strong> miel y virginidad restaurada luego <strong>de</strong><br />

cada coito? ¿Visión celestial <strong>de</strong>l todopo<strong>de</strong>roso? ¿Ascensión<br />

<strong>de</strong>l alma? ¿Llamas eternas? ¿Limbo? Demasiado abstracto.<br />

Sea más terrenal:<br />

Juegue un torneo <strong>de</strong> fútbol en el que sea sumamente<br />

importante lograr ser campeón, sea porque lo juega con<br />

amigos, porque hay un premio en metálico, porque es el<br />

último que juega en su vida, por la razón que fuere.<br />

Sostenga un rendimiento regular a lo largo <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong><br />

los encuentros, <strong>de</strong> modo tal <strong>de</strong> llegar al último partido <strong>de</strong>l<br />

mencionado campeonato con la siguiente condición: Sólo el<br />

triunfo en esa fecha final transformará a su equipo en<br />

campeón. El empate o la <strong>de</strong>rrota automáticamente hacen<br />

campeón a otro conjunto.<br />

Faltando un minuto para acabar el partido, el mismo <strong>de</strong>berá<br />

ir empatado (son intrascen<strong>de</strong>ntes las inci<strong>de</strong>ncias<br />

particulares <strong>de</strong> ese empate, 0 x 0, 1 x 1, 5 x 5).<br />

Ocúpese <strong>de</strong> ubicarse cerca <strong>de</strong>l área gran<strong>de</strong>, reciba el balón,<br />

encare con pelota dominada eluda a cualquier rival que se le<br />

interponga y al llegar frente al portero chutee.<br />

Ese preciso instante es el que le dará noción <strong>de</strong> los<br />

conceptos <strong>de</strong> cielo e infierno: El cielo es meter todo el<br />

123


tiempo el gol que le da el campeonato a su equipo. Las<br />

llamas eternas <strong>de</strong> la vergüenza son el infierno <strong>de</strong> errar un<br />

gol, solo, en el último segundo y que otro equipo <strong>de</strong> la<br />

vuelta.<br />

124


Cansino<br />

Por Ariel Normando Nallín<br />

39º C, 44´ <strong>de</strong>l complemento. Iguales en cero. Partido<br />

olvidable... si no fuera por lo acontecido a continuación.<br />

Cansino, el “9” y goleador, recibió un “ladrillazo” <strong>de</strong>l<br />

zaguero central y capitán <strong>de</strong> su equipo que, segundos antes,<br />

en una proeza “tiempista” logró cortar un contragolpe<br />

forjado por tres atacantes contra él mismo. Emulando a<br />

“Atila” luchando contra los guerreros romanos, el <strong>de</strong>fensa<br />

se jugó “la vida” por su equipo y por mantener la valla<br />

invicta. Es que en el vestuario, el presi<strong>de</strong>nte y manager <strong>de</strong>l<br />

equipo le había prometido premios por ganar el<br />

campeonato. Y él, a su vez, le había prometido a su pequeña<br />

hija la bicicleta que tanto quería. Ese día fue toda su familia<br />

a ver el partido <strong>de</strong> la final.- Cansino falleció en el hospital.<br />

El corte en la cabeza le produjo una hemorragia que le quitó<br />

la vida en pocas horas. Nadie se explica lo que pasó. El<br />

móvil policial traslada al zaguero. Con mirada perdida<br />

observa una pequeña niña jugando en su bici nueva. Cierra<br />

los ojos. Nadie se acordará <strong>de</strong>l gol errado. Nadie.<br />

125


2 segundos<br />

Por Marcelo Alejandro Silva<br />

“No son nada” diría cualquier persona común en lugar<br />

común haciendo algo común. Ese tiempo en una <strong>de</strong>finición<br />

acrobática o una extirpación monumental, alcanzan y<br />

sobran.<br />

“Todo pasó tan rápido” se suele <strong>de</strong>cir. “Parecía una<br />

eternidad” dicen otros. Como combinar estas dos<br />

percepciones distintas <strong>de</strong>l tiempo. Siempre.<br />

Minuto 26 <strong>de</strong>l complemento, Stephan Mbidi <strong>de</strong>l Aigle Royal<br />

<strong>de</strong> Camerún, tras recibir la asistencia <strong>de</strong> Tomas Belloumi<br />

realiza una emotiva tijera para <strong>de</strong>rivar el balón al ángulo<br />

superior <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l arquero. Pocas veces se ven<br />

movimientos tan técnicos en el aire. Tuvo todo el tiempo <strong>de</strong>l<br />

mundo parece, pero no fue así, solo 2 segundos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que<br />

impacta la pelota y grita: “¡Goool!<br />

Dos segundos fue el tiempo que tardó en llegar, según el<br />

perito forense, el proyectil disparado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una 9 mm.tras<br />

los <strong>de</strong>smanes, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> ese gol que con<strong>de</strong>nó al <strong>de</strong>scenso<br />

al equipo rival.<br />

126


3G<br />

Por Marcelo Alejandro Silva<br />

Ganar, gustar y golear. El Santo Grial <strong>de</strong>l fútbol. Que no<br />

aparece ni a gancho en el manual <strong>de</strong> Bilardo, Bianchi o Llop.<br />

Cachín era eso. Un 3G pero que jugaba <strong>de</strong> 6. Karma<br />

heredado tras generaciones y generaciones <strong>de</strong> pataduras y<br />

murreros, el recibió el don, el don <strong>de</strong> esquivar lo que se le<br />

cruzara cuando tenía la pelota en sus pies.<br />

Era un jugador que sobresalía como el score en contra. Ese<br />

era su momento, casi como un superhéroe mostraba su otra<br />

personalidad, agarraba la lanza y encaraba hasta el otro<br />

área y se la tocaba al compañero que llegaba solo para<br />

hacer el gol. Todos le <strong>de</strong>cían que jugara <strong>de</strong> mediocampista<br />

pero él miraba a su padre y veía que su corazón colapsaría<br />

si respondía que si. “Fue solo suerte y rabia contenida que<br />

tenía” y el papá <strong>de</strong> Cachín se quedaba mas contento que<br />

perro con 2 colas.<br />

Eso si, el lechero <strong>de</strong>l barrio seguía siendo el veterano que<br />

mejor jugaba en el pueblo…<br />

127


Complemento Teoilógico.<br />

“Dios… no doy más…” es lo único que pensaba Adrián,<br />

mientras corría en diagonal.<br />

Doce minutos <strong>de</strong>l segundo tiempo extra. Final <strong>de</strong> liga<br />

categoría Más <strong>de</strong> 35 años.<br />

Partido trabado, empatado en gigante cero.<br />

Adrián había tenido que correr mucho… y ya no tenía<br />

oxígeno que le subiera al cerebro.<br />

Las piernas le funcionaban solo por inercia.<br />

Jugaba <strong>de</strong> líbero y tenía una tar<strong>de</strong> heroica. Cruzó por arriba,<br />

por abajo, en el medio, a los costados… fue la rueda <strong>de</strong><br />

auxilio <strong>de</strong> todo su equipo.<br />

“Dios… por favor… un poco más… un poco más…” rezaba y<br />

cruzó justo al siete <strong>de</strong> ellos, realizando una extirpación<br />

precisa <strong>de</strong>l balón, para entregárselo a sus mediocampistas.<br />

“Gracias, Dios… gracias.” Ante todo, el reconocimiento a la<br />

intervención que él ya consi<strong>de</strong>raba divina a esta altura.<br />

Nuevos embates contrarios, toda la batería <strong>de</strong>fensiva <strong>de</strong> su<br />

equipo estaba <strong>de</strong>rruida… sólo él quedaba. “Por favor Dios…<br />

por favor…” Pedía al todopo<strong>de</strong>roso y corría <strong>de</strong>s<strong>de</strong> atrás al<br />

nueve. Nuevo quite. “Ya termina… Dios… gracias…”<br />

128


Minuto Catorce y medio; y el siete, que no paraba <strong>de</strong> correr,<br />

agarró un balón bien abierto, <strong>de</strong>jó clavado al lateral y se<br />

mandó hacia el área… “Dame fuerza Dios… permitime<br />

llegar…” rogaba. Y llegó. Alcanzó a tirarse justo <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l<br />

atacante y mandó la pelota al córner. “Si… gracias Dios…”<br />

El diez rival ejecutó el tiro <strong>de</strong> esquina, mandó un centro<br />

bombeado al área chica, un <strong>de</strong>fensor saltó para <strong>de</strong>spejar y<br />

sólo alcanzó a <strong>de</strong>sviar la trayectoria <strong>de</strong>l balón… que hizo un<br />

firulete en el aire, le pegó en el parietal izquierdo a Adrián y<br />

se clavó en el ángulo <strong>de</strong>l primer palo…Con el último aliento<br />

que le quedaba Adrián alcanzó a gritar “ME CAGO EN<br />

DIOS” y el árbitro terminó el partido.<br />

129


Todos atrás y…<br />

Por Marcelo Alejandro Silva<br />

Acabó <strong>de</strong> convertir su tercer gol en ese partido y por tercera<br />

vez muestra la inscripción <strong>de</strong> ¡Norma te quiero!. “Todos los<br />

sábados le <strong>de</strong>muestro mi amor”, <strong>de</strong>cía Tito.<br />

Ahora es absolutamente el goleador <strong>de</strong>l torneo y el mejor<br />

jugador, nadie lo pue<strong>de</strong> parar.<br />

Y así se relató esa última perlita que <strong>de</strong>jó este crack en ese<br />

encuentro:<br />

“…agarra la pelota <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la media cancha y encara. Al<br />

Tito Palondo le quedan solo los dos centrales y el lateral por<br />

<strong>de</strong>recha, pero en la otra punta, para quedar mano a mano<br />

con el arquero. Y yo creo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los dos golazos que<br />

hizo, que acá viene su hacktrick. Gambeta larga al 6 y caño<br />

al 2, el 4 no va a alcanzar a cerrar, y la salida <strong>de</strong>l arquero<br />

va…a ser…es en vano, el Tito lo pasó como alambre caído y<br />

goooooooool”<br />

(Relato <strong>de</strong> la radio local <strong>de</strong> San Bitularsio <strong>de</strong> Melagarraste)<br />

Y así fue como el ídolo se coronó campeón y mostró su<br />

remera que llevaba <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la camiseta incontable veces.<br />

Y el Bitularship se consagró campeón <strong>de</strong> la liga regional y<br />

subió a la liga provincial.<br />

130


Cinco años <strong>de</strong>spués, la camiseta <strong>de</strong> la VecchiaSignora<br />

engalanaba el pecho <strong>de</strong> Tito, nuevo Hactrick … se levantó la<br />

remera y <strong>de</strong>bajo su famosa inscripción “¡Katherina Ti Amo!”<br />

Norma es la esposa <strong>de</strong>l hijo <strong>de</strong>l almacenero <strong>de</strong>l pueblo. En<br />

algún lugar <strong>de</strong> su casa todavía guarda la remera que el<br />

goleador <strong>de</strong> la liga regional le regaló cuando salió campeón.<br />

En algún lugar <strong>de</strong> su memoria todavía guarda los orgasmos<br />

que el hermano <strong>de</strong> Tito le producía en el baño <strong>de</strong> varones <strong>de</strong><br />

la cancha, mientras el fatal goleador se lucía en la liga<br />

regional.<br />

131


E.P.<br />

Por Ariel Normando Nallín<br />

“¿Cuánto gozo, placer y <strong>de</strong>licia es hacer un gol?” me<br />

pregunto soñoliento entre sábanas <strong>de</strong> seda. No sé en qué<br />

momento sucedió...<br />

Mundial 2014, 25´<strong>de</strong>l 2º tiempo....estaba tembloroso en el<br />

banco <strong>de</strong> suplentes, casi ansioso por <strong>de</strong>mostrar todo lo que<br />

sabía hacer con la pelota. El DT me llama y me dice:<br />

“Hacela fácil, pibe... aprovechá tu única oportunidad <strong>de</strong><br />

gloria”. No me acuerdo quién me la paso...solo agaché la<br />

cabeza y entré a pasar rivales...como una novela <strong>de</strong> amor<br />

estábamos solos: la pelota y yo...nadie más en el mundo.<br />

Solos, como si naciéramos el uno para el otro. Ella y yo. Yo y<br />

ella. “quiero <strong>de</strong>cirte tantas cosas”, pensaba en voz alta.<br />

“Siempre te necesité, siempre estuve enamorado <strong>de</strong><br />

vos”..........<br />

“Quiero...eh...quiero...besarte..y mimarte ...amarte en cada<br />

minuto y gritarle a todos que te amooooo!!”.Me acercaba al<br />

arco rival con un solo objetivo hacer el gol que nos<br />

clasifique campeones <strong>de</strong>l mundo!!!<br />

“Cada vez que toco tu piel me produce una excitación<br />

profunda........Un roce mas y voy estallar en un mar <strong>de</strong><br />

placer!!!!” un roce mas....y, GOOOOOL!!!!!<br />

No sé en que momento sucedió, las sábanas húmedas<br />

guardan mi secreto...el mejor “gol” <strong>de</strong> mi vida...<br />

132


Sueños pequeños (míos)<br />

Por Marcelo Alejandro Silva<br />

Por la mañana arranqué con los preparativos para irme<br />

a jugar. No era otro partido más <strong>de</strong> la liga, era EL partido<br />

<strong>de</strong> la liga. El partido final, el último partido <strong>de</strong>l torneo en el<br />

que se <strong>de</strong>fine al campeón, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 20 fechas aún<br />

nos encontraba ahí arriba <strong>de</strong> la tabla <strong>de</strong> posiciones. Lejos<br />

parecían haber quedado ese <strong>de</strong>sgaste entre tanta<br />

competencia y presión por parte <strong>de</strong> los integrantes <strong>de</strong>l<br />

plantel. Veinticinco personas y casi veinticinco maneras<br />

distintas <strong>de</strong> ver el fútbol.<br />

El ritual comienza con un suculento <strong>de</strong>sayuno como<br />

para no comer nada hasta antes <strong>de</strong>l partido. Despejar la<br />

cabeza e irse temprano hacia la cancha. Una vez en el<br />

recinto <strong>de</strong> juego empezar a cambiarme para arrancar los<br />

movimientos con la pelota con los que van llegando.<br />

En esta última fecha llegamos por 2 puntos sobre el<br />

segundo y con una diferencia <strong>de</strong> 2 goles a favor nuestro. Lo<br />

único que nos aseguraba el campeonato era una victoria, lo<br />

otro era cosa <strong>de</strong>l azar. El rival era relativamente accesible,<br />

<strong>de</strong> mitad <strong>de</strong> tabla para abajo.<br />

La hora <strong>de</strong>l encuentro no llegaba más y veía caras <strong>de</strong><br />

nerviosismo, miedo o excesiva confianza. A todos nos<br />

afectaba <strong>de</strong> alguna manera la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l torneo.<br />

133


Promesas a mansalva y festejos atragantados para <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong>l partido.<br />

Partido fácil, 5 a 2 el resultado final a favor nuestro.<br />

El secreto, jugar como jugamos la mayoría <strong>de</strong> los<br />

partidos: jugando como equipo y tirando todos para el<br />

mismo lado, incluidos nosotros que no entramos para jugar<br />

como en casi todo el torneo.<br />

Campeones, goleador <strong>de</strong>l torneo, valla menos vencida y<br />

<strong>de</strong>lantera más goleadora. ¿Qué más se podía pedir?<br />

Todos festejamos con algarabía <strong>de</strong>jando atrás rencores,<br />

discusiones, amenazas, alegrías, al compañero fracturado y<br />

hasta la congoja por quienes tal vez no seguirían más con<br />

nosotros.<br />

Yo particularmente abandoné el fútbol, lo abandoné<br />

siendo campeón. Tal vez nadie me recuer<strong>de</strong> ni me encuentre<br />

en los anales <strong>de</strong>l fútbol como un jugador <strong>de</strong>sequilibrante y<br />

capaz <strong>de</strong> llevar a mi equipo a una proeza <strong>de</strong>portiva. Pero<br />

bueno, fui feliz mientras duró y hoy tengo algo para contar.<br />

El solo estar ahí y con ellos me era suficiente.<br />

134


Acto <strong>de</strong> Constricción (Il Ritorno)<br />

(O <strong>de</strong> como siempre hay un roto para un<br />

<strong>de</strong>scosido)<br />

135


Ambiente:<br />

Sala <strong>de</strong> juegos clan<strong>de</strong>stinos, enclavada en pleno centro <strong>de</strong><br />

po<strong>de</strong>r económico neuquino.<br />

Cuartito <strong>de</strong> utilería y almacén <strong>de</strong> productos <strong>de</strong> limpieza.<br />

La PPE (Pandilla <strong>de</strong> Per<strong>de</strong>dores Empe<strong>de</strong>rnidos) se reúne en<br />

la oficina <strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong> su lí<strong>de</strong>r espiritual MOSCHO.<br />

Silencio Absoluto, Caras <strong>de</strong> extrema concentración en la<br />

totalidad <strong>de</strong>l grupo. Se encuentran todos formando un<br />

círculo, con el Moscho en el medio, y sentados en el piso en<br />

la clásica posición <strong>de</strong>l loto.<br />

- Ahora – Dice Moscho con voz parsimoniosa - todos juntos…<br />

Inspiramos… Expiramos… Inspiramos… Expiramos…<br />

Sólo se escucha SSSSSSSSSSSSHHH y luego<br />

FFFFFFFFFFFFFFFFF, SSSSSSSSSSSSHHH y luego<br />

FFFFFFFFFFFFFFFFF, SSSSSSSSSSSSHHH y luego<br />

FFFFFFFFFFFFFFFFF<br />

- ¡HIJOS DE PUTA!... – Gritó repentinamente Chinete -<br />

¡¿QUIÉN MIERDA SE CAGÓ?!... ME LO FUMÉ COMPLETO<br />

– Su cara se contraía en una mueca <strong>de</strong> asco.<br />

Todos se dieron vuelta y miraron acusadoramente a Guillón.<br />

Guillón continuaba con los ojos cerrados, simulando<br />

concentrarse, pero cada vez que expiraba, se notaba que<br />

estaba intentando alejar el flato hacia los costados.<br />

Cuando se dio cuenta <strong>de</strong> que no engañaba a nadie, tuvo que<br />

confesar.<br />

- Perdón, loco… pero los pepinos hervidos que me preparó<br />

mi señora para el almuerzo me cayeron como la mierda…<br />

136


Moscho estaba completamente indignado:<br />

- Dejémonos <strong>de</strong> romper las bolas, loco, estamos en un<br />

cuartito <strong>de</strong> dos por dos, viejo, <strong>de</strong>spués voy a estar un año<br />

para <strong>de</strong>sinfectarlo… - Para luego, más resignado, agregar-<br />

Al final, no sé qué más hacer… parece que esto <strong>de</strong> la<br />

meditación grupal mucho no va a funcionar.<br />

Pero por suerte estaba Gurkariel para hacerlos retornar por<br />

las sendas <strong>de</strong> la cordura:<br />

- Eh, LOCO, <strong>de</strong>jesén <strong>de</strong> romper las huevas y la madre en<br />

coche… ahora si que no acecto que renuncien a esto… yo<br />

me tomé muy en serio lo <strong>de</strong> la meditación… miren, si hasta<br />

me <strong>de</strong>jé la panza como Buda…<br />

Todos miraban para el costado, intentando no reírse <strong>de</strong> la<br />

abultada panza <strong>de</strong> Gurkariel y <strong>de</strong> su sunga estilo Sumo, que<br />

usaba muy muy metida en el culo…<br />

- Bueno, muchachos – terció Guillón, intentando cambiar el<br />

ambiente que su propia incontinencia gástrica había creado<br />

– Ya está… este método no funciona, intentemos ver <strong>de</strong> qué<br />

otra forma po<strong>de</strong>mos organizarnos…<br />

Por supuesto… los mamertos inconsistentes no lograban<br />

terminar con sus problemas… que pasaban principalmente<br />

por haber nacido.<br />

- Según mis cálculos – prosiguió Guillón – tenemos plata<br />

suficiente para un caramelo medio hora para cada uno, y un<br />

melón con vino en el bar <strong>de</strong> la esquina…<br />

- ¡Eh, Zarpado! – Se enfureció Normen - ¿Cómo pue<strong>de</strong> ser?,<br />

la semana pasada te dimos Doscientos Cincuenta Mangos<br />

cada uno… y somos como veinte…<br />

137


- Eeeeeh…. Si – Intentaba buscar palabras Guillón – si, esa<br />

plata… estemmm, no, sabés lo que pasa, que esa plata era<br />

para otra cosa… era… HUMMMM… era para, eeeehhh,<br />

para… bueno, era, ¡EJEM!... para pagar… eeehhh… ¡Ah! ¡Ya<br />

Sé!... Para pagar las multas que nos metieron el torneo<br />

pasado.<br />

- ¿Qué multas? – Insistió Normen.<br />

- Bueno, es que los organizadores <strong>de</strong>l torneo <strong>de</strong>cidieron, en<br />

una reunión secreta que me olvidé <strong>de</strong> contarles, que se iban<br />

a empezar a imponer multas a los equipos que tuvieran<br />

inconductas… - Intentó justificarse Guillón<br />

- ¿CÓMO QUE INCONDUTAS, HIJUEPUTA? – Gritó Patirri,<br />

como entendiendo que le estaban metiendo un <strong>de</strong>do por<br />

agujeros no permitidos.<br />

- Bueno – Siguió un poco nervioso Guillón - … como<br />

cuando…<br />

Dientaniel lo interrumpió: - Como cuando el Negro se puso<br />

el pantalón en la cabeza y entró en pelotas a la cancha y<br />

tuvieron que suspen<strong>de</strong>r el partido porque los árbitros no se<br />

podían levantar <strong>de</strong>l suelo porque estaban cagándose <strong>de</strong><br />

risa…<br />

Diegay sumó: - O cuando pedimos que se frenara el partido<br />

para refrescarnos porque hacía mucho calor y nos tomamos<br />

tanta birra que <strong>de</strong>spués no pudimos volver a jugar…<br />

Hetore aportó: - O cuando aquella vez que estuvieron como<br />

una semana peleados Richardín y el Gayi, que se<br />

reconciliaron en la mitad <strong>de</strong>l primer tiempo y la policía se<br />

los quería llevar por atentado a la moral y exhibiciones<br />

obscenas …<br />

138


Chinete no se quería quedar atrás: - O cuando Wilhem se<br />

enojó con el técnico porque lo sacaron, le tiró la camiseta y<br />

se quedó en cueros, provocando náuseas generalizadas en<br />

todos los que estábamos en la cancha…<br />

- Claro... – respiró aliviado Guillón – Como todas esas<br />

veces…<br />

Alfred saltó completamente exasperado…<br />

- Güeno… pero a la final… que…. Como cuanto es… porque<br />

nosotros los cagamos poniendo y poniendo plata… y a la<br />

final terminamo durmiendo la mamurra… y más encima que<br />

los ponen las multas esas… y más encima que hace como<br />

seis meses que no jugamo al fulbo y yo sé que el torneo ya<br />

empezó… así que no se loco… no se…<br />

- ¡EH! ¡Eh! Eso es cierto Guillón – interrumpió Patirri – hace<br />

tre mese que venimo juntando la guita y jugamo todo lo<br />

sábado en la placita <strong>de</strong> la esquina… SSHHH, ¡Ya tengo el<br />

culo a la miseria con la rosetas <strong>de</strong> mierda esas!<br />

- Si Guillón… ¿qué carajo está pasando? – Preguntaron todos<br />

al unísono…<br />

La cara <strong>de</strong> Guillón se transfiguró… Miraba al piso y luego a<br />

sus compañeros y amigos, y luego <strong>de</strong> vuelta al piso…<br />

Un gran dilema se <strong>de</strong>sarrollaba en su interior… Guillón<br />

dudaba y temía, temía y dudaba… no se <strong>de</strong>cidía…<br />

- ¡¡¡Basta!!! No lo soporto más… Buahhahhaahahh – Rompió<br />

en llanto Guillón – No puedo seguir ocultándolo… me hice<br />

adicto a las pastillas para inodoro… no puedo estar sin<br />

chuparlas… esta adicción me está consumiendo… necesito<br />

ayuda muchachos… ¡¡necesito ayuda!!... Ahora mismo tengo<br />

diez pastillas en la mochila… no puedo parar, me gasto toda<br />

139


la plata en <strong>de</strong>sinfectante… sobre todo el azul… el azul me<br />

vuelve loco… Buahahaha… no puedo salir, no puedo…<br />

El grupo entero quedó estupefacto… nadie esperaba ese<br />

<strong>de</strong>senlace, todos estaban acostumbrados a que los cagara<br />

directamente con la guita… no pensaban que pudiera estar<br />

en tan graves problemas el organizador principal <strong>de</strong>l<br />

grupo…<br />

Suma congoja, algunos lagrimones en los miembros más<br />

sensibles… Guillón que no paraba <strong>de</strong> llorar…<br />

Y allí apareció el más claro pensador, quizás el más sensible<br />

<strong>de</strong>l grupo (Según algunos era el más flojito <strong>de</strong> cincha, pero<br />

eso no pudo comprobarse nunca), Marien dio un paso<br />

a<strong>de</strong>lante, apoyó su mano en el hombro <strong>de</strong> Guillón y con<br />

suave voz le dijo:<br />

- Guillón, nosotros somos tus amigos y vamos a apoyarte<br />

todo el tiempo… sabés que podés contar con nosotros – La<br />

cara <strong>de</strong>l pobre adicto infeliz <strong>de</strong> Guillón se iluminaba con las<br />

afectuosas palabras <strong>de</strong> Marien - … aún más – Continuó<br />

Marien – en estas aciagas circunstancias que estás<br />

atravesando… tené bien en claro que no se trata <strong>de</strong> una<br />

cuestión <strong>de</strong> plata… ahora el que importa sos vos, y cómo<br />

po<strong>de</strong>mos ayudarte… pero igual, lo que quería <strong>de</strong>cirte es que<br />

todo tiene un lado positivo en la vida… hasta los problemas<br />

que uno atraviesa tienen que <strong>de</strong>jarte una enseñanza… vos<br />

tenés que pensar en sacar algún provecho <strong>de</strong> esta<br />

situación… y mi consejo es…en vez <strong>de</strong> chupar las pastillas<br />

para inodoro… ¡¡POR QUÉ NO TE LAS METÉS POR EL<br />

CULO, A VER SI TE CAGÁS MENOS HEDIONDO GORDO<br />

PEDORRO!!<br />

140


Que se junten los planetas.<br />

Daniel se había obsesionado.<br />

Estuvo mirando una serie estilo documental científico<br />

que se llamaba El Universo.<br />

La cuestión es que le bombar<strong>de</strong>aron tantos datos que<br />

quedó obnubilado con lo sorpren<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la conformación<br />

<strong>de</strong> nuestro cosmos. Parecía que recién había tomado<br />

conciencia <strong>de</strong> la infinitesimal nada que somos en<br />

comparación con el resto <strong>de</strong>l todo.<br />

Andaba <strong>de</strong> acá para allá molestando a los amigos con<br />

comparaciones que, al principio, eran ilustrativas y<br />

sorpren<strong>de</strong>ntes, pero luego pasaron a ser molestas e<br />

innecesarias.<br />

Que importaba, para el gil cualunque que componía <strong>de</strong><br />

modo íntegro su grupo <strong>de</strong> amigos que el planeta tierra fuera<br />

menos que un granito <strong>de</strong> arena en el concierto <strong>de</strong> las<br />

galaxias, o que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cinco millones <strong>de</strong> años el sol fuera<br />

a convertirse en una supernova que se tragaría hasta Venus<br />

y quemaría todo lo que hubiera (si es que <strong>de</strong>jábamos algo)<br />

sobre la faz <strong>de</strong> la Tierra. Que podía importarle eso a alguien<br />

que tenía que romperse el lomo laburando para comer todos<br />

los días durante míseros setenta y cinco años (con suerte).<br />

141


Un sábado, cualquier sábado, estaba todo el grupo al<br />

costado <strong>de</strong> la cancha, tomando unas cervezas luego <strong>de</strong><br />

haber terminado un partido por la liga amateur DON<br />

PEDRO.<br />

Habían ganado, así que cada uno hablaba a los gritos,<br />

dando su opinión sobre el encuentro, alabándose a sí mismo,<br />

palmeando los aciertos <strong>de</strong> los compañeros, aplaudiendo la<br />

unión <strong>de</strong>l grupo, en síntesis, borrachos con la felicidad <strong>de</strong> la<br />

victoria.<br />

Pero Daniel no. Daniel estaba taciturno, como ausente<br />

<strong>de</strong>l momento.<br />

El Negro lo miró medio extrañado y le llamó la atención.<br />

- Eh, pescado, que te pasa, ¿no estás contento?<br />

- Si – Dijo Daniel, no muy convencido – buenísimo el<br />

partido… pero me quedé pensando… - e hizo una pausa.<br />

- ¿En qué? – le exigió el Negro, a pesar <strong>de</strong> los gestos<br />

<strong>de</strong>sesperados <strong>de</strong> Ariel (que había escuchado al pasar la<br />

conversación) para que no instara la continuidad <strong>de</strong> la<br />

charla.<br />

- En que un equipo <strong>de</strong> fútbol es como un sistema<br />

planetario – espetó Daniel como si fuera algo que tuviera<br />

continuidad respecto <strong>de</strong>l contexto <strong>de</strong> algarabía <strong>de</strong> sus<br />

amigos.<br />

- ¿Qué? – le gritó el Negro - ¿De qué carajo hablás<br />

boludo? ¿Ya estás en pedo?<br />

- No, en serio – dijo Daniel, y para esto todos ya se<br />

habían dado vuelta pensando que el Negro se había<br />

calentado y se estaba por vivir alguna escena <strong>de</strong> telenovela<br />

142


futbolística – Un equipo <strong>de</strong> fútbol es como un sistema<br />

planetario.<br />

Dejame que te explique. ¿Viste que los planetas giran<br />

alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> una estrella todos siguiendo un or<strong>de</strong>n<br />

armónico? Bueno esa es la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> un equipo <strong>de</strong> fútbol.<br />

Un buen sistema planetario está compuesto <strong>de</strong> la danza<br />

armónica y la conjugación <strong>de</strong> distintos cuerpos que cumplen<br />

un <strong>de</strong>terminado rol para que el conjunto no se vaya al<br />

carajo.<br />

El equipo <strong>de</strong> fútbol, si lo pensás, es lo mismo. Un<br />

sistema compuesto <strong>de</strong> la conjugación <strong>de</strong> distintos jugadores<br />

que cumplen un <strong>de</strong>terminado rol para que el conjunto sea lo<br />

más armónico posible.<br />

- Bueno – admitió el Negro – tan mal no está la i<strong>de</strong>a…<br />

pero un poco tomada <strong>de</strong> los pelos….<br />

- No, no – siguió Daniel – pensalo un poquito más. Los<br />

planetas, por ejemplo <strong>de</strong> nuestro sistema, giran alre<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong> un objeto común a todos, que es el Sol, o sea todos,<br />

aunque sean muy diferentes entre sí, tienen algo que los<br />

une.<br />

En nuestro caso, a pesar <strong>de</strong> ser completamente<br />

distintos entre nosotros, tenemos un objetivo común que es<br />

EL CAMPEONATO, que vendría a ser nuestro Sol. Entonces<br />

todos tratamos <strong>de</strong> girar lo más armónicamente posible<br />

alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> ese objetivo común.<br />

Mirá, ¿no pasa que cuando todos jugamos un buen<br />

partido <strong>de</strong>cimos que es como QUE SE ALINEARON LOS<br />

PLANETAS?, es justamente eso lo que te digo.<br />

143


Más aún… ¿Sabés por qué los planetas giran alre<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong>l Sol? – y ahí se dio vuelta mirando al resto <strong>de</strong> sus<br />

compañeros, que lo escuchaban medio incrédulos, para<br />

hacerlos partícipes a todos <strong>de</strong> la pregunta.<br />

El Negro, por supuesto, no tenía ni i<strong>de</strong>a. Pero Wilhem<br />

estaba ahí para ilustrar al resto:<br />

- Es por la fuerza <strong>de</strong> gravedad – dijo con cara <strong>de</strong><br />

autosuficiencia.<br />

- ¡Muy bien! – le reconoció Daniel – en nuestro caso la<br />

fuerza <strong>de</strong> gravedad está dada por las ganas irreprimibles<br />

que tenemos todos <strong>de</strong> ser campeones al lado <strong>de</strong> nuestros<br />

amigos.<br />

Los planetas interactúan entre sí.<br />

Cualquier cosa extraña pue<strong>de</strong> ocurrir y romper la<br />

alineación cósmica y generar una catástrofe o algo lindo.<br />

En nuestro equipo es algo parecido.<br />

Acuer<strong>de</strong>nsé cuando vino a jugar Tavito para nosotros…<br />

bueno, todos sabíamos que iba a durar poco, pero era<br />

espectacular ver al equipo con él a<strong>de</strong>ntro… Eso es como el<br />

cometa Halley, todos saben que pasa muy raramente, cada<br />

76 años, pero el cielo y el sistema se ve más lindo con ese<br />

fenómeno. Así estamos nosotros en el equipo, esperando<br />

que llegue algún fenómeno que haga más lindo el sistema<br />

<strong>de</strong> juego.<br />

O si no, fíjense esa vez que se agarraron a piñas Ariel y<br />

el Chino, casi nos separamos todos. Eso vendría a ser como<br />

cuando un meteoro chocó a la tierra y le evaporó los<br />

dinosaurios. Casi se va todo al carajo.<br />

144


Tengan en cuenta que el sistema solar tiene hasta un<br />

eterno suplente: PLUTON, que está ahí al vuelo, dando<br />

vueltas alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l objetivo, pero esperando que alguien<br />

le diga finalmente: “Bueno, dale que entrás”<br />

Más claro todavía, el sistema solar tiene un gigante<br />

gaseoso: JUPITER, y nosotros lo tenemos a Richi… que es<br />

más o menos lo mismo…<br />

Todos se rieron <strong>de</strong> esta última comparación<br />

escatológica, sabida era la fama <strong>de</strong> Richi y sus gases.<br />

Ya distendidos Diego le reclamó al sabiondo Daniel:<br />

- Y, según tu teoría… ¿Qué carajo es la Luna?<br />

- Ah… - dijo Daniel – esa también la pensé… la Luna y<br />

los satélites <strong>de</strong> los planetas son como los hijos <strong>de</strong> los<br />

jugadores, que andan dando vueltas alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> cada uno,<br />

rompiendo las pelotas y distrayendo…<br />

- Bueno, carnaza – terció Guillermo – todo muy lindo,<br />

metafórico y poético, pero vos <strong>de</strong>cís que el objetivo <strong>de</strong> salir<br />

campeones es como el Sol <strong>de</strong> nuestro sistema… y si mal no<br />

recuerdo el otro día machacabas con que finalmente el<br />

<strong>de</strong>stino <strong>de</strong> la tierra era quedar chamuscada por el Sol… ahí<br />

no cierra nada…<br />

- No, - se le iluminó el rostro a Daniel – ahí es don<strong>de</strong>,<br />

justamente, cierra todo. Todos nosotros giramos alre<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong> un objetivo, intentando que todo funcione lo más perfecto<br />

posible, jugamos con y contra las fuerzas <strong>de</strong> la naturaleza,<br />

nos esforzamos por encajar en el sistema sabiendo que el<br />

premio <strong>de</strong> todo eso es terminar abrazados por las llamas <strong>de</strong><br />

la gloria que significa ser campeón.<br />

145


146


Efecto Mariposa<br />

Por Marcelo Alejandro Silva<br />

- Don Ramón, el diagnóstico para el dolor <strong>de</strong> estómago<br />

que Ud. acusa es a razón <strong>de</strong> una gran úlcera en la pared<br />

estomacal. Este tipo <strong>de</strong> laceraciones internas generalmente<br />

se producen a causa <strong>de</strong> momentos <strong>de</strong> ansiedad, estrés o<br />

aguda angustia prolongada. Otro motivo pue<strong>de</strong> ser por<br />

<strong>de</strong>ficiencia adquirida o heredada, la cual <strong>de</strong>scartamos ya<br />

que la biopsia realizada nos mostró la salud y buena<br />

consistencia <strong>de</strong> dicha pared estomacal. El tratamiento es<br />

bastante simple pero llevará tiempo…<br />

Trataba <strong>de</strong> explicarme el doctor para po<strong>de</strong>r optar entre<br />

riguroso cuidado y medicinas varias o cirugía que no era<br />

completamente eficaz.<br />

Cirugía <strong>de</strong> ningún modo.<br />

Posibles causas…intento saber ¿Qué?, ¿quién? o ¿cómo<br />

pasó?<br />

Tal vez a los cincuenta años muchos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>talles <strong>de</strong><br />

la vida se pier<strong>de</strong>n en el camino irrecuperable <strong>de</strong>l pasado. No<br />

sé, tal vez, para otros. Pero para mí no, no para mí. Debo<br />

hacerme un análisis retrospectivo. Piensa, piensa cuál pudo<br />

ser la causa.<br />

Tres posibilida<strong>de</strong>s me dijo el doctor:<br />

147


- Ansiedad: Tal la vez que más ansioso estuve creo que<br />

fue en la previa <strong>de</strong>l nacimiento <strong>de</strong> mi primogénita. Tal vez,<br />

pero una situación con un final más que esperado y<br />

premeditado y nunca mucho más que la espera <strong>de</strong> alguna<br />

nota en la facultad. Descartado.<br />

-Estrés: Imposible, amo mi trabajo, mi vida y a mi<br />

familia. Y nunca, por lo menos nunca me enteré, tuve<br />

sobresaltos. Mi permanente caída <strong>de</strong> cabello se <strong>de</strong>be a una<br />

cuestión genética y nada relacionada con la presión <strong>de</strong> la<br />

vida. No ha lugar.<br />

Angustia prolongada: No he sufrido dolencia alguna ni<br />

pérdida tan calamitosa. Incluso el <strong>de</strong>ceso <strong>de</strong> mi segunda<br />

esposa fue muy rápido; se cayó <strong>de</strong>snuda <strong>de</strong>l balcón al tratar<br />

<strong>de</strong> ayudar a salir a su amante cuando yo estaba llegando.<br />

¡Se lo merecía la muy perra!<br />

Debe ser genético o habré comido vidrio. No puedo<br />

encontrar algo evi<strong>de</strong>ntemente causante <strong>de</strong> mi dolencia. O<br />

alguna situación en el cuál se reúnan las tres causas…<br />

148<br />

-¿…?<br />

-¿…?<br />

¡Ya sé! Ahora puedo recordar…ese campeonato hace<br />

veinte años atrás. ¡Cómo no haberlo asociado antes!<br />

Pa<strong>de</strong>cí una terrible angustia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la mitad <strong>de</strong>l torneo<br />

por no po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>finirlo. Esa <strong>de</strong>sesperación se acrecentaba a<br />

medida que se acercaba el final <strong>de</strong>l campeonato. La<br />

ansiedad me <strong>de</strong>voraba el cerebro y mis pensamientos eran<br />

nulos antes <strong>de</strong>l último partido. No podía sacar <strong>de</strong> mi mente<br />

ambos pensamientos: <strong>de</strong>rrota y frustración o victoria y<br />

eterno regocijo <strong>de</strong> las mieles <strong>de</strong>l éxito. Al estrés no lo<br />

reconocí en ese momento, pero recuerdo que días <strong>de</strong>spués


caí en cama agotado y psicológicamente relajado. Esa fue la<br />

ocasión y este es el resultado para tal pa<strong>de</strong>cimiento.<br />

Amarga <strong>de</strong>rrota por la mínima diferencia. Hicimos todo<br />

lo posible por no ganarlo, creamos innumerables situaciones<br />

para anotar pero ellos con una sola nos ganaron. Vi el<br />

partido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> afuera, ni siquiera entré. Nunca me sentí<br />

peor. Tal vez por eso trate <strong>de</strong> no recordarlo nunca más.<br />

149


150


SIN ESPERANZA.<br />

Daniel <strong>de</strong>scolgó el tubo <strong>de</strong>l teléfono y marcó casi por<br />

inercia el número <strong>de</strong> Marcelo.<br />

Dos timbres <strong>de</strong> espera que le parecieron eternos….<br />

Riiiing – Riiiing.<br />

- Holaaaa… - Atendió un <strong>de</strong>sprevenido Marcelo<br />

- ¡¡¡Hermano!!! Estoy hecho mierda, no doy más… -<br />

Espetó casi lloroso Daniel.<br />

- Pero, Pero… pará loco ¿Qué te pasa?, tranquilizate –<br />

intentó bajar los ánimos Marcelo.<br />

- No viejo, esto no da para más… la vida es una<br />

mierda… no hay una buena… yo tiro la toalla...<br />

- No, no, hermanito… no, tranquilízate – Marcelo se<br />

había asustado con las palabras <strong>de</strong> Daniel.<br />

- Te llamo porque sos mi mejor amigo, y hay <strong>de</strong>cisiones<br />

<strong>de</strong>masiado importantes… y esto es lo último… el final, se<br />

termina.<br />

- Pero, no entiendo Dani, no hagas bolu<strong>de</strong>ces…<br />

hablemos… contame…<br />

- Es que yo vengo aguantando mucho Marcelo… vos<br />

sabés… vos estuviste siempre al lado mío… cuando hace<br />

151


tres meses se murió mi vieja fue durísimo, pero terminé<br />

entendiendo que son cosas <strong>de</strong> la vida, que la muerte es<br />

irremediable, siempre tengo presente tus palabras, <strong>de</strong> que<br />

sería injusto morirse antes que las madres porque eso las<br />

haría sufrir, que un buen hijo tiene que saber asumir el<br />

dolor… - Daniel estalló en llanto…<br />

Marcelo mantenía el silencio… no sabía bien que <strong>de</strong>cir<br />

y tenía miedo <strong>de</strong> embarrarla si <strong>de</strong>cía una palabra <strong>de</strong> más.<br />

Daniel continuó:<br />

- Cuando Alicia me <strong>de</strong>jó hace un mes también la sufrí<br />

loco… es cierto que ya venía todo mal, pero terminar una<br />

relación <strong>de</strong> tantos años es terrible igual… la sensación <strong>de</strong><br />

soledad opresiva es tremenda… me daban ganas <strong>de</strong> salir<br />

corriendo a buscarla y <strong>de</strong>cirle que sí, que tenía razón, que<br />

todo lo que ella quisiera yo lo cambiaría, aunque opinara lo<br />

contrario… nada me importaba, sólo quería no sentirme<br />

solo… la soledad era la peor tortura… - Daniel hablaba entre<br />

hipos y sollozos – pero ahí estabas vos, para ayudarme, para<br />

hacerme enten<strong>de</strong>r que nunca es cierta la frase más vale<br />

malo conocido que bueno por conocer… que siempre es<br />

preferible sentirse mal buscando algo bueno que sentirse<br />

mal aceptando lo malo como natural… - Daniel no podía<br />

contener un gimoteo casi histérico.<br />

- Bueno Dani, pero aguantá… yo en dos minutos estoy<br />

en tu casa y hablamos tranqui… aguantá ….<br />

- No, no – Interrumpió Daniel - ni te gastes loco… yo<br />

llamo sólo para agra<strong>de</strong>certe… vos sos el único que ha sabido<br />

darme una mano, que me escuchó y me aconsejó sin esperar<br />

nada a cambio…<br />

152


Hace dos semanas me quedé sin laburo y vos me<br />

pusiste en contacto con la gente esa <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong><br />

repuestos, y ahora estoy trabajando <strong>de</strong> vuelta… Marcelo,<br />

vos sos más que un hermano para mí, pero ahora ya no hay<br />

retorno… esto es <strong>de</strong>masiado… ya nada tiene sentido… ni me<br />

importa si lo tiene y yo no lo encuentro… no hermano, yo no<br />

busco más nada… que se cague todo…<br />

Me da pena no tener un arma así todo sería más<br />

rápido…<br />

Pero ya voy a encontrar una forma… no quiero que<br />

esto sea trágico para vos… quiero que te que<strong>de</strong>s con toda<br />

mi colección <strong>de</strong> autitos Piluqui… cuidalos por favor… chau…<br />

chau…. – Daniel no pudo seguir hablando abrumado por el<br />

llanto incontrolable.<br />

- No… Pará – Las palabras se trababan en la lengua <strong>de</strong><br />

Marcelo, estaba completamente sorprendido y asustado por<br />

la situación – No hagas nada por favor… no entiendo… por<br />

lo menos explicame… contame… por favor… en serio Dani…<br />

en serio, no me hagas sentir tan mal… creo… creo que me<br />

merezco una explicación…<br />

Durante diez segundo se sentían solo los suspiros y<br />

lloriqueos <strong>de</strong> Daniel en la línea… Marcelo no tenía más<br />

palabras para <strong>de</strong>cir.<br />

- ¡No podés <strong>de</strong>cirme eso! – Casi gritó Daniel – no podés<br />

venir a <strong>de</strong>cirme que no entendés nada… no te hagás el<br />

boludo – El tono <strong>de</strong> Daniel iba subiendo en furia, como si<br />

empezara a dirigir su enojo hacia el pobre Marcelo que<br />

seguía sin enten<strong>de</strong>r nada – cualquiera pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirme que<br />

no entien<strong>de</strong>, pero no vos… nos conocemos <strong>de</strong>masiado, nos<br />

153


gustan las mismas cosas… no podés hacerte el sota… sabés<br />

bien que esto no da para más…<br />

- No chabón… - Marcelo intentó <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse – no<br />

entiendo nada… te juro por lo que más quiero que no<br />

entiendo un carajo <strong>de</strong> qué es lo que te pasa….<br />

- ¡Ah Bueno! – Daniel se puso furioso – Al final sos un<br />

gil <strong>de</strong> mierda… ¿Cómo me <strong>de</strong>cís a mí que no entendés nada?<br />

Yo no puedo creerlo… en serio no puedo… listo, esto colmó<br />

el vaso…<br />

- Pará pelotudo, pará… - Marcelo ya empezaba a<br />

enojarse también - ¿Me querés <strong>de</strong>cir claramente que mierda<br />

te pasa?<br />

- ¡¡¡OCHO AÑOS!!! ¿Te parece poco? Ocho años sin<br />

jugar un mundial… me quiero matar ya, loco… ¿Cómo<br />

mierda po<strong>de</strong>mos quedar afuera y no clasificar? Esto es<br />

<strong>de</strong>masiado… lo único que podía darme esperanza en este<br />

universo <strong>de</strong> mierda ahora sólo significa más tristeza… listo<br />

viejo, para mí se acabó todo…<br />

154


Vista Lateral.<br />

A mi amigo el Casi Tuerto.<br />

Cuando se nos acabó la cuerda o las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

jugar en un nivel fe<strong>de</strong>rado (que nunca fueron <strong>de</strong>masiadas,<br />

vamos a ser sinceros), <strong>de</strong>cidimos con mi grupo <strong>de</strong> amigos<br />

<strong>de</strong>scansar en las apacibles exigencias <strong>de</strong>l Torneo <strong>de</strong> Futbol<br />

“Don Pedro”.<br />

Grandulones, imán <strong>de</strong> lesiones, futbolistas frustrados,<br />

un conjunto <strong>de</strong> características que nos unieron para<br />

<strong>de</strong>rrapar penosamente con otros equipos en casi las mismas<br />

condiciones.<br />

Pa<strong>de</strong>ciendo para juntar los once sábado a sábado, un<br />

día llegó al equipo “El Tuerto” ManSini, amigo <strong>de</strong>l primo <strong>de</strong><br />

un amigo <strong>de</strong> alguno <strong>de</strong> los que jugábamos.<br />

“El Tuerto” era tuerto <strong>de</strong> verdad. El ojo <strong>de</strong>recho era una<br />

bola blanca que parecía sin vida.<br />

… Y ahí arrancó la historia.<br />

Acostumbrados a la adrenalina <strong>de</strong>l fondo, siempre<br />

sufriendo para no <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r, con la llegada <strong>de</strong>l “Tuerto” las<br />

cosas empezaron a cambiar.<br />

Su aspecto <strong>de</strong> Metedor <strong>de</strong> Pata, al estilo <strong>de</strong>l Toro Acuña<br />

que supo brillar en el Rojo <strong>de</strong> Avellaneda, sus pocos pelos<br />

largos hasta los hombros con pronunciados oasis <strong>de</strong> cuero<br />

cabelludo en la cabeza, su panza acusadora gracias a las<br />

155


emeras ajustadas que teníamos, no nos haría nunca<br />

suponer su capacidad para el fútbol.<br />

Era un enganche nato. Si bien no tenía velocidad, ni un<br />

gran manejo <strong>de</strong>l balón, ni una pegada soberbia, ni nada que<br />

lo hiciera parecer haber jugado al fútbol alguna vez, pelota<br />

que agarraba iba en una cortada segura hacia un<br />

compañero.<br />

Pero eso no sería lo trascen<strong>de</strong>nte.<br />

El punto <strong>de</strong>stacado era que “El Tuerto” no parecía<br />

nunca estar mirando al compañero que recibiría el pase.<br />

“La Tanqueta” Solís y El “Aguilucho” Martinez, nuestros<br />

<strong>de</strong>lanteros, se acostumbraron a apostarse bien sobre los<br />

costados y correr en diagonal cada vez que “El Tuerto”<br />

ManSini tenía el balón en sus pies.<br />

Se cansaron <strong>de</strong> hacer goles así.<br />

Los <strong>de</strong>fensores rivales (casi tan panzones y lentos como<br />

“El Tuerto”), llevaban sus cuerpos con acoplado hacia el<br />

lugar al que todo hacía suponer que iba a dirigirse el pase,<br />

para encontrarse con que “El Tuerto”, in<strong>de</strong>fectiblemente,<br />

mandaba la pelota para el otro lado.<br />

En ese camino y con muy poquito más, nos encontramos<br />

en el pelotón <strong>de</strong> arriba <strong>de</strong>l campeonato. No con <strong>de</strong>masiadas<br />

esperanzas <strong>de</strong> salir campeones, pero aliviados <strong>de</strong> no tener<br />

que pelear el <strong>de</strong>scenso. Para nuestras nulas habilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>portivas eso era mucho <strong>de</strong> lo que enorgullecerse.<br />

Todos teníamos en claro que “El Tuerto” había sido el<br />

único responsable <strong>de</strong> esto.<br />

156


Una noche <strong>de</strong> asado, en la que ya todos habíamos<br />

tomado alguna copa <strong>de</strong> más, Guillermo Posa<strong>de</strong>ras, nuestro<br />

dudoso zaguero central, empezó a cargarlo al “Tuerto”.<br />

Más por pudor que por falta <strong>de</strong> curiosidad, nadie le<br />

había preguntado nunca cómo había perdido el ojo, ni había<br />

hecho referencia al tema.<br />

Pero Guille (pasado <strong>de</strong> Bordolino Tinto Carlón), perdió<br />

su freno pudoroso.<br />

- Che, “Tuerto” – se mandó sin aviso previo - ¿Cómo<br />

carajo hacés para hacer los pases sin mirar? Mirá que eso<br />

es difícil con los dos ojos, pero con uno… la mierda…<br />

Silencio generalizado al lado <strong>de</strong> la parrilla, en parte por<br />

lo inesperado <strong>de</strong> la salida, y en parte porque todos nos<br />

hacíamos la misma pregunta.<br />

- A<strong>de</strong>más, no te ofendas, pero cuando te movés parece<br />

que te vas a llevar la pelota por <strong>de</strong>lante en cualquier<br />

momento… tenés la misma capacidad <strong>de</strong> sincronización que<br />

“El Fanta” Moscheli – risas contenidas por la referencia al<br />

más torpe <strong>de</strong> los jugadores <strong>de</strong>l equipo.<br />

Envalentonado por el vino y por la expectación que<br />

generó, Guille le metió para a<strong>de</strong>lante.<br />

- ¿Cómo llegaste a hacerte “El Tuerto” ManSini?<br />

El silencio se hizo palpable.<br />

“El Tuerto” miró a la parrilla y luego <strong>de</strong> unos segundos<br />

callado, dijo:<br />

- Ahora “el Palote” Ollos acaba <strong>de</strong> meter las manos en<br />

los bolsillos <strong>de</strong> la campera…<br />

157


Todos, menos “El Tuerto” ManSini, giramos a ver a<br />

“Palote”, que estaba al otro lado <strong>de</strong>l tablón.<br />

Al principio no entendimos nada.<br />

- Ahora sacó la mano <strong>de</strong>recha, y se la pasó por la cara –<br />

siguió <strong>de</strong>scribiendo “El Tuerto”.<br />

Todo esto lo <strong>de</strong>cía sin, al parecer, estar mirando al<br />

Palote.<br />

- ¡¡UUHHH!! - Tiró “el Caramelo” Yil – Pará, ManSini,<br />

no te <strong>de</strong>s vuelta… adiviná cuantos <strong>de</strong>dos te muestra el<br />

Palote.<br />

Palote elevó dos <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>recha.<br />

- Dos – Dijo “El Tuerto”.<br />

Palote sacó dos <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>recha y tres <strong>de</strong> la<br />

izquierda.<br />

- Cinco – acertó “El Tuerto”.<br />

Todos nos quedamos pasmados.<br />

- No sean boludos – Dijo ManSini – No soy adivino. Lo<br />

que pasa es que en realidad no soy tuerto… este ojo – se<br />

señaló el ojo chusco – es producto <strong>de</strong> un acci<strong>de</strong>nte en<br />

culopatín… cuando corría en la Liga Huinculense <strong>de</strong><br />

Descenso por Barda…<br />

Me choqué <strong>de</strong> frente contra el culo <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los referís<br />

y me quedó así… pero no es que perdí el ojo, sino que se me<br />

fue para el costado… y ahora tengo como un súper po<strong>de</strong>r:<br />

LA VISTA LATERAL… puedo apuntar la cabeza para un lado<br />

y estar viendo perfectamente para el otro…<br />

Eso explicaba un montón <strong>de</strong> cosas.<br />

158


El tema quedó ahí, como una buena anécdota… y el<br />

tiempo pasó.<br />

Los rivales empezaron a captar nota <strong>de</strong>l juego <strong>de</strong>l<br />

“Tuerto” y le tomaron el tiempo… en términos futboleros, ya<br />

no cagaba a nadie…<br />

Volvimos al fondo <strong>de</strong> la tabla, que nos esperaba con los<br />

brazos abiertos.<br />

Hasta que un día llegó al equipo “La Garza” Liniers.<br />

¡Eso era un jugador! Estampa esbelta, peinado y facha a<br />

lo Cristiano Ronaldo, carrilero con ida y vuelta… lo que se<br />

dice, completito.<br />

Con “La Garza” el equipo retomó un camino <strong>de</strong> ascenso.<br />

Pero el pobre “Tuerto”, que supo ser héroe unas fechas<br />

antes, quedó relegado al grupo general <strong>de</strong> los que dábamos<br />

lástima sábado a sábado.<br />

En eso andábamos cuando, un sábado como todos, “La<br />

Garza” estaba a punto <strong>de</strong> rematar al arco, con un <strong>de</strong>stino<br />

casi seguro <strong>de</strong> gol, cuando “El Tuerto”, torpe como nunca,<br />

se cruzó <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l balón, sin que pueda explicarse muy<br />

bien la razón.<br />

La mala suerte (y la tosquedad <strong>de</strong>l “Tuerto”) quiso que<br />

la pelota le pegara en su ojo con Vista Lateral…<br />

“El Tuerto” cayó redondo en la cancha. Todos nos<br />

asustamos y corrimos a ver que le pasaba.<br />

Luego <strong>de</strong> unos segundos “El Tuerto” reaccionó, llegó la<br />

ambulancia y se lo llevó. Como éramos once justos nadie fue<br />

a acompañarlo.<br />

159


Cuando volvimos a verlo tenía el ojo vendado y nos<br />

contó que capaz que, ahora sí, lo perdía <strong>de</strong>finitivamente.<br />

A las dos semanas le dieron el alta y volvió a las<br />

canchas. Lo único que nos dijo fue “Perdí la Vista Lateral”…<br />

nadie quiso incomodarlo preguntándole más.<br />

Un poco por lástima, un poco porque estábamos justos y<br />

otro poco por reconocimiento a su fugaz gloria, lo pusieron<br />

<strong>de</strong> titular.<br />

Ese día nos tocó en “Cancha Lisa” un predio que había<br />

sabido ver nuestras mejores actuaciones. Ese partido “La<br />

Garza” hizo un <strong>de</strong>sparramo <strong>de</strong> novela, la rompió… y “El<br />

Tuerto”… bueno, “El Tuerto” parecía estar todavía bajo los<br />

efectos <strong>de</strong> las drogas que le habían metido las dos semanas<br />

anteriores.<br />

Un sonámbulo en la cancha, eso parecía. Hasta que <strong>de</strong><br />

repente le llegó una pelota hacia el centro <strong>de</strong>l área gran<strong>de</strong><br />

rival, como nunca había hecho, la paró perfecta, y sin<br />

siquiera moverse, le metió un tacazo que la clavó justo al<br />

lado <strong>de</strong>l palo <strong>de</strong>recho.<br />

Todos quedamos estupefactos, había sido un golazo… ¡y<br />

el día que “El Tuerto” regresaba a las canchas!<br />

Corrimos a abrazarlo como si fuera el gol <strong>de</strong>l<br />

campeonato.<br />

Cuando terminó el partido, y entre la joda generalizada<br />

que regala la victoria, “El Momia” Onoria le tiró al Tuerto:<br />

- Qué golazo, cabeza… y sin siquiera mirar…<br />

impresionante.<br />

160


El boludo <strong>de</strong>l Momia tenía menos <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za que un<br />

intento <strong>de</strong> rabona <strong>de</strong>l Quique Hrabina, ni se percató que<br />

ManSini acababa <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r el ojo.<br />

Otra vez, silencio generalizado.<br />

ManSini se paró, muy serio y dijo:<br />

- En realidad no es tan así… digamos que no fue,<br />

exactamente, que “perdí” el ojo…<br />

Todos nos quedamos tiesos.<br />

- La verdad es que – continuó “El Tuerto” – como la otra<br />

vez, el golpe <strong>de</strong> “La Garza” me cambió el ojo <strong>de</strong> foco…<br />

Nadie sabía a esta altura en qué iba a terminar el<br />

relato.<br />

- Lo que pasó… – dijo dubitativo ManSini - es que, con<br />

el pelotazo, el ojo… bueno…. el ojo se me acomodó en… - El<br />

Tuerto estaba nervioso - bueno… se me acomodó en el<br />

agujero <strong>de</strong>l culo…<br />

No sabíamos si estaba jodiendo o no, por las dudas<br />

nadie emitió sonido.<br />

- Es algo raro – siguió “El Tuerto” – y en realidad no<br />

molesta <strong>de</strong>masiado… el único problema es la cantidad <strong>de</strong><br />

guita que tengo que gastar en colirio cada vez que voy a<br />

cagar…<br />

161


162


En el Cielo<br />

Por Marcelo Alejandro Silva.<br />

No podíamos creer la pirueta hecha por el Mosky<br />

cuando sacó la pelota <strong>de</strong> la línea y salvó el triunfo en la<br />

final.<br />

Hace un mes que no lo veíamos, ya que se había ido a<br />

un largamente planificado viaje al exterior y se había<br />

perdido la etapa <strong>de</strong>finitoria <strong>de</strong>l campeonato.<br />

Había vuelto más estilizado y ágil, según él, había un<br />

gimnasio en el hotel.<br />

El Mosky tenía 27 años, medía 1,94 mts., <strong>de</strong>fensor,<br />

diestro y soltero. Adicto a los “Happyhours”, los asados y al<br />

fernet, el abuso <strong>de</strong> sus gustos estaba haciendo estragos en<br />

su técnica y sobre todo en su cuerpo.<br />

En realidad, él nunca hubiese podido jugar ese partido,<br />

pero 2 semanas <strong>de</strong> lluvias torrenciales pospusieron la final.<br />

En esa instancia no éramos candidatos, el equipo <strong>de</strong>l<br />

Oeste <strong>de</strong> la ciudad era el campeón en el imaginario <strong>de</strong><br />

todos, incluso el nuestro. Para colmo <strong>de</strong> males, teníamos 2<br />

<strong>de</strong>fensores lesionados y uno suspendido (yo), lo que obligó a<br />

que el Mosky fuera <strong>de</strong> entrada.<br />

Con el doble 5 raspando y quitando (se facilitó su labor<br />

gracias a la permisividad <strong>de</strong>l árbitro) y los 3 <strong>de</strong>lanteros<br />

163


aislados arriba pero lanzados a cualquier bocha revoleada<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> atrás <strong>de</strong> la mitad <strong>de</strong> la cancha, logramos clavar un<br />

gol.<br />

Con ese gol y aguantando los embates <strong>de</strong>l rival,<br />

llegamos a la jugada <strong>de</strong>l Mosky, faltando 3 minutos para el<br />

final.<br />

Después <strong>de</strong> la salvada monumental, se repuso como si<br />

nunca hubiese hecho movimiento alguno y se levantó <strong>de</strong>l<br />

piso con una pirueta gimnástica, lo que causó el enojo <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>l Oeste y arrancó el tumulto. Resultado <strong>de</strong> la gresca: 3<br />

expulsados <strong>de</strong> ellos, uno nuestro y el Mosky aturdido por<br />

una patada voladora al pecho y un golpe contra el palo al<br />

caer. Lo sustituyeron.<br />

Todo fue festejo al finalizar el cotejo, todo el fin <strong>de</strong><br />

semana.<br />

Pero el martes, el salvador, tuvo que ser hospitalizado<br />

ya que cayó inconsciente a causa <strong>de</strong>l traumatismo en la<br />

cabeza.<br />

Ahí supimos la verdad, los estudios dieron como<br />

resultado que nuestro amigo no era nuestro amigo, sino un<br />

androi<strong>de</strong> cubierto con músculos y piel humana.<br />

Ese fue el comienzo <strong>de</strong>l fin, cuando el mundo se enteró<br />

<strong>de</strong>l plan <strong>de</strong> suplantación <strong>de</strong> humanos por parte <strong>de</strong><br />

alienígenas que venían por nuestro planeta.<br />

Hoy escribo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un refugio subterráneo, pero fuimos<br />

los últimos campeones…<br />

164


Aquiles<br />

Mirá que hay historias raras en el fútbol, pero esta, te<br />

juro, no la supera ninguna.<br />

A través <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong>l futbolista amateur o <strong>de</strong> liga<br />

fe<strong>de</strong>rada en el interior (que es más o menos lo mismo), uno<br />

siempre se cruza con jugadores que llega a creer que,<br />

in<strong>de</strong>fectiblemente, van a alcanzar la meta. Es <strong>de</strong>cir, van a<br />

po<strong>de</strong>r ser futbolistas profesionales, van a ser aclamados por<br />

multitu<strong>de</strong>s, van a vivir el sueño <strong>de</strong> todos…<br />

Uno <strong>de</strong> esos era Jorge “Chiquito” Ferramendia.<br />

Con él compartimos <strong>de</strong> sexta a reserva en el Club Unión<br />

Vecinal, <strong>de</strong> Neuquén.<br />

Éramos pibes, pero Jorge te hacía vibrar cuando jugaba.<br />

Un <strong>de</strong>lantero fenomenal, medía como un metro noventa,<br />

ya a los diecisiete años.<br />

Era tanta la diferencia física y técnica que sacaba que<br />

era imposible no imaginárselo en un club <strong>de</strong> primera en<br />

Buenos Aires.<br />

Era, por sobre todas las cosas, un goleador <strong>de</strong><br />

excepción. Una máquina rompe re<strong>de</strong>s (aunque para ser<br />

sinceros, las re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los clubes <strong>de</strong> la Liga Neuquina<br />

generalmente ya venían rotas).<br />

165


Nos hicimos muy compinches cuando compartimos los<br />

paupérrimos vestuarios <strong>de</strong>l “Trueno Ver<strong>de</strong>” <strong>de</strong> Valentina<br />

Norte.<br />

Y lo que tenía Jorge, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> sus condiciones<br />

naturales, era una clara vocación profesional. Se cuidaba en<br />

todos los <strong>de</strong>talles, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las comidas hasta las horas <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>scanso, era el primero y el último en los entrenamientos,<br />

complementaba con horas <strong>de</strong> ejercicio físico afuera <strong>de</strong>l club,<br />

es <strong>de</strong>cir, tenía su objetivo inamovible: iba a ser futbolista.<br />

Yo también era (y soy) un fanático <strong>de</strong>l fútbol. Pero tenía<br />

muy claro que ni mis condiciones, ni mi voluntad, me iban a<br />

acompañar en un camino tan arduo.<br />

Des<strong>de</strong> que tenía quince años, los técnicos <strong>de</strong> primera<br />

querían que Jorge jugara en la división mayor, pero él<br />

sistemáticamente se negaba, entendiendo que se arriesgaría<br />

innecesariamente jugando con tipos mayores, en campos<br />

generalmente menesterosos, y sin que ello le aportara nada<br />

a sus condiciones.<br />

Cuando estábamos en edad <strong>de</strong> reserva, alcanzó a jugar<br />

dos partidos <strong>de</strong>l torneo, y apareció uno <strong>de</strong> esos<br />

representantes, busca talentos o como se les llame, que,<br />

atraído por sus impresionantes estadísticas, lo vino a ver y<br />

se lo llevó para jugar en Brown <strong>de</strong> Puerto Madryn.<br />

A esa altura Jorge <strong>de</strong>bía llevar como 300 goles en<br />

inferiores.<br />

No era todavía época <strong>de</strong> correos electrónicos ni<br />

teléfonos celulares, así que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese momento, más allá <strong>de</strong><br />

algún llamado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un teléfono público al principio, perdí<br />

todo contacto con Jorge.<br />

166


Igualmente seguía su campaña por las noticias <strong>de</strong> los<br />

diarios.<br />

Arrancó bárbaro en Brown. Era un equipo que se había<br />

formado para lograr el ascenso al Nacional B, y Jorge se<br />

acomodó enseguida, metió una campaña <strong>de</strong> 27 goles, en un<br />

torneo sumamente difícil como era el Argentino A.<br />

Cuando vino a jugar a la Visera <strong>de</strong> Cemento, la cancha<br />

<strong>de</strong>l mítico Club Cipolletti, fui a verlo. La <strong>de</strong>scosió. Metió dos<br />

golazos y se llevaron los tres puntos.<br />

Brown ascendió ese torneo, pero Chiquito se fue <strong>de</strong>l<br />

club. Increíblemente <strong>de</strong>sechó ofertas <strong>de</strong> clubes <strong>de</strong>l Nacional<br />

B, que se habían quedado asombrados por su capacidad.<br />

Terminó fichando para Ben Hur, <strong>de</strong> Rafaela.<br />

Nuevamente un equipo <strong>de</strong>l Argentino A.<br />

Para muchos fue increíble la <strong>de</strong>cisión, pero como uno<br />

siempre resulta ajeno a las intimida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l fútbol, yo creí<br />

que habría sido una cuestión económica. Rafaela es una<br />

zona que mueve guita, seguramente le habían puesto un<br />

buen número y eso lo habrá <strong>de</strong>cidido. Era joven,<br />

oportunida<strong>de</strong>s no le iban a faltar.<br />

30 goles metió con el “Gladiador” <strong>de</strong> Rafaela. Lograron,<br />

con él como referente, el primer ascenso <strong>de</strong> su historia al<br />

Nacional B. Ídolo absoluto… y otra vez, <strong>de</strong>secha todas las<br />

ofertas y se va…<br />

A esta altura el “Chiquito” se empezaba a convertir en<br />

una figura extravagante para la divisional, pero nadie sabía<br />

<strong>de</strong>masiado <strong>de</strong> él.<br />

En las vacaciones <strong>de</strong> ese verano vino <strong>de</strong> vuelta para<br />

Neuquén y fui a verlo. La verdad es que estaba muy bien,<br />

167


económicamente y mentalmente… sólo me llamó la atención<br />

sentir que estaba un poco más menudo.<br />

Yo no sé si fue el hecho <strong>de</strong> que yo me había ensanchado<br />

o capaz que el entrenamiento profesional lo habría<br />

estilizado, pero ya no me impresionó como ese imponente<br />

centro <strong>de</strong>lantero con talla <strong>de</strong> gigante.<br />

En la alegría <strong>de</strong>l reencuentro hablamos <strong>de</strong> todo un<br />

poco, y cuando le pregunté si iba a jugar en primera, me<br />

dijo: “Yo amo el fútbol, cabezón. Quiero jugar, no me<br />

importa hacerme millonario, no me llaman la atención las<br />

luces, ni el estrellato, no quiero que me reconozcan, no me<br />

importa Buenos Aires, ni Europa, sólo me importa el fútbol.<br />

Si me pagan bien y no me jo<strong>de</strong>n con cosas ajenas a la<br />

pelota, yo soy feliz”. Y así cerró el tema.<br />

La siguiente temporada firma con Patronato <strong>de</strong> Paraná.<br />

El “Negro Santo” no logró el ascenso por poco (iba a<br />

tener que esperar hasta el 2010 para lograrlo), pero<br />

Chiquito metió 37 goles, un record absoluto para la<br />

categoría, que hasta el día <strong>de</strong> hoy nadie ha podido superar…<br />

y nuevamente se va.<br />

Para ese momento ya se había ganado fama <strong>de</strong> loco.<br />

Nadie podía creer que no diera el salto que todo jugador<br />

anhela.<br />

No atendía a la prensa, no daba notas ni en diarios ni en<br />

radios, no se le veía nunca en lugares públicos o muy<br />

concurridos, fuera <strong>de</strong> las canchas.<br />

En El Diario <strong>de</strong> Paraná, unos meses <strong>de</strong>spués, encontré<br />

una foto <strong>de</strong> la formación <strong>de</strong> Patronato en esa campaña, y me<br />

sorprendió ver a Chiquito parado al lado <strong>de</strong> los dos<br />

168


zagueros, parecía como diez centímetros más chico que<br />

ellos.<br />

Sucesivamente Chiquito pasó <strong>de</strong> In<strong>de</strong>pendiente<br />

Rivadavia <strong>de</strong> Mendoza, a Huracán <strong>de</strong> Tres Arroyos, Club<br />

Atlético Alumni <strong>de</strong> Villa María, Club Sportivo Patria <strong>de</strong><br />

Formosa, Club Atlético Central Norte <strong>de</strong> Salta…<br />

En todos los casos clubes <strong>de</strong> Argentino A, siempre<br />

siendo goleador…<br />

El año pasado recaló en Club Atlético Germinal <strong>de</strong><br />

Rawson, Chubut.<br />

Yo, te aseguro, estaba completamente obsesionado con<br />

la historia <strong>de</strong>l Chiquito, no me entraba en la cabeza la<br />

carrera que estaba haciendo, simplemente no tenía ningún<br />

sentido.<br />

Aprovechando que tengo parientes en Rawson, me<br />

inventé una escapada y me fui con la única intención <strong>de</strong><br />

verlo a Jorge.<br />

Mis primos, todos fanáticos <strong>de</strong>l Ver<strong>de</strong>, me llevaron el<br />

domingo al Fortín (la cancha <strong>de</strong> Germinal). Desbordaba el<br />

humil<strong>de</strong> estadio. Era la primera vez que jugaban Argentino<br />

A.<br />

Cuando ingresa el equipo a la cancha no lo veo a<br />

Chiquito.<br />

Les pregunto a mis primos y me señalan al jugador <strong>de</strong> la<br />

camiseta 9.<br />

Yo no podía creerlo, pensé que me había equivocado <strong>de</strong><br />

equipo, pero el 9 <strong>de</strong> Germinal era un fibroso <strong>de</strong>lantero… que<br />

<strong>de</strong>bía medir no más <strong>de</strong> 1,68 mts.<br />

169


Me quedé pasmado.<br />

Germinal ganó. Un gol y una asistencia <strong>de</strong> Ferramendia.<br />

Me quedé a esperar en la zona <strong>de</strong> estacionamiento, y<br />

como una hora <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> terminado el partido, apareció<br />

Chiquito, bolso en mano, dirigiéndose en busca <strong>de</strong> su auto.<br />

Venía distraído y cuando me vio, te juro, se puso pálido<br />

como si hubiera visto un fantasma.<br />

“¿Jorge?” alcancé a <strong>de</strong>cirle en tono dubitativo.<br />

Él no respondió.<br />

Me acerqué y… sí, era Jorge, no había ninguna duda,<br />

era Jorge Ferramendia, en versión comprimida…<br />

Luego <strong>de</strong> interminables segundos me contestó:<br />

“Si, soy yo… ¿quehacés cabezón?” dijo con un quedo <strong>de</strong><br />

resignación.<br />

Yo no atiné siquiera a respon<strong>de</strong>rle.<br />

“Vení, vamos a tomar unos mates a casa…” – me invitó,<br />

señalando un auto cero kilómetro.<br />

Subí en el más absoluto silencio, y así me mantuve todo<br />

el trayecto hasta Playa Unión, que era don<strong>de</strong> tenía su casa<br />

Chiquito.<br />

Era una casa <strong>de</strong> playa divina, mo<strong>de</strong>rna, con ventanales<br />

gigantes que daban al mar, pero un poco alejada <strong>de</strong> la zona<br />

<strong>de</strong> movimiento comercial.<br />

Con los mates en la mano, recién pu<strong>de</strong> articular una<br />

palabra:<br />

“¿Cómo…?” y no supe <strong>de</strong> qué manera seguir.<br />

170


“Tranquilo cabezón…” – me calmó – Estoy bien. No<br />

tengo una enfermedad rara, ni me pasó nada grave<br />

“Disculpame que todos estos años estuve <strong>de</strong>saparecido,<br />

pero, como verás, tengo mis razones..<br />

“Pero… ¿Qué te pasó” Le pregunté en el tomo más<br />

estúpido posible.<br />

“Nada – me respondió – Soy así <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que éramos<br />

pen<strong>de</strong>jos, allá en Neuquén…”<br />

Se hizo un nuevo silencio. Jorge miraba al mar a través<br />

<strong>de</strong> la ventana, como buscando las palabras entre las<br />

tumultuosas olas…<br />

“Te voy a contar – se <strong>de</strong>cidió finalmente – y que conste<br />

que nunca le dije nada a nadie sobre esto…<br />

Des<strong>de</strong> que tengo catorce años que sé lo que me pasa… y<br />

lo que me va a pasar.<br />

Yo no sé si vos crees en Dios o en el diablo, y ni siquiera<br />

sé si algo <strong>de</strong> eso está involucrado acá, pero a mí me<br />

revelaron, a los catorce años, que cada vez que me lo<br />

propusiera iba a meter goles jugando al fútbol.<br />

No me pidas las circunstancias particulares, ya ni<br />

siquiera las recuerdo. Pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces yo sé que voy a<br />

ser goleador cuando yo lo <strong>de</strong>cida…<br />

Y también sé, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces, que cada gol que meta<br />

me va a ir achicando… físicamente.<br />

Es <strong>de</strong>cir, cabezón, puedo ser, si quiero, el máximo<br />

goleador <strong>de</strong>l universo… a cambio <strong>de</strong> <strong>de</strong>saparecer…”<br />

Yo estaba atónito… pero la evi<strong>de</strong>ncia estaba enfrente<br />

mío.<br />

171


En ocho años <strong>de</strong> fútbol profesional, y no al máximo<br />

nivel, se había achicado como veinte centímetros.<br />

“Pero,- le dije yo – ¿Por qué siempre en el Argentino A?<br />

no entiendo”<br />

“Pensalo, cabeza – me respondió - ¿Cómo iba a jugar en<br />

primera?¿ No te parece que con todo la prensa encima<br />

nadie iba a notar, como vos, que me voy achicando? ¿Y qué<br />

carajo iba a <strong>de</strong>cir yo en esa circunstancia?<br />

Mucho lo pensé, eh… no te creas que fue fácil para mí.<br />

Me rompí el marote pensando cómo aprovechar este<br />

Don – Maldición, que tengo.<br />

La opción más fácil era largar el fútbol a la mierda,<br />

estudiar cualquier cosa y ponerme a laburar como todo el<br />

mundo…<br />

La otra era aprovechar uno o dos años, hasta que se<br />

hiciera evi<strong>de</strong>nte mi… condición – se tomó un tiempo para<br />

<strong>de</strong>finir lo que le pasaba.<br />

Y finalmente me incliné por la tercera. Hacer una<br />

carrera en una división menor, que me permitiera vivir<br />

tranquilo <strong>de</strong>l fútbol, retardar lo más posible la cuestión.<br />

Para eso, <strong>de</strong>cidí nunca firmar con un representante, me<br />

manejo mi propia carrera, hago contratos por temporada,<br />

siempre con equipos <strong>de</strong> distintas ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l país, y así<br />

disminuyo los riesgos <strong>de</strong> que cualquiera venga a<br />

preguntarme nada.”<br />

“Pero – le dije - no entiendo. Por qué hiciste tantos<br />

goles si sabías que te ibas a ir achicando…”<br />

172


“Si... – Se puso pensativo – eso también lo puse en el<br />

tintero. Me propuse, al principio, hacer buenas campañas<br />

para tener un cierto renombre en la categoría… pero, vos<br />

viste lo que es el fútbol… una vez que estás ahí es imposible<br />

no querer meterla, no querer sentir el goce supremo <strong>de</strong>l<br />

gol…<br />

Pensá en un vicio… es lo mismo. El fumador sabe que el<br />

pucho le hace mal, sabe que se va recortando minutos <strong>de</strong><br />

vida… y se lo pren<strong>de</strong> igual.<br />

Yo no sé si tomé la mejor <strong>de</strong>cisión, pero mal no me fue.<br />

Y me parece que acá encontré mi lugar en el mundo…<br />

También es cierto que me con<strong>de</strong>né a una vida <strong>de</strong><br />

soledad, sin amigos <strong>de</strong> verdad, sin una mujer… es difícil<br />

cabeza, muy difícil…<br />

Pero el domingo, cuando estás en la cancha, cuando tus<br />

compañeros te pi<strong>de</strong>n que los salves, cuando la tribuna te<br />

grita… te juro que todo se compensa… esas dos horas son la<br />

salvación para mi alma…<br />

Yo sé que tengo una fecha <strong>de</strong> vencimiento… o, mejor<br />

dicho, sé que tengo una medida <strong>de</strong> vencimiento. Mi vida se<br />

va midiendo en centímetros, cabeza… centímetros que voy<br />

perdiendo a medida que mi sueño se va cumpliendo…”<br />

“¿Y en qué termina todo esto “Chiquito”? – le pregunté<br />

sin darme cuenta que usaba el viejo apodo que ya era una<br />

mofa sin tinte sarcástico.<br />

“JA... ¿Y cómo carajo voy a saberlo?... no sé ni por qué<br />

me pasa esto… no tengo i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> cómo va a terminar… sólo<br />

sé que, a diferencia <strong>de</strong> la mayoría <strong>de</strong>l mundo, la <strong>de</strong>cisión<br />

está en mis manos…”<br />

173


Me fui <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> Jorge con la cabeza hecha un<br />

torbellino.<br />

Antes <strong>de</strong> salir le pregunté si quería que lo visitara <strong>de</strong><br />

vez en cuando y me dijo que mejor no, que ya se había<br />

acostumbrado a la vida sin nadie. Que si alguna vez me<br />

necesitaba me iba a llamar… pero, ahora que lo pienso, ni<br />

siquiera me pidió mi número telefónico.<br />

Todo esto, te juro, es la pura verdad. Yo lo vi achicarse<br />

al Chiquito Ferramendia. Debo haber sido el único que lo<br />

conoció, con un cierto grado <strong>de</strong> confianza, en distintas<br />

etapas <strong>de</strong> su vida.<br />

Cuando lo pienso un poco, entiendo el dilema gigante<br />

<strong>de</strong> Jorge. Es la historia <strong>de</strong> Aquiles, trasladada al fútbol, una<br />

vida gloriosa y corta u ordinaria y longeva.<br />

Y ahí te planteás: ¿Qué valor tienen tus sueños?<br />

¿Cuánto estás dispuesto a sacrificar por lo que realmente<br />

<strong>de</strong>seás? ¿Le pondrías fecha <strong>de</strong> vencimiento a tu vida a<br />

cambio <strong>de</strong> que se cumpla aquello que más querés?<br />

Y te dás cuenta <strong>de</strong>l valor que se necesita para tomar<br />

una <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> ese tipo.<br />

Finalmente, entendí que Jorge encontró un mo<strong>de</strong>rado<br />

punto intermedio, su sacrificio fue medido, obtuvo<br />

beneficios, en consecuencia, medidos, y vivió, a medias, el<br />

sueño <strong>de</strong>l futbolista.<br />

Te diría que su <strong>de</strong>cisión fue cómoda y, casi, cobar<strong>de</strong>. Se<br />

gastó el metraje <strong>de</strong> la mejor etapa <strong>de</strong> su vida para lograr<br />

pasar <strong>de</strong>sapercibido y, al mismo tiempo, tener un kiosquito<br />

que le dio los mínimos gustos materiales <strong>de</strong> un burgués<br />

miserable.<br />

174


Supongo que el cenit <strong>de</strong> su situación hubiera sido<br />

triunfar en todo el mundo, y achicarse hasta terminar<br />

<strong>de</strong>sapareciendo en el limbo mientras le hace un gol <strong>de</strong><br />

chilena al Real Madrid, con un Bernabeu repleto. El tema es<br />

¿Cómo sabés cuándo va a caerte la flecha en el talón que te<br />

man<strong>de</strong> <strong>de</strong>recho al subsuelo?<br />

Pero el dilema me quedó planteado, qué carajo hace<br />

uno con las herramientas que le caen en gracia. Y ahí<br />

entendí que el pecado mayor y más común es ser tan cagón<br />

como el Chiquito Ferramendia. Con lo poco o mucho que<br />

tenemos nos acomodamos a la situación que nos asegure<br />

mayor comodidad en relación al sacrificio que nos exige.<br />

Comprendí que, al final <strong>de</strong> cuentas, yo también voy por<br />

el mismo lado, pero, claro, con muchos menos instrumentos.<br />

Y así no sé, finalmente, si lo <strong>de</strong>l Chiquito Ferramendia<br />

fue un milagro o un maleficio, pero es lo que le tocó, y no sé<br />

si yo, en su lugar, me hubiera animado a encarar el <strong>de</strong>safío<br />

como lo hizo él.<br />

175


176


Créditos:<br />

Los autores <strong>de</strong> estas páginas <strong>de</strong>berían haber<br />

permanecido en el anonimato, por <strong>de</strong>coro y siempre y<br />

cuando tuvieran un poco <strong>de</strong> dignidad, pero estamos<br />

obligados legalmente a <strong>de</strong>nunciarlos:<br />

Daniel Alejandro Lineares:<br />

- Afíliese gratarola y sufra como si hubiera pagado.<br />

- Al Bor<strong>de</strong>.<br />

- Acto <strong>de</strong> Constricción (o <strong>de</strong> cómo al que nace barrigón<br />

es al ñudo que lo fajen).<br />

- La Perfección.<br />

- Detalles.<br />

- Acto <strong>de</strong> Constricción(2) (o <strong>de</strong> cómo más vale tar<strong>de</strong><br />

que nunca).<br />

- Envidia.<br />

- Podría haber sido diferente.<br />

- Benito Perdulamio.<br />

- Or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> priorida<strong>de</strong>s.<br />

- Argumento.<br />

- Es todo psicológico.<br />

- Acto <strong>de</strong> constricción (Il Ritorno) (o <strong>de</strong> cómo siempre<br />

hay un roto para un <strong>de</strong>scosido).<br />

- De pan y <strong>de</strong> dientes.<br />

- Deseos.<br />

- Final por falta <strong>de</strong> evolución.<br />

177


- De coelo et inferno.<br />

- Complemento Teoilógico.<br />

- Que se junten los planetas.<br />

- Sin Esperanza.<br />

- Vista Lateral.<br />

- Aquiles.<br />

Marcelo Alejandro Silva:<br />

- Roberto, el incomprendido.<br />

- R.I.P. (Deja Vu).<br />

- La mar en coche.<br />

- 2 segundos.<br />

- 3 G.<br />

- Todos atrás y…<br />

- Pequeños Sueños (míos)<br />

- Efecto Mariposa.<br />

- En el Cielo<br />

Ariel Normando Nallín:<br />

- Cansino.<br />

- E.P.<br />

Pablo Daniel Moschini:<br />

- Oda Al Negro Soarzo.<br />

Edición:<br />

Gabriel Eduardo Lineares.<br />

Compilación:<br />

Daniel Alejandro Lineares.<br />

Compaginación:<br />

Mauro Baeza.<br />

Sugerencias, donaciones, puteadas, amenazas <strong>de</strong><br />

muerte: oroybarro.libro@gmail.com<br />

178


Sobre los autores:<br />

Pablo Daniel Moschini:<br />

Nació el 25 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1.977 y se <strong>de</strong>sarrolló <strong>de</strong>l modo<br />

más caprichoso, atentando contra las leyes <strong>de</strong> la física y la<br />

anatomía. Ello no le impidió <strong>de</strong>sparramar sus dudosas<br />

aptitu<strong>de</strong>s en torneos <strong>de</strong> fútbol a lo largo y a lo ancho <strong>de</strong> la<br />

Confluencia <strong>de</strong> los ríos Limay y Neuquén. Como único dato<br />

relevante po<strong>de</strong>mos consignar que nunca aprendió a jugar al<br />

hoyo pelota.<br />

Ariel Normando Nallín:<br />

Nació el 2 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1.978, dos meses antes <strong>de</strong><br />

terminar <strong>de</strong> cocinarse. Ante lo apresurado <strong>de</strong> su llegada los<br />

padres no supieron <strong>de</strong>finir su segundo nombre y el<br />

resultado quedó plasmado eternamente en sus documentos.<br />

Zurdo <strong>de</strong> nacimiento, signó esa característica con un<br />

espíritu rebel<strong>de</strong> que le llevó a contra<strong>de</strong>cir porfiadamente la<br />

i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que los zurdos son más habilidosos.<br />

Marcelo Alejandro Silva:<br />

Nació el 12 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1.977. Cuenta la leyenda que no<br />

lloró cuando salió <strong>de</strong>l vientre materno… sino que le rajó una<br />

puteada al ginecólogo que lo recibió, acusándolo <strong>de</strong> haberle<br />

cometido un foul. Con el tiempo se transformó en el león sin<br />

melena <strong>de</strong>l Barrio Obrero <strong>de</strong> Cipolletti y nunca cejó en su<br />

i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que el mundo se arregla a las patadas.<br />

179


Daniel Alejandro Lineares:<br />

Nació el 6 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1.978 y hasta que cumplió 30<br />

años estaba seguro que era diestro, luego creyó estar<br />

convencido que era zurdo, actualmente ha comprendido<br />

que, simplemente, es un patadura sin importar cual<br />

extremidad utilice.<br />

180


Agra<strong>de</strong>cimientos:<br />

Este libro no hubiera sido posible sin mis amigos.<br />

Todo empezó en oroybarro.blogspot.com, un espacio<br />

creado para que compartiéramos, entre partido y partido <strong>de</strong><br />

nuestro equipo <strong>de</strong> fútbol, algunas efervescencias literarias.<br />

Con el tiempo, se fueron sumando i<strong>de</strong>a tras i<strong>de</strong>a hasta<br />

conformar un material, si no interesante, cuanto menos<br />

voluminoso.<br />

Dentro <strong>de</strong>l barro <strong>de</strong> la vida, cada tanto, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

bastante hundirse en la mugre, encontramos el oro <strong>de</strong> la<br />

amistad, y eso te lleva a nuevos horizontes, te da esperanzas<br />

para seguir chapoteando.<br />

Gracias a aquellos que aportaron con historias para<br />

enriquecer las páginas y gracias a aquellos que leyeron y<br />

criticaron… pero sobre todo, gracias a la fuente <strong>de</strong><br />

inspiración, a los años <strong>de</strong> compartir todo, <strong>de</strong> ser una gran<br />

familia.<br />

Gracias a Mauro, que no tengo i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> por qué, pero<br />

nos dio una mano gigante para hacer posible <strong>Oro</strong> y <strong>Barro</strong>.<br />

Aunque ahora que escribo esto, me doy cuenta que la razón<br />

es: que es un tipazo.<br />

Gracias a mi hermano Gabriel, que motorizó esta i<strong>de</strong>a<br />

<strong>de</strong> plasmar en papel lo que no pasaba <strong>de</strong> ser una inquietud<br />

personal. Dicen que los amigos son hermanos que uno<br />

elige… pues si Gabriel no fuera mi hermano, yo lo hubiera<br />

elegido como amigo.<br />

Daniel<br />

181


182


INDICE:<br />

Prólogo ................................................................................................... 5<br />

AFILIESE GRATAROLA… ................................................................... 7<br />

Y SUFRA COMO SI HUBIERA PAGADO. ........................................ 7<br />

Al Bor<strong>de</strong>. ................................................................................................ 9<br />

La Perfección... ................................................................................... 13<br />

Acto <strong>de</strong> Constricción: ........................................................................ 19<br />

Detalles... ............................................................................................. 27<br />

ODA AL NEGRO SOARZO ................................................................ 31<br />

Envidia ................................................................................................. 35<br />

Benito Perdulamio ............................................................................. 41<br />

Or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Priorida<strong>de</strong>s ........................................................................ 51<br />

Podría haber sido diferente... .......................................................... 57<br />

Argumento ........................................................................................... 67<br />

ES TODO PSICOLÓGICO. ................................................................ 71<br />

Roberto, el incomprendido .............................................................. 81<br />

Acto <strong>de</strong> Constricción (2)................................................................... 87<br />

R.I.P. (DEJA VÛ) ................................................................................. 93<br />

LA MAR EN COCHE .......................................................................... 97<br />

De pan y <strong>de</strong> dientes... ...................................................................... 101<br />

Deseos. ............................................................................................... 121<br />

Final por falta <strong>de</strong> evolución. .......................................................... 122<br />

De coelo et inferno. ......................................................................... 123<br />

Cansino .............................................................................................. 125<br />

183


2 segundos ........................................................................................ 126<br />

3G ........................................................................................................ 127<br />

Complemento Teoilógico. ............................................................... 128<br />

Todos atrás y… ................................................................................. 130<br />

E.P. ...................................................................................................... 132<br />

Sueños pequeños (míos)................................................................. 133<br />

Acto <strong>de</strong> Constricción (Il Ritorno) .................................................. 135<br />

Que se junten los planetas. ............................................................ 141<br />

Efecto Mariposa ............................................................................... 147<br />

SIN ESPERANZA. ............................................................................ 151<br />

Vista Lateral. .................................................................................... 155<br />

En el Cielo ......................................................................................... 163<br />

Aquiles ................................................................................................ 165<br />

Créditos: ............................................................................................ 177<br />

Sobre los autores: ............................................................................ 179<br />

Agra<strong>de</strong>cimientos: ............................................................................. 181<br />

184

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